Estambul.- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, inauguró hoy la primera Cumbre Mundial Humanitaria en Estambul con una denuncia del "número récord de personas" que sobreviven gracias a la asistencia y que se han visto obligadas a huir de sus hogares.
"Los civiles están siendo atacados como nunca antes", indicó en la inauguración de la cita. Las víctimas "nos miran reclamando compromiso" para mejorar la ayuda humanitaria, subrayó, al tiempo que llamó a los países a respetar las leyes internacionales que regulan los conflictos armados.
"Todos los presentes aquí tienen el poder de alcanzar los cambios necesarios", subrayó.
La cumbre fue convocada con el objetivo de mejorar la asistencia a la población en zonas de crisis y constituye una respuesta de la ONU al enorme incremento de los conflictos y personas en peligro en todo el mundo. En total participan unos 6.000 representantes de Estados y organizaciones internacionales, entre ellos más de 60 jefes de Estado y de Gobierno.
El mundo vive en la actualidad, según la ONU, la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. De acuerdo con sus datos, en todo el planeta necesitan ayuda 125 millones de personas y 60 millones se han visto obligadas a huir, las mayores cifras en unos 70 años.
A menudo el dinero no alcanza para cubrir las necesidades de las personas con lo mínimo. La ONU estima que este año serán necesarios 20.000 millones de dólares (18.000 millones de euros).
La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó que el sistema para hacer frente a la actual crisis humanitaria mundial no está funcionando y pidió que se garantice que la ayuda llegue de forma rápida y eficiente a los necesitados en momentos de crisis.
"Hoy no contamos con un sistema de asistencia humanitaria que funcione", señaló la dirigente en la cumbre que celebra Naciones Unidas sobre el tema en Estambul, Turquía.
"Demasiado a menudo se hacen promesas pero el dinero no llega adonde más se lo necesita", dijo.
Asimismo, Merkel condenó las violaciones de las leyes que regulan los conflictos bélicos. "En Siria y en otros lugares han sido bombardeados hospitales y centros médicos, la gente está muriendo", señaló.
Por su parte, en su discurso al inicio de la cumbre, el presidente del país anfitrión, Recep Tayyip Erdogan, prometió que Turquía seguirá dando acogida a los refugiados. "Nunca cerraremos nuestras puertas a los seres humanos y a la humanidad", señaló.
Turquía ha recibido a casi tres millones de sirios y da protección a más refugiados que ningún otro país del mundo. Sin embargo, los grupos de derechos humanos acusan al Gobierno de haber cerrado sus fronteras pese a la política oficial de puertas abiertas y de rechazar a refugiados sirios incluso con violencia.
Erdogan dijo que Turquía presta ayuda sin mirar a quién. "El dolor no tiene color, raza, idioma o religión". También defendió una reforma de los sistemas de ayuda humanitaria, que en su opinión tienen que ser más efectivos. "Espero que esta cumbre sirva como punto de inflexión".
La cumbre generó críticas antes de su inicio. La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) optó por no participar porque considera que es una mera pose. La organización humanitaria pide que los países hagan más para poner fin a los conflictos, proteger a los civiles, suministrar asistencia y respectar la legislación internacional.
El año pasado, 75 hospitales gestionados o apoyados por MSF fueron bombardeados, a menudo por Gobiernos mediante ataques aéreos y armamento pesado.
Además de la canciller alemana, Angela Merkel, prácticamente no participa ningún jefe de Estado o de Gobierno de los principales países donantes. Ni Rusia ni Estados Unidos tendrán representación de alto nivel en la cumbre, en el caso de Moscú debido a su indignación por el hecho de que las ONG tengan voz en el encuentro, pues considera que los países de la ONU quedan así marginados.