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Jaime Hales: ¿Qué es el tarot?

Jaime Hales detalla los secretos que se esconden detrás de los arcanos y la importancia de conocerse a sí mismo a través de ellos.

por:  La Segunda
sábado, 04 de enero de 2014
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Las cartas del Tarot son instrumentos misteriosos que nos conducen hacia las profundidades y los laberintos de nuestro propio yo, en la búsqueda de una mejor forma de vivir. Son herederas de un conocimiento milenario y manifiestan arquetipos del tránsito humano por la vida. Sirven de eficaces herramientas para acceder, en una mirada en profundidad y con precisión, a los secretos de la persona. El Tarot es un colaborador eficaz del terapeuta y de los profesionales que trabajan con personas.

Como todo Libro de Sabiduría, está escrito en un lenguaje que sólo se puede descifrar con especial disposición de fe, sencillez de alma y respaldo cultural suficiente para comprender símbolos que contienen mensajes milenarios.

El Tarot tiene 78 cartas y por ahora nos interesarán sólo los 22 Arcanos Mayores.

USANDO LAS CARTAS


Aplicamos las cartas como prismas para comprender las etapas de la vida, en el entendido que desde ese contacto con la sabiduría el sujeto debe iniciar su propio camino. La gran pregunta que se hace cada ser humano es ¿Quién soy, qué misión tengo, cuál es el sentido de mi vida, cómo ser más feliz?

EL ARCANO PERSONAL


El Tarot la contesta mediante un cálculo sobre la fecha de nacimiento, mediante un procedimiento de reducción por sumatoria, hasta encontrar el primer número que esté en la escala de 1 a 22. Ese número revela cuál es el Arcano Personal.

Con eso sé: Que yo soy ese Arcano; que nací con esos atributos y características, como recursos y frenos; cuál es mi tarea de vida, es decir aquello para lo que nací.

CALCULO DEL ARCANO PERSONAL


La forma de cálculo del Arcano Personal consiste en la reducción paulatina de las distintas cifras mediante la sumatoria de los dígitos del número más alto, a partir de la ordenación escrita de la fecha de nacimiento en tres columnas. Una vez alcanzado un número igual o inferior a 22 no se debe seguir reduciendo. Siempre se reduce el número mayor y en caso de igualdad, el que está a la derecha del lector. La mejor forma de explicarlo es a través de un ejemplo.

ARCANO IMPLICITO


Si el Arcano Personal tiene 2 dígitos, se puede sumar y eso arroja el Arcano Implícito, que da recursos adicionales al sujeto. En el primer caso sería el 3, La Emperatriz, y en el segundo el 7, El Carro, que le permite otra manera de mirar su realidad y sacar sus tareas adelante cuando el mundo concreto opone resistencias.

USANDO EL ARCANO PERSONAL


Una vez conocido el Arcano Personal, es la hora de comenzar a indagar en lo profundo de cada uno. El mejor ejercicio que podemos hacer es el de la Contemplación. Tomo mi Arcano Personal y lo coloco delante de mí. Por espacio de por lo menos 10 minutos lo contemplo haciéndole preguntas silenciosas: ¿Qué me das? ¿Qué me pides? ¿Qué debo aprender? ¿Qué debo hacer?

Esas preguntas serán contestadas mediante ideas que vienen a mi cabeza, recuerdos y sensaciones, que volcaré en un cuaderno que pueda releer cada cierto tiempo. Este ejercicio debe ser repetido con una frecuencia no mayor que semanal ni menor que mensual, por lo menos durante el primer año de encuentro con el Arcano Personal. 

Por qué conocerse a sí mismo


Conócete a ti mismo" decía en el frontis del templo de Delfos, donde las sacerdotisas formulaban sus oráculos. Lo más relevante de esa frase es la convicción de quienes las escribieron, en cuanto a que las personas no nos conocemos a nosotros mismos. ¿Es eso así? ¿De verdad no nos conocemos?

Cuando nacemos, venimos con tareas que han sido acordadas con la divinidad. Nuestra alma va a encarnar con ciertos objetivos fundamentales que deberemos cumplir mientras seamos humanos. La gran tarea del alma, desde su misteriosa creación por parte de Dios es realizar un aprendizaje para llegar a compartir la gloria y la esencia de ese mismo Dios del cual se ha nacido. En ese proceso tendremos que encarnar muchas veces para ir cubriendo los distintos aspectos de la realidad que debemos aprender. Cada vez nacemos con una tarea nueva y venimos al mundo con el bagaje acumulado en las anteriores encarnaciones. Por eso nuestra tendencia natural es a repetir lo que ya sabemos hacer -porque nos sale más fácil, porque ya lo conocemos, porque no parece ser necesario aprender - y no a cumplir con lo nuevo que nos corresponde. Pero además de esta controversia entre lo ya sabido y lo que debemos aprender está el encuentro con la realidad de la cultura --incluidos los padres y la familia - en la que empezamos a crecer, que nos condiciona, orienta (desorienta), presiona. Valores, estilos, comportamientos, exigencias, todo lo que nos aleja, generalmente es así, de los verdaderos propósitos de nuestra encarnación actual.

Nacemos para cumplir tareas, probablemente porque no la hemos hecho en etapas precedentes o simplemente porque hay algo nuevo que saber. Durante los primeros 9 años de vida aún podemos recordar mucho de lo que necesitamos saber para los fines dichos. Pero es tanto el esfuerzo que debemos hacer para adaptarnos a la vida humana, que esas informaciones quedan fuera de la memoria en la conciencia ordinaria, instaladas en el "espacio" que llamamos subconsciente. Entonces desde esa edad comienzan los problemas derivados de esta desorientación en la que quedamos sumidos y la única forma de encontrar el camino, de descubrir nuestra verdadera tarea, es mirar las señales que dejamos grabadas antes de nacer y que, tal como un explorador, debemos seguir para descubrir la ruta extraviada. Esas señales son, por ejemplo, el mapa del cielo al instante de nacer, la fecha de nacimiento, las marcas en las manos, el nombre, la familia, la madre particularmente.

CONCIENCIA DE NUESTRA IDENTIDAD

Lo que debemos hacer, entonces, es tratar de conocernos, es decir, saber quién soy, cuál es mi tarea principal, cuáles son las otras tareas, cuáles son mis recursos y cuáles son mis límites. Saber para qué nací y qué debo hacer, define todo lo demás. Eso es conocerse. Porque, debemos estar ciertos, no hay tareas sin recursos. El bueno de Dios, que nos amó primero, no nos asigna una tarea si no tenemos los recursos para cumplirla. El salsero Colón dice que "si naciste para martillo, del cielo te caen los clavos; y si del cielo te caen limones, aprende a hacer limonada".

Nos hemos olvidado en los primeros años de todo lo que debíamos recordar. Ya estamos inmersos en el mundo y se abre la posibilidad de ir adquiriendo conciencia verdadera de nuestra identidad y de nuestros objetivos de vida. Este es el desafío.

Sugiero un ejercicio: trata de decir quién eres olvidando tu profesión, tu estado civil, tu nacionalidad, tus estudios más importantes, tu apellido. Cuando contestes esa pregunta y te deje satisfecho, quiere decir que has iniciado el camino hacia el pleno conocimiento de ti y por lo tanto hacia el desarrollo de la conciencia.

El arcano personal, que proponemos en esta sección, es un modo de identificar en términos generales tareas y recursos. Es un punto de partida que nos ayuda a mirar nuestra vida, tan especial y única, con ojos más profundos y serenos, sabiendo que no estamos solos, sino inmersos en un mundo en el que tenemos un rol que desempeñar.

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