Expertos dicen a "La Segunda" que gobierno "teme crear un precedente democrático" en el país. Tras un mes en silencio, Londres habló.
Sigue la tensión. Mientras miles de personas continuaron hoy concentradas en el centro de la ciudad de Hong Kong para pedir la elección democrática del gobierno local, el Beijing recordó y recalcó hoy que "los asuntos de ese territorio son de soberanía china".
Es así como el gobierno chino ha advertido contra posibles injerencias extranjeras en las protestas. "Hong Kong es China", aseguró Hua Chunying, una portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores. "Los asuntos de ese territorio son de soberanía china", recalcó. Además, la portavoz rechazó "frontalmente" cualquier tipo de apoyo a "actividades ilegales" como el movimiento Occupy Central, al que calificó "asamblea ilegal". Según Chunying, las protestas pro democracia "debilitan el orden social y el estado de derecho".
Tras la represión vivida el domingo por los ciudadanos de parte de las autoridades comunistas, miles de manifestantes amanecieron hoy sentados o durmiendo en las calles de Hong Kong, mientras los policías formaban barreras ante edificios y avenidas estratégicas. Bancos, colegios y algunos negocios en esa ciudad no abrieron.
Tras los incidentes en la manifestación que cerró una semana de huelga estudiantil, el movimiento Occupy Central declaró el inicio anticipado de una campaña de desobediencia civil prevista para más adelante. El movimiento pide la libre elección del próximo jefe ejecutivo de la ciudad, en 2017, después de que las autoridades chinas aprobaron en agosto pasado elecciones por sufragio universal pero con dos o tres candidatos que deberán pasar el filtro de "un comité".
Occupy Central pidió hoy también la renuncia de Cy Leung, el jefe ejecutivo de Hong Kong. Para ellos, ésta es la única forma de "hacer posible un relanzamiento del proceso de reforma política y de crear un espacio en que la crisis pueda desactivarse". Por su parte, Leung desmintió los rumores acerca de que se vaya a recurrir al ejército chino y que los agentes antidisturbios estén usando balas de goma.
La han tachado la protesta pro democrática más importante de los últimos 25 años tras el fatídico desenlace de Tiananmen. "No hay duda de que Beijing no quiere parecer débil y crear un precedente para la democracia en otras partes de China. Y teme, sin justificación, que un presidente ejecutivo de Hong Kong elegido democráticamente, 'respaldado por fuerzas extranjeras', trataría de desestabilizar al gobierno. Pero hubo un error de cálculo. Beijing con su sostenida intervención en Hong Kong profundizó la frustración de su gente", asegura a "La Segunda" Richard Bush, director del Centro para el Este de Asia de The Brookings Institution.
"Beijing considera que un gobierno representativo, especialmente en una parte de la República Popular, como una amenaza existencial. De permitir uno en Hong Kong no habría razón por la cual negarse a otro en otra parte de China", agrega. Temen un "efecto dominó".
Tras más de un mes de silencio, el ex controlador de Hong Kong sacó el habla. Es así como el gobierno británico expresó hoy su inquietud por lo que ocurre en su ex colonia y pidió a las autoridades chinas y los manifestantes conversaciones constructivas que hagan avanzar la democracia, dijo el Foreign Office. Sin embargo, Bush adelanta,"Beijing nunca admitiría que violó el acuerdo y las promesas con los británicos y optarán por interpretar ese acuerdo de manera que concuerde con sus intereses", asegura Bush.
Más tarde, Estados Unidos pidió a las autoridades de Hong Kong que ejerzan “contención” ante las protestas prodemocráticas que se extienden en la ciudad y expresó su respaldo al reclamo de los manifestantes de lograr la instauración del sufragio universal para las elecciones de 2017.
