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Entrevista a David Heymann, descubridor del virus en 1976: "El ébola se seguirá expandiendo por fuera de las fronteras de Africa"

Asegura que lo mejor que tienen los países para defenderse es confiar en sus sistemas de salud y que no entiende la actual psicosis respecto al virus.  

por:  Pablo Rodillo, La Segunda
viernes, 17 de octubre de 2014
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Apenas examiné el virus supe que se trataba de uno muy letal". Así recuerda el doctor David Heymann, epidemiólogo, uno de los científicos que en 1976 examinó la muestra que llegó a Bélgica procedente desde República Democrática del Congo (Zaire en ese entonces) y que nadie conocía hasta ese momento. "Inmediatamente viajé a Africa".

Estadounidense, nació en Pensilvania, pero su acento delata que lleva años en Londres, Heymann actualmente es director del Centre on Global Health Security de Chatham House en la capital británica y profesor de enfermedades infecciosas y epidemiología de la London School of Hygiene and Tropical Medicine. En entrevista con "La Segunda" cuenta su primera experiencia con la enfermedad que él mismo ayudó a bautizar. "Le pusimos Ebola por el río que llevaba ese nombre y que pasaba cerca de la misión de Yambuku", explica.

-¿Cómo fue su primera experiencia con el ébola?

-Fui miembro del equipo que investigó lo que se llamó el primer caso de ébola. Fue en la República Democrática del Congo, en el Hospital de la misión de Yambuku, hace ya casi cuatro décadas. Investigando contactos y los días de la infección encontramos a la primera persona infectada. Según nuestras conclusiones, el primer caso de ébola se dio después de que un animal infectado fuese usado como alimento. Después concluimos que este "primer paciente" fue tratado en ese hospital por sangramiento de nariz y por disentería con inyecciones.

Las jeringas y las agujas usadas en el hospital fueron compartidas con la sala de maternidad y con suerte fue limpiado con detergente y agua. Los pacientes fueron infectados por las jeringas e inyecciones ya usadas. Los trabajadores de la salud fueron infectados por la sangre y los fluidos del infectado y después infectaron a sus familias y miembros de su comunidad. Sólo el "primer paciente" infectó a 318 personas, de las cuales 280 murieron. Este brote terminó espontáneamente, irónicamente, cuando se cerró el hospital debido a que muchos de sus trabajadores estaban infectados.

Al año siguiente (1977), cuando me encontraba en Camerún trabajando para Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, se conoció el caso a 250 kilómetros de Yambuku. Con un colega manejamos dos días para llegar ahí para investigar. El nuevo "primer paciente" también recibió una atención deficitaria. Sospechamos del ébola y a la niña -de nueve años- la aislamos de inmediato. Se produjo un solo contagio, en la hermana menor de la niña. Investigaciones realizadas después revelaron que personal del hospital, como otros contactos llevaban un anticuerpo al ébola, probablemente de infecciones anteriores.

-¿Cuáles fueron las conclusiones que sacaron?

-Que una rápida acción puede terminar con el brote. Es fundamental que los pacientes sean identificados y aislados rápidamente. También aprendimos que las comunidades entendieron el riesgo de infección. También los persuadimos de lo peligroso que eran los ritos funerarios que tenían, que en algunos casos bañaban, besaban y les sacaban las uñas a los muertos.

¿Ya han pasado 40 años y todavía no existe una cura para el ébola?

Porque no ha habido la voluntad de encontrar una medicina para el ébola. Todos los virus que podrían ser usados como bioterrorismo (incluido el ébola) fueron colocados en una lista en Estados Unidos. Esa lista la tomó el Departamento de Defensa de Estados Unidos que no invirtió todo el dinero necesario en la investigación de una posible cura. Sin embargo, en 1976, trece sobrevivientes del ébola donaron su sangre que contenía proteínas que neutralizaban el ébola. Durante el brote de 1995 (que causó 256 muertos en Zaire), ocho pacientes recibieron trasfusiones de sangre de sobrevivientes. Siete se salvaron. Lo que sí está claro es que las investigaciones y desarrollo de vacunas contra el ébola tienen que continuar después que este brote haya pasado. La atención tiene que estar puesta en la prevención y en cómo crear un vacuna que no infecte a los humanos. La transmisión ya está entendida, por lo que es mejor prevenir.

-¿Entonces, cómo se combate esta enfermedad hoy?

Hay tres estrategias para combatir la enfermedad: Primero, que los pacientes sean identificados y aislados proveyendo a los trabajadores de la salud las protecciones adecuadas. Segundo, todos los contactos del paciente infectado con ébola tienen que estar en permanente vigilancia monitoreando su temperatura dos veces al día por tres semanas. Y tercero, la gente tiene que educarse para protegerse y proteger a sus familias. La Cruz Roja ha trabajado con los líderes de diferentes aldeas distribuyendo información adaptada a sus tradiciones.

-¿Cómo se puede expandir un brote de ébola?

Por ejemplo, en el brote de 1995, el gobierno de la República Democrática del Congo cerró con militares los caminos mediante un cordón sanitario alrededor del poblado de Kikwit. Sin embargo, lo que no tuvieron en cuenta, es que los lugareños se trasladaban en canoas a través de los ríos... y siguieron haciéndolo por el río Kwilu.

-¿Qué tan preocupados debemos estar de que este brote de ébola se siga expandiendo por fuera de Africa?

El virus del ébola se seguirá expandiendo por fuera de Africa. Y la mejor defensa que tienen los países es detectar lo más pronto un posible foco y responder rápidamente a la emergencia. Cualquier persona que venga del oeste de Africa y tenga fiebre y que además estuvo en uno de los países con infectados, tiene que ser aislada de inmediato.

-¿Es normal esta paranoia y psicosis que se vive tras conocerse los primeros dos casos de infectados fuera de Africa?

Es normal estar preocupado por lo que pasa en Africa porque el ébola está matando a mucha gente ahí. Pero los países que tienen buenos sistemas de salud públicos, donde la infección puede ser controlada en hospitales, no tienen por qué estar preocupados. Perfectamente la enfermedad puede ser importada, pero con un buen sistema de salud puede ser frenada inmediatamente.

-¿Entonces por qué este miedo al ébola se expandió por todo el mundo?

Yo no sé por qué la gente está preocupada. Pero me parece muy bien que estén interesados en el ébola.

-¿Qué tan fatal puede ser el brote actual de ébola? ¿Puede haber una epidemia mundial?

No creo que haya una epidemia a nivel mundial. Como ya lo señalé, los países con un sistema de salud fuerte pueden frenar una crisis.

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