Internacional
Compartir | | Ampliar Reducir

MADURO EN SU LABERINTO: Entre la lealtad al legado de Chávez y la amenaza de una crisis interna

Fue la semana " horribilis " del Mandatario venezolano: justo cuando intentaba tender puentes hacia la oposición, le estalló en las manos la difusión de un audio que desnudó profundas divisiones en la cúpula chavista y reavivó el debate sobre la corrupción al interior del régimen. Ello, sumado a los problemas económicos y al anuncio de medidas que contradicen la línea fijada por Hugo Chávez, ha puesto en una posición difícil al sucesor del líder bolivariano.  

por:  Carlos Monge
sábado, 25 de mayo de 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
jQuery Carousel

La semana que culmina no puede haber terminado de peor forma para el chavismo. Partió el lunes con la difusión, por parte de diputados opositores, de un audio que registra una larga conversación entre  Mario Silva , conductor del programa televisivo "La Hojilla" y un teniente coronel cubano, Aramís Palacios , donde el primero le explica al segundo las divisiones al interior de la cúpula oficialista. Y terminó ayer con otra declaración de la Mesa de Unidad Opositora (MUD), calificando de "irresponsable" el llamado formulado por Nicolás Maduro , en un acto televisado, de "armar a los obreros" en defensa del proceso bolivariano.

En medio de estos dos peaks de conflictividad aguda entre gobierno y oposición, quedaron perdidos y desdibujados ciertos gestos de Maduro que apuntaban a mostrar algún grado de aperturismo por parte del Palacio de Miraflores y que tendían a descomprimir la agenda política, fuertemente marcada por la polarización que viene creciendo después de las elecciones de abril pasado, que Maduro ganó por menos del 1,5% de los votos.

Los gestos consistieron, en lo esencial, en reconocer que el desabastecimiento era un problema crítico y convocar de inmediato a representantes del sector privado para pedirle su ayuda con el fin de combatirlo. Así, el Presidente se reunió con Lorenzo Mendoza , dueño de Polar, un gigante de la industria alimentaria, y con miembros del grupo Cisneros, otro poderoso clan económico. Además, pidió que a partir de ahora las personas paguen por las viviendas sociales que, hasta el momento, el gobierno entregaba gratis. Y reconoció la existencia del flagelo de la delincuencia urbana, que ha hecho de Caracas una de las ciudades más peligrosas.

Antes, a fines de abril, había nombrado como encargado de negocios en EE.UU. al diputado Calixto Ortega con la intención de "incrementar el diálogo con la sociedad estadounidense", luego de que Washington descartara sanciones contra Caracas tras las polémicas elecciones.

Todos ellos gestos que van a contrapelo de los lineamientos políticos fijados por Hugo Chávez para la revolución bolivariana que se inició hace 14 años.

"Democracia iliberal"

Se trata, según Kenneth Ramírez ( ver nota aparte ), de una estrategia dual que combina un discurso bastante radical a ratos con un diálogo pragmático con los contradictores del chavismo, buscando ampliar la gobernabilidad amenazada por las acusaciones de "ilegitimidad" que son la base del discurso opositor. Y todo esto dentro del marco de lo que denomina una "democracia iliberal".

"Este concepto, bien desarrollado en la ciencia política, remite a un régimen político híbrido donde se apela a la celebración de elecciones libres -aunque no justas- como procedimiento básico para la representación política y la toma de decisiones; pero se restringen los derechos y libertades civiles y políticas, se elimina la separación real de los poderes públicos, y se limita la actuación de la oposición política, la sociedad civil y los medios de comunicación frente al poder establecido".

Para el presidente del Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales (COVRI), se trata, en definitiva, de un modelo de gobernanza en el que "un grupo político con mayoría circunstancial, bien sea por un liderazgo carismático y/o clientelismo, utiliza esta base electoral para cambiar el ordenamiento jurídico y cooptar todos los poderes del Estado, y utilizar esto como herramienta de ventajismo en busca de afirmar en forma perenne su hegemonía política".

Ecos de un escándalo

De todos los golpes recibidos por el gobierno de Maduro en estos días, el más demoledor ha sido, sin duda, la filtración de la conversación telefónica entre Silva y Aramís Palacios, quien fuera identificado por el diputado opositor Ismael García como jefe de la inteligencia cubana en Venezuela.

En la charla, Silva informa a su interlocutor que todos los aparatos policiales están en manos de Diosdado Cabello , presidente de la Asamblea Nacional y presunto líder del ala militar del chavismo, que confrontaría con el ala civil de Maduro, por la disputa de la hegemonía dentro del oficialismo tras la muerte de Chávez.

