por:  EFE

miércoles, 20 de julio de 2016

Berlín.- El Ministerio alemán de Asuntos Exteriores espera una aclaración de su embajada en Chile por el supuesto desliz cometido en una recepción durante la visita oficial del presidente Joachim Gauck, a la que fueron invitados dos antiguos miembros de Colonia Dignidad, el enclave que dirigió el ex nazi Paul Schäfer.

"Estamos esperando una explicación completa al respecto,” indicó un portavoz de ese departamento, a una pregunta al respecto y después de que la Presidencia alemana transmitiera su malestar por la presencia de esas personas, revelada a posteriori.

La fuente de Exteriores indicó que el tema era “delicado,” ya que algunas de las personas que siendo niños fueron víctimas de abusos en ese enclave alemán, se convirtieron ya como adultos en responsables de actos parecidos.

Ese sería el caso de Reinhard Zeitner, un ex guarda de ese lugar condenado en 2013 en Chile a tres años de cárcel por complicidad en rapto de menores, que según reportaba el pasado fin de semana el diario “Süddeutsche Zeitung” estuvo en la recepción oficial en honor a Gauck del pasado día 12.

Este medio añade hoy que también se encontraba en el acto Hans Schreiber, responsable del departamento jurídico de ese enclave alemán, que funcionó como secta y también como centro de torturas bajo la dictadura de Augusto Pinochet.

El rotativo apunta a que, más que un error en el protocolo o la lista de invitados, hay contactos regulares entre la embajada y los miembros de la antigua Colonia Dignidad, ahora rebautizada como Villa Baviera, y que esas personas recientemente mantuvieron un almuerzo con un ministro consejero de esa legación diplomática.

La presencia de Zeitner fue detectada durante la recepción por el cineasta alemán Florian Gallenberger, director de la película "Colonia,” centrada en las atrocidades cometidas en el lugar.

La cuestión es delicada, ya que Gauck había convertido en punto central de su visita la memoria histórica y la superación de las dictaduras, y durante ese acto expresó una especie de “mea culpa" alemán por lo ocurrido en la Colonia Dignidad.

El presidente se reunió con su homóloga chilena, Michelle Bachelet, y con víctimas de la Colonia, ante los que lamentó la actuación de los diplomáticos que durante años desoyeron las denuncias procedentes del enclave, aunque descartó indemnizaciones por parte del Estado alemán.

Entre 1961 y 2005 Colonia Dignidad, a unos 300 kilómetros de Santiago, fue el centro de operaciones de una secta que sometió a unas 300 personas a trabajos forzados, castigos y manipulación mental y cometió abusos sexuales a menores, además de colaborar con el régimen de Pinochet.

El pasado abril, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier, anunció la desclasificación de las actas relacionadas con Colonia Dignidad para favorecer la investigación de esos casos.