Informe de la OMS sobre la calidad del aire en 91 países. Más de la mitad de la población mundial respira aire contaminado y sólo el 12% disfruta del aire puro, precisa el estudio.
Lima fue una de las 1.600 ciudades evaluadas.
La calidad del aire se
deteriora paulatinamente en el mundo, según un informe presentado hoy por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) que revela que más de la mitad de la
población mundial reside en urbes con índices de polución 2,5 veces mayores de
los recomendados por el organismo.
El informe hace un análisis de
la calidad del aire en 1.600 ciudades de 91 países, del que se desprende que
sólo el 12 por ciento de la población mundial que reside en ciudades respira
aire limpio.
“Lo más importante a destacar
es que la situación empeora en casi todos los lugares, y especialmente en los
países en desarrollo”, señaló en rueda de prensa María Neira, directora de
Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS.
La polución se agrava
particularmente en los países emergentes, y la presencia de partículas en
suspensión es especialmente elevada en las ciudades de los países del Golfo
Pérsico y del Sudeste asiático.
Los datos con los que cuenta
la OMS no son comparables porque se refieren a años diferentes (desde
Dicho esto, del informe se
desprende que entre las ciudades más contaminadas del planeta se encuentran
Nueva Delhi, Dacca, Ulan-Bator (Mongolia), Beijing y Karachi en Asia; Abu Dabi,
Doha, y El Cairo en Oriente Medio; Dakar y Accra en Africa; y Sofía y Ankara en
Europa.
En América Latina, la ciudad
con peores indicadores es Lima, y la que tiene un aire más limpio es Salvador
de Bahía.
El estudio diferencia a Lima
Norte (58) de Lima Este (36) y Lima Sur (29). En general en la región, las
ciudades donde se respira peor son: Rancagua (54 microgramos de PM 2,5) y
Chillán (53) en Chile; Santa Gertrudes, en Brasil (44): y Cochabamba, en
Bolivia (41).
Las altas concentraciones de
las partículas finas se asocian con un gran número de muertes causadas por
infartos y ataques cerebrales, por lo que la OMS advierte que residir en
ciudades donde los niveles son dos veces y media los recomendados “pone a la
población en riesgo de padecer problemas de salud a largo plazo”.