El vicepresidente de EE.UU. pidió a Moscú que use su influencia para hacer que los separatistas abandonen los numerosos edificios del gobierno tomados al este de Ucrania. Pero también amenaza con más sanciones y represalias.
El vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden, en rueda de prensa hoy en Kiev, Ucrania.
"Es hora de que Rusia deje de hablar y empiece a actuar (...) Necesitamos que se tomen medidas sin dilación", afirmó el N° 2 de la Casa Blanca durante una comparecencia en Kiev, donde permanecerá dos días, tras reunirse con el Primer Ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk .
Biden advirtió además a Moscú que si emprende nuevas acciones que EE.UU. considere una provocación, se encontrará con costos adicionales y más aislamiento, al tiempo que ha reclamado nuevamente a Moscú que retire sus tropas de la frontera con Ucrania.
Asimismo, aclaró que Estados Unidos no reconoce la anexión de Crimea por parte de Rusia y que Moscú debe dejar de hablar y comenzar a aplicar lo acordado la semana pasada en Ginebra. Entre las decisiones aprobadas está el desarme de los grupos paramilitares del país y el abandono de los edificios y plazas ocupadas. Rusia exige que también entreguen las armas las agrupaciones ultranacionalistas y cercanas al gobierno.
Biden llegó ayer a la capital ucraniana, Kiev, para abordar con los máximos dirigentes ucranianos la falta de avances en el cumplimiento de los acuerdos de Ginebra. Pero también para apoyarlos tanto política como económicamente.
A cambio, el vicepresidente pidió al nuevo gobierno pro occidental de Kiev combatir de forma más intensa "el cáncer de la corrupción".
Y subrayó que las elecciones presidenciales previstas para el 25 de mayo son las más importantes en la historia de la antigua república soviética.
En tanto, Gregory Pyatt, el principal diplomático estadounidense en Kiev, precisó que es demasiado pronto para saber si el pacto saldrá adelante, pero agregó: "La pelota está en la cancha de Moscú en términos de si van a tomar este atajo diplomático".
"Es necesario que haya resultados concretos", dijo Pyatt en Kiev, agregando que Estados Unidos se pronunciará sobre si funciona o no el acuerdo en "días, no semanas".
El viaje de Biden se concreta días después que Estados Unidos, Rusia, Ucrania y la Unión Europea firmaron un acuerdo en Ginebra que pide a Moscú que use su influencia para hacer que las fuerzas prorrusas abandonen los numerosos edificios del gobierno que han ocupado en varias ciudades del oriente de Ucrania.
En Moscú, el canciller ruso Serguéi Lavrov rechazó las acusaciones de que Rusia está detrás de los problemas en el este de Ucrania y de no cumplir el acuerdo de Ginebra.
"Antes de darnos un ultimátum que nos exige cumplir algo en dos o tres días, o atenernos a sufrir sanciones, exhortamos con urgencia a nuestros aliados estadounidenses a reconocer completamente la responsabilidad de esas personas a quienes llevaron al poder y a quienes tratan de proteger, cerrando los ojos a las atrocidades provocadas por este régimen y por los combatientes en quienes se apoya este régimen", dijo Lavrov en una conferencia de prensa.
La visita de Biden coincide con el anuncio de parte de EE.UU. de un paquete de ayuda por US$ 50 millones a Ucrania, dirigido a apoyar al país en su senda de reformas políticas y económicas, y a reforzar las relaciones con Estados Unidos, así como contribuir a la "seguridad y estabilidad" de la ex república soviética. Poco antes, Biden había prometido desde Kiev ayuda económica y política, entre otras cosas, para que Ucrania sea más independiente de los envíos de gas por parte de Rusia.