Un profundo examen al entorno en el que se encontraban los dos jóvenes aspirantes a oficial de Carabineros que fallecieron la tarde de ayer, realizaba hoy personal del Laboratorio de Criminalística de esa institución (Labocar), en búsqueda de alguna explicación por la súbita muerte de los alumnos.

Los hechos ocurrieron ayer en la tarde en un centro de instrucción que los uniformados tienen en Curacaví. Y obligó a un completo despliegue para monitorear la salud de los 488 otros aspirantes a oficiales que participaban en el ejercicio, con altas temperaturas.

Al cierre de esta edición, trascendió que Labocar estaba recogiendo muestras de tierra, agua e incluso las plantas del lugar, para determinar si algún factor ambiental habría incidido en la muerte, ante versiones que indicaban que una hipótesis que se quiere descartar es la posibilidad de hanta en el lugar.

Otro elemento que se analiza es la temperatura a la que estuvieron expuestos mientras realizaban rutinas de ejercicios.

El estado de los otros 37

De los examinados, se determinó que 37 jóvenes mostraban diversas patologías, que podrían estar relacionadas con los tres días de entrenamiento.

Según el reporte oficial de Carabineros esta mañana, había ocho aspirantes que presentaban patologías traumatológicas, mientras que otros ocho tenían enfermedades virales (del tipo resfrío), tres tenían hemorragias nasales, seis deshidratación leve y otro grupo presentaba enfermedades a la piel.

El general Héctor Saldaña, director de Sanidad de la institución, indicó que a raíz de esto, seis alumnos se mantuvieron en el Hospital de Carabineros en observación. De estos, cuatro fueron derivados a la Escuela de Oficiales durante la madrugada y se esperaba que al mediodía el restante también fuera dado de alta.

En tanto, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, indicó que “gobierno y carabineros pondrán a disposición de las familias y de todos los chilenos sus mejores herramientas para que la investigación entregue las causas exactas del fallecimiento de estos dos aspirantes”.

Un entrenamiento “normal”

Según informó Carabineros, el entrenamiento que recibieron los aspirantes —quienes habían ingresado a la institución el jueves— en Curacaví había sido el que regularmente se realiza hace 26 años en el mismo lugar.

Fuentes de la institución indicaron que no tienen explicación del motivo por los cuales los aspirantes Sebastián Andrés Pinuer Barría (19) y Julio Ignacio Ulloa Vargas (22) fallecieron súbitamente, ya que en los exámenes que se les había realizando antes de ingresar había arrojado que se encontraban sanos.

Durante la tarde de ayer los “bisoños” (como se llama a los aspirantes que se encuentran en primer año) habían acudido hasta la cancha del centro de entrenamiento de Curacaví, ubicada a dos kilómetros del lugar en que duermen. Ahí estaban realizando una instrucción básica, que consistía en un entrenamiento físico y les enseñaban las posiciones en que deben ponerse ante los mandos de la institución. Se indicó que es dentro de lo normal que en estos entrenamientos algunos alumnos tengan lesiones menores, motivo por el cual siempre llevan a equipos médicos a la actividad.

De improviso los oficiales a cargo se dieron cuenta que Sebastián Pinuer no se encontraba. A los pocos minutos lo encontraron en el suelo y convulsionando. El equipo médico empezó a realizarle maniobras de resucitación y se pidió al helicóptero que acudiera rápidamente al lugar para trasladar al joven hasta el hospital de Santiago.

En forma paralela, y con pocos minutos de diferencia, Julio Ulloa se empezó a sentir mal y evidenció los mismos síntomas que su compañero.

El informe del SML

Los cuerpos de los jóvenes fueron trasladados hasta el Servicio Médico Legal (SML), donde se realizará la autopsia que revele el motivo por el cual ambos jóvenes fallecieron.

El primer preinforme de autopsia que se conoció corresponde al de Julio Ulloa.

Según trascendió, habría muerto por un edema pulmonar agudo.
Es decir, el aumento de la presión de los vasos sanguíneos —según explicó un experto consultado por «La Segunda»— provocó que pasará líquido al pulmón, en vez de aire, generando con ello una insuficiencia respiratoria, que incluso puede comprometer el funcionamiento del corazón.