Por segundo año consecutivo, esta iniciativa liderada por SCX, Bolsa de Clima de Santiago, y la Municipalidad de Vitacura, permitirá neutralizar las emisiones de dióxido de carbono a través de la compra de bonos de carbonos equivalentes, invertidos en la Central Hidroeléctrica de Lircay, primer proyecto chileno de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Con el fin de aportar a la lucha contra el calentamiento global, quienes saquen su patente en Vitacura durante marzo podrán conocer y compensar las emisiones de CO2 de su vehículo a través de la compra de bonos de carbono de un proyecto medioambiental nacional impulsados por SCX, primera Bolsa Climática de Latinoamérica, una iniciativa conjunta entre Fundación Chile y Celfin Capital.
La iniciativa es voluntaria, dado que cada contribuyente recibe una estimación del CO2 que emite su vehículo, el que puede compensar adquiriendo bonos de carbono que tienen un valor promedio de USD 12 por toneladas de CO2. Al realizar la neutralización, obtendrá un certificado y un sticker que identificará su vehículo como carbono neutral.
Este año 2011, los fondos reunidos se utilizarán para apoyar a algún proyecto chileno de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Se trata de la central hidroeléctrica de pasada Lircay, -ubicada en el sector denominado “La Calor” de la comuna de San Clemente, VII Región- que utiliza las aguas de riego para generar electricidad.
SCX es la primera bolsa de bonos de carbono del hemisferio sur basada en los más estrictos criterios y metodologías de contabilización de reducción de emisiones de gases efecto invernadero (GEI). Su objetivo es la creación y desarrollo de la industria de reducción de emisiones de efecto invernadero en Chile y Latinoamérica. A través de metodologías claras, y en el futuro homologables con los mercados más importantes del mundo (EEUU, China y Europa), SCX permite el acceso a cualquier ciudadano interesado en realizar proyectos de reducción de CO2 que permitan la emisión de bonos de carbono.
También permite a las empresas reducir sus emisiones a través de un mercado de intercambio, equivalente al anunciado por China y en línea con lo que se encuentra desarrollando EEUU. La creación de SCX permite transparentar la oferta, la demanda, la transacción y el precio de la reducción de la tonelada de CO2 equivalente (CO2-e) y, al mismo tiempo, proveer de un registro que permita trazabilidad de los certificados de reducción transados.
