Una política de puertas abiertas repercutirá directamente a las Grandes Ligas de Estados Unidos.
Asfixiado por su autoimpuesto ostracismo, el deporte cubano ha sido uno de los elementos socio-culturales en la isla que más ha sufrido en los últimos años, situación que podría cambiar con el nuevo escenario político con Estados Unidos.
Es cosa de ver la plataforma más global de todas, la de los Juegos Olímpicos. Porque, si en Barcelona 92 Cuba terminó quinta en el medallero con 31 preseas, hace dos años en Londres apenas remató 16°, con 14 podios.
Es más, en disciplinas en las que durante décadas fue una potencia mundial, como el vóleibol, la halterofilia y el boxeo, ahora tiene problemas para mantenerse en los primeros planos.
La falta de recursos en un ambiente que sigue siendo amateur, el poco intercambio de conocimiento con otras escuelas y doctrinas formativas, y la "fuga de talentos" de aquellos deportistas que desertan en plenas competencias, para representar a otros países que sí les pueden pagar por representarlos son las principales razones.
Tras la sorpresiva reactivación de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, las repercusiones en la industria deportiva cubana todavía están por verse.
Pero si hay un elemento que sí o sí va a dar un giro en 360° es el deporte más popular del país, el béisbol.
Potencia total en la disciplina, sus mejores "peloteros" nunca han podido aprovechar ese talento para firmar los jugosos contratos que les asegurarían las Grandes Ligas estadounidenses, como lo hacen dominicanos, venezolanos, puertorriqueños y panameños, entre otros.
Interés que, de hecho, es recíproco, ya que la MLB (por sus siglas en inglés) siempre ha estado consciente del caudal de talento que no puede aprovechar. Un interés eterno que se reactivaba en las competencias internacionales donde sus veedores por fin podían ver esos jugadores de los que siempre escuchaban maravillas, sin poder comprobarlo.
Por cierto, que las selecciones cubanas de béisbol tengan en sus vitrinas 3 de las 5 medallas doradas olímpicas disputadas hasta la fecha, o 25 Copas Mundiales no hacía más que alimentar el morbo.
Así, nombres como los de Ariel Pestano, Wilfredo Sánchez, Orestes Kindelán, Pedro José Rodríguez, Antonio Pacheco, Armando Capiró y Rogelio García, por nombrar apenas a algunos, hoy son leyendas cuyas historias parten inevitablemente con un "qué habría pasado si"...
Es por eso que, con el solo anuncio de las negociaciones entre ambos países, los guiños de lado y lado empezaron casi de inmediato.
Por ejemplo, se han recordado las profundas raíces beisbolísticas que siempre los habían unido antes del bloqueo, como las giras que realizaban equipos de lado y lado en la primera mitad del siglo XX o las 'Ligas Negras' que se organizaban en los años 40.
Jaime Torres, uno de los agentes deportivos cubanos más influyentes, no dudó en catalogar los últimos días como "históricos" y las Grandes Ligas incluso emitieron un comunicado, situación muy poco usual.
"Aunque todavía no tenemos suficiente información para hacer una evaluación realista, seguiremos dándole seguimiento a este asunto importante", decía parte de la misiva enviada a sus 30 equipos, que ya comienzan a vislumbrar el manantial de talento del que, eventualmente, podrán comenzar a beber.
En julio de 1991, cuando las esferas comunistas caían en el planeta, el lanzador cubano René Arrocha decidió desertar en el piso del Aeropuerto Internacional de Miami. Sólo dos meses más tarde, los Cardenales de Saint Louis ya le habían hecho un contrato, hecho que desató una verdadera crisis diplomática.
Como respuesta, la MLB decidió endurecer sus condiciones para fichar jugadores de la isla, pero bajo la mesa siempre mantuvo sus puertas abiertas para aquellos que quisieran asegurar su futuro.
En este momento, de hecho, hay 25 cubanos contratados en las Grandes Ligas... los "traidores".
Muchos de ellos hoy son millonarios, como Yasmany Tomás (a quien los Diamondbacks le pagan más de 11 millones de dólares al año hasta el 2020) y Rusney Castillo (sobre los US$ 10 millones anuales con los Medias Rojas de Boston de aquí al 2021), quienes curiosamente arreglaron esos contratos a principios de este mes.
Pero el caso más mediático es el de Yasiel Puig. Estrella de los Dodgers de Los Angeles, su historia vivió un capítulo paradójico esta semana, ya que una corte sentenció a diez años de prisión a Gilberto Suárez, quien lo "instruyó" y "ayudó logísticamente" para que pudiera escapar de la isla en 2012, con la franquicia californiana como autora intelectual de la operación.
Sin embargo, la expectativa es que con los nuevos vientos que empiezan a circular en el Estrecho de Florida que separa a ambos naciones, casos como el de Puig o Arrocha ya no sean más que anécdotas de una etapa oscura que poco a poco empieza a quedar en el pasado.