por:  dpa

viernes, 04 de septiembre de 2015

Los refugiados en la estación de Bicske, en Hungría.

Foto EFE

Unos 500 refugiados pasaron la noche y siguen hoy atrincherados en un tren en la estación húngara de Bicske tras negarse a ser trasladados a un centro de refugiados el jueves, cuando la policía de Hungría paró a otro tren que también se dirigía a la frontera con Austria.

El jueves las autoridades de Hungría permitieron que los refugiados subiesen en Budapest a un tren con dirección a Sopron, en la frontera con Austria, pero después lo pararon en Bicske, a 37 kilómetros de la capital húngara.

La policía pidió entonces a los refugiados que se bajasen del tren para trasladarles en 20 autobuses a un centro de refugiados en el que debían ser registrados. Sólo una decena de personas fueron trasladadas al centro y el resto permaneció en el tren con el objetivo de continuar su viaje hacia el oeste del continente. Según la policía, los refugiados se niegan a tomar la comida y bebida que les ofrecen las autoridades.

Las autoridades húngaras también dieron el alto el jueves a un segundo tren procedente de Budapest que se dirigía a Gyr, cerca de la frontera con Austria. En él viajaban 120 personas, que fueron trasladados a centros de refugiados. Según la policía, 83 de ellos permitieron que les registrasen de inmediato, y el resto lo hizo durante la noche, tras horas de protestas.

Desde el jueves no viajan trenes directos entre Hungría y Europa occidental, sino únicamente hasta la frontera húngara.

Según la legislación de la Unión Europea (UE), una vez que los refugiados son registrados en un país comunitario, es esa nación la que debe hacerse cargo de procesar su solicitud de asilo.

En las últimas 24 horas llegaron a Hungría más de 3.000 nuevos refugiados, según informó la policía de Budapest, que en las últimas horas arrestó a 11 traficantes de personas. A partir del 15 de septiembre Hungría quiere reforzar el control policial y militar de la valla construida en la frontera con Serbia, para lo que el Parlamento aprobará hoy una reforma de la ley.

"Si no protegemos nuestras fronteras, vendrán a Europa diez millones (de migrantes)", afirmó hoy el primer ministro húngaro, Viktor Orban.

El mandatario conservador de derechas se mostró además en contra de la acogida de migrantes musulmanes. Hay que respetar que otros países decidiesen hace tiempo convivir con musulmanes, apuntó Orban en declaraciones a la radio húngara. Pero "nosotros también tenemos el derecho a decidir si queremos seguir ese ejemplo", agregó el mandatario, que desaconsejó hacerlo.

Orban también reiteró sus críticas a la política de refugiados de Alemania. El jueves aseguró desde Bruselas que la actual crisis es un "problema alemán".