Cruzan sin documentos por cuatro países. Recorren al menos 7.000 kilómetros para ingresar al país de forma clandestina. Les prometen un trabajo legal, pero al llegar a Iquique, son abandonados.
Pisiga, Bolivia. La mayoría de los dominicanos termina acá su travesía.
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"Un vía crucis" para llegar a Chile. Así describió el diario La Razón de Bolivia el viaje de miles de dominicanos que tratan de salir de su país para llegar a destino. En un extenso reportaje publicado hoy por el periódico boliviano, éste describe los periplos que viven los inmigrantes, los cuales desde su partida de República Dominicana tienen que atravesar por tierra, literalmente, al menos cuatro países sudamericanos.
Como explica La Razón, "el sueño chileno" es el gran gancho vendido por coyotes -traficantes de personas- a extranjeros, principalmente centroamericanos, con espectaculares ofertas laborales que ya en destino simplemente no existen. Estos llamados coyotes, previo pago, se encargan del traslado que elude los controles oficiales de los países al más estilo de la frontera que divide a Estados Unidos con México.
Como el famoso "american dream" estadounidense, Chile es promocionado por estos traficantes de personas como un país donde sobran las fuentes laborales, con buenas remuneraciones, fomentado por los "buenos indicadores económicos" que en general presenta el país. Personas desesperadas por un mejor destino económico caen rápido y los casi 7.000 kilómetros de distancia entre su casa en República Dominicana y Chile parecen acortarse con tal de un mejor futuro.
Según cuenta el diario paceño, los coyotes ofrecen a los dominicanos un sueldo de al menos US$ 500 mensuales en Chile y que sería de forma legal. Para ello, tenían que realizar un pago de unos US$ 3.000 más el pasaje de avión de República Dominicana a Colombia, nación donde se inicia el traslado hacia Chile. La mayoría de los contactos entre los coyotes y las víctimas se hace por internet. Además, muchos de los interesados incluso han llegado a hipotecar sus casas con tal de alcanzar el "sueño chileno". La idea de los coyotes es trasladar la mayor cantidad de gente en menos carreras posible.
Ya en Bogotá, a donde entran con visa de turista, son contactados por la red de coyotes quienes los llevan a alojamientos clandestinos para que pasen la noche antes de partir por diferentes caminos secundarios -nunca ocupan las carreteras principales- hasta el próximo destino: Quito, Ecuador. En este trayecto selvático en bus pasan por zonas donde la guerrilla y narcotraficantes controlan territorios, por lo que el peligro es continuo además de pasar la frontera ilegalmente.
Ya en la capital ecuatoriana, el modus operandi es el mismo, otro grupo de la red internacional de coyotes los recibe y los lleva a una precaria casa donde están un tiempo. De Quito son enviados a la provincia ecuatoriana de Tumbes y de allí viajan como ilegales a La Tina-Macará en Piura, territorio peruano. Según el periódico, estas vías son también las que usan para trasladar a los inmigrantes ilegales haitianos que tienen a Brasil como su principal destino.
El Perú, los inmigrantes son guiados por uno o dos coyotes que se trasladan por caminos y rutas que no figuran en mapas y no tienen fiscalización alguna. La idea es llegar a Bolivia, donde el paso entre ese país y Chile es más accesible que la frontera que el país tiene con Perú. La travesía, así, sigue rumbo a la provincia de Puno, cerca del Lago Titicaca, para posteriormente llegar a la localidad de Desaguadero, todavía en Perú.
Según cuenta uno de los dominicanos interceptados, una "wawa" (bus) nos pasó al lado boliviano, y de ahí viajamos a la ciudad de Oruro". De ahí son trasladados al municipio de Pisiga, donde esta red internacional de coyotes los pasó ilegalmente hasta Colchane hasta llegar a Iquique. Ahí, en la ciudad chilena, cuenta una de las víctimas, los dejaron solos. Las promesas de un trabajo legal por US$ 500 se esfumaron. Nunca más los vieron.
Los organismos de migración boliviano saben que este lugar, cercano a Colchane, es uno de los más utilizados para el tráfico de indocumentados. Según datos bolivianos, se ha detenido al menos a 29 dominicanos a pocos metros de la frontera con Chile en los últimos cinco meses. Otros 16 fueron interceptados en el tramo Oruro-Pisiga. A estos se suman los diez que fueron detenidos por autoridades peruanas antes de pasar a lado boliviano.