Sostiene que Cabello también controla fuentes de financiamiento en el Estado y que avanza en búsqueda del control de las FF.AA. en su conjunto y de PDVSA, la petrolera estatal. Para impedir que prosiga adelante con su política de copamiento de posiciones es indispensable, según Silva, mantener a Diego Molero en la cartera de Defensa y a Rafael Ramírez como ministro del Petróleo y jefe máximo de PDVSA.

" (Diosdado) no puede ponerse en público contra Maduro", porque "quedaría como traidor", dice Silva, pero está haciendo labor de zapa, apoyado por "elementos de ultraderecha". En otra parte del audio, el locuaz informante asegura que hay "temor de que Nicolás esté siendo manipulado por Cilia (Flores , su esposa y procuradora general de la República"). Califica al vicepresidente Jorge Arreaza (yerno de Chávez) como "sapo" que alimenta con información a periodistas de oposición. Y concluye su ácida descripción diciendo que "hay quienes roban porque creen que esto se va a desmoronar".

La reacción ante la denuncia de Silva fue escueta y significativa: declaró haber sido víctima de un complot montado por el Mossad y la CIA, y se despidió en público de su audiencia, luego de anunciar que suspendía la emisión del programa por razones de salud, afirmando que "hoy más que nunca, siempre con Chávez y Maduro".

El gobierno, en tanto, salió a dar inmediatas señales de unidad: el martes 21, Maduro y Cabello se mostraron juntos ante las cámaras para evidenciar que no existirían problemas entre ellos, al tiempo que el Mandatario señalaba que "ni el chisme ni la adversidad nos deben sacar del rumbo".

Liderazgo debilitado

Así, mientras el caso de "La Hojilla" marchaba hacia su judicialización luego de que la fiscal general anunciara el jueves que había ordenado la apertura de una investigación sobre la supuesta conversación entre Silva y Palacios, debido a las acusaciones de corrupción que se formulaban allí, Maduro pedía "a todos los seguidores de la revolución" socialista "combatir la corrupción del aparato público" y buscar la eficiencia de éste.

Pero no se limitaba a esto, sino que insistía, además, en que tenía la esperanza de que los grupos de la clase media que "odian" al chavismo recapaciten y se sumen a la "revolución" bolivariana.

Para Alfredo Keller , encuestador y analista, cercano a la oposición, "el gobierno se da cuenta, aunque no quiera admitirlo verbalmente, de su debilidad electoral. No le ha quedado otro remedio, por ejemplo, que apelar al sector privado para suplir las deficiencias de abastecimiento que se expresan en estanterías vacías. Que no haya papel higiénico es una bonita demostración de la incompetencia de lo que llaman el socialismo del siglo XXI".

A juicio de Keller, la pretendida postura dialoguista del gobierno "es un juego meramente táctico, ya que el discurso agresivo se mantiene. Incluso, la reunión con Lorenzo fue conminatoria. Lo obligaron a ir a Miraflores y entre medio lo llenaron de insultos. Este supuesto diálogo es casi una imposición. El gobierno pretende controlar una situación caótica y está contra las cuerdas de sus propios errores. Por eso arroja esta zanahoria del diálogo, que es una especie de salvavidas de emergencia".

¿Y qué pasa, en tanto, en las filas del chavismo? La estrategia mixta de Maduro, tender puentes de convergencia y golpear al mismo tiempo, genera contradicciones que no son fáciles de resolver. Nicmer Evans , connotado politólogo oficialista se ha convertido, casi sin querer, en el centro de una amarga polémica, donde se han cruzado duras acusaciones. Evans publicó a fines de marzo una carta pública a Maduro, llamándolo a "dejar las sumas que no suman nada" y a admitir que parte importante del legado del chavismo es, en su opinión, "la unidad en la diversidad de la izquierda".

Esta convocatoria no fue del agrado de sectores ortodoxos del chavismo que lo calificaron como "infiltrado" y "quintacolumna". No obstante ello, Evans volvió a la carga el 17 de mayo criticando en su programa radial "Cara o Sello" que Maduro se reuniera con "la oligarquía" (aludiendo así a los grupos Polar y Cisneros) y no con el Gran Polo Patriótico (GPP), que es el frente político, hegemonizado por el PSUV, que nuclea a los chavistas.

En la visión de Evans, si Maduro se reúne con el GPP habrá más posibilidades de que los candidatos a unas elecciones municipales, que aún no tienen fecha, pero que deberían realizarse este año, se nominen al cabo de elecciones primarias y no por la fuerza de un "dedazo", sea éste el de Maduro, el de Cabello o el de quien fuere. Y que el liderazgo del chavismo descanse, entonces, más en una institucionalidad partidaria que en el exclusivo carisma del conductor, como fue en el pasado.

Queremos conocerte. Por favor, responde esta encuesta.
Redes sociales
Redes sociales
Portada

Cerrar

img