La situación política en Hong Kong no mejora. Un día después de que cientos de personas se manifestaran afuera de la sede del gobierno en esa ciudad autónoma china pidiendo una democracia representativa, con protestas y detenidos concluyó hoy la reunión del enviado del gobierno central chino para explicar la restrictiva reforma electoral impuesta por Beijing a la ex colonia británica.

Tras los anuncios del gobierno comunista chino, ambas partes parecen ahora abocadas a un enfrentamiento en el que ninguna de las dos quiere dar su brazo a torcer.

Así, los activistas pro democracia de Hong Kong, acompañados de algunos parlamentarios, boicotearon la visita del subsecretario general del Comité Permanente del Congreso Nacional del Pueblo de China, Li Fei.

Los manifestantes interrumpieron el discurso de Li, coreando consignas y exigiendo poder elegir libremente el próximo líder de la ciudad en 2017. Mientras que en el exterior del centro de conferencias Asia World Expo, donde se celebró el encuentro entre el responsable chino y representantes locales, se produjeron breves enfrentamientos entre manifestantes y policía, que utilizó gases lacrimógenos. En la protesta algunos manifestantes fueron repelidos con gas pimienta y otros detenidos por las fuerzas de seguridad, sin conocerse su número, informó el diario español El País.

Beijing se había comprometido a implantar el sufragio universal en las elecciones locales a partir de 2017. Pero con candidatos que tuvieran su bendición. Frente a esta postura, Occupy Central (OC, la organización que capitaliza las reclamaciones prodemocráticas) y otros grupos exigían la implantación de un sistema que no sólo permitiera a los ciudadanos ejercer el voto directo, sino también designar candidatos. Los activistas pro democracia temen que con este nuevo sistema Beijing excluya de la lista de aspirantes a sus opositores y reclaman libertad total en la presentación de candidatos.

La propuesta de Beijing no hace concesiones a estos grupos: sí habrá voto directo, pero los candidatos no podrán ser más de dos o tres y tendrán que contar con el respaldo de una comisión nominadora de 1.200 miembros. Esa comisión, consideran los grupos pro democracia, hará de filtro para garantizar que los candidatos cuentan con el beneplácito del gobierno central.

A la tensión latente en la ciudad, se suma el que estos movimientos pro democracia lanzaron su campaña de "desobediencia cívica" como réplica a la decisión de China. Según explican sus organizadores las movilizaciones se prolongarán un largo tiempo. Otras organizaciones, como el movimiento estudiantil Scholarism, también anunciaron huelgas de alumnos en las universidades y los institutos de enseñanza secundaria. Joshua Wong, líder de Scholarism, aseguró que "la era de buscar un compromiso se ha acabado, comienza la resistencia completa".

Desde la devolución de Hong Kong a China en 1997, sus habitantes disponen de un sistema judicial y político distinto, así como de una libertad de expresión desconocida en el continente. Sin embargo, temen que China ejerza un creciente control sobre los asuntos del territorio.

El enviado del gobierno, Lei Fei, afirmó así que Beijing no tolerará que el ejecutivo de Hong Kong sea desleal con China. "Los que desean que Hong Kong se convierta en una entidad política independiente o cambie el sistema socialista del país, no tienen futuro político", advirtió. Los comicios de 2017 serán la primera elección directa de jefe ejecutivo de Hong Kong: Por primera vez el que ocupe el cargo será elegido por los electores. Por eso el anuncio sobre cómo se llevaría a cabo el proceso electoral era ampliamente esperado.

Es por esto que lo anunciado por el gobierno chino refleja los temores de los líderes en Beijing de que cualquier concesión política en Hong Kong podría alentar las demandas de liberalización en el territorio continental, afirma la cadena británica BBC. Demandas que ya habían sido extinguidas en la Plaza de Tiananmen en 1989.