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Endurecen requisitos para otorgar licencias médicas por reflujo en niño menor de un año

Permisos por este diagnóstico requerirán que se adjunte el cuaderno de seguimiento del bebé y podrán pedirse evaluaciones de especialistas.

por:  La Segunda
miércoles, 11 de mayo de 2011

Entrega del carnet de control del niño sano (donde se acredita evolución de peso y talla), radiografías de esófago, estómago y duodeno, informes de gastroenterólogos infantiles, neurólogos pediatras o pediatras neumólogos e historial de hospitalizaciones, atenciones de urgencia o intervenciones quirúrgicas... Todo esto es parte de la documentación que ahora se exige para otorgar licencias médicas por reflujo gastroesofágico a niños menores de un año.

Así lo establece la circular 2727 de la Superintendencia de Seguridad Social —dependiente del Ministerio de Trabajo—, en la cual se endurecen fuertemente los requisitos para otorgar el beneficio.

El instructivo, enviado a todas las isapres y al Compin, busca reducir el porcentaje de estos permisos que en Chile representan el 57% del total de licencias médicas maternales. Una cifra que contrasta con la realidad mundial, en que apenas alcanza el 0,5%.

“El gasto por enfermedad de niño menor de un año suma unos US$180 millones anuales... Eso no es tolerable, porque sabemos que muchas de estas licencias son fraude y estamos dando señales claras de que eso debe terminar”, dijo la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei.

La nueva norma exige acreditar la enfermedad mediante informes médicos y exámenes. Diferencia el reflujo fisiológico o madurativo —“que no constituye patología, por lo que no amerita licencia médica”— de la enfermedad de reflujo, que sí altera la curva de peso del niño “por lo que justifica la licencia”.

El documento agrega que para comprobar la enfermedad, el Compin y las isapres deben exigir que al presentar la licencia, se acompañe el cuaderno de control del niño sano. Sin embargo, el médico contralor también podrá pedir informe de un gastroenterólogo infantil y exámenes específicos.

En el caso de niños prematuros extremos, con patologías genéticas o neurológicas, la licencia se autoriza por un año y de una sola vez, pero en estas situaciones se exige “antecedentes de respaldo de la patología asociada”.

Si el menor sufre apnea, la licencia debe ser autorizada por un neurólogo pediatra que debe emitir un informe sobre el caso; y si el pequeño tiene problemas respiratorios se pide igual procedimiento con un pediatra neumólogo y se aconseja realizar “un peritaje programado del lactante”.

Admitiendo que no existe la suficiente cantidad de especialistas para ello, plantea aplicar flexibilidad... pero señala que la dificultad de acceso a ellos, la madre deberá acreditarla con documentos, como órdenes de interconsultas o listas de espera.

Matthei: El fin no justifica los medios

La ministra señaló que lamentablemente muchos casos de reflujo “en que los niños apenas botan un poco de leche son pasados como una enfermedad grave, y eso no es así. Cuando es grave, los niños bajan de peso, se complican y las madres requieren toda la ayuda”.

Y agrega que “se está usando el reflujo fisiológico, de falta de maduración, como una enfermedad grave. Eso debe terminar porque es un mal uso. Y por eso hemos dado estas instrucciones”.

—Entonces ministra ¿ya no basta la palabra del pediatra? Porque hoy él es quien lo determina.
—Muchas veces los pediatras han estado presionados u ofrecen estas licencias porque consideran que las madres deben estar más tiempo cuidando a sus hijos pequeños. Y estoy de acuerdo, pero hagámoslo con la ley de post natal. Entonces, han acudido a este camino de la licencia por reflujo y uno puede tener simpatía por el tema de fondo, pero lo queramos o no, es un fraude. El fin no justifica los medios.

—¿Pero no se le ponen más trabas a las madres ahora?
—No, porque solo se pide el carne de control del niño sano y ahí podemos ver si el niño sube de peso o no. Eso permite determinar si tiene reflujo fisiológico o realmente está enfermo. Además, la mayor parte de las licencias que se dan por reflujo no se obtienen en los policlínicos, sino en las consultas privadas. Por lo tanto, quienes acceden a estos permisos, que son verdaderos cheques del Fisco, son las mujeres que pueden pagar una consulta privada. Entonces, además, es inequitativo. Creemos que la licencia médica debe ser algo en que se pueda confiar, y hoy no es el caso.

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