Dicen en Argentina que la derrota del gobierno al aplicar la Ley de Medios contra el Grupo Clarín con el objeto de reducir su espectro radioeléctrico tendría sus consecuencias... Y al parecer, las tuvo.

La embestida contra la libertad de prensa de la administración de Cristina Fernández se coronó la semana pasada con el proyecto de ley que busca controlar la mayoría accionaria de Papel Prensa, el principal productor de papel de diario en Argentina -provee el 75% del consumo de esta materia prima en el país- y cuyos socios son precisamente sus máximos detractores y accionistas: El diario Clarín (que detenta el 49%) y La Nación (22,5%).

La iniciativa, que de prosperar permitirá controlar el papel que se les vende a ambos diarios, ha generado en las últimas horas duras críticas de parte de la Sociedad Empresaria Argentina y de la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP).

Este último organismo calificó de un "nuevo y grave retroceso" para la libertad de expresión en la Argentina la decisión del gobierno de fijar el precio, producción, comercialización y distribución del papel destinado a la prensa argentina.

Sin embargo, esta nueva arremetida es una más de las 600 que ha tenido que sobrellevar el Grupo Clarín, el mayor conglomerado mediático de Argentina que desde hace tiempo opera bajo un ahogo financiero, luego que el secretario de Comercio, Guillermo Moreno , prohibiera publicar publicidad en este medio, y en otros.

Además fue este mismo funcionario el que, en cierta medida, alertó sobre la embestida, tras presentarse hace dos semanas en la junta de accionistas del Grupo Clarín trenzándose en una discusión con su vicepresidente, José Antonio Aranda , quien cuenta a "La Segunda" los pormenores de esa "sorpresiva" visita.

En la reunión donde Moreno ingresó a gritos y acompañado de otros funcionarios de gobierno, apeló a la controvertida ley del mercado de capitales, que le permitiría a la Comisión Nacional de Valores remover el directorio del consorcio mediático sin orden judicial, en el caso que afecte a un accionista minoritario, como es el caso del Estado, que tiene el 9% de las acciones del Grupo Clarín.

-¿Cómo describiría el incidente ocurrido con el secretario de Comercio?

-Como una muestra más de la vocación del Gobierno por reemplazar la razón y la legalidad por el patoterismo, la provocación y el escándalo para encubrir sus propias acciones destinadas a destruir todo aquello que no controlan, entre ellas la prensa independiente. Como una cortina de humo que intenta desviar la atención del verdadero propósito del kirchnerismo.

-¿Sospecharon en algún momento que éste participaría de la asamblea o fue algo completamente sorpresivo?

-Nunca nos habían informado antes, pero a esta altura, que el gobierno esté dispuesto a este tipo de excesos no es algo que esté fuera de lo predecible. Lo que no deja de ser lamentable es que en el delicado momento que atraviesa nuestra economía, cuatro altos funcionarios públicos releguen sus tareas y dediquen cinco horas de su tiempo para hostigar a un medio de comunicación, sobre todo teniendo en cuenta que el supuesto objetivo de participación societaria lo podrían haber llevado adelante como en asambleas anteriores. Fue un claro mensaje de intimidación y provocación, y quizás el intento de preparar el terreno para otro tipo de acciones.

-¿Cuál fue el momento de mayor tensión?

-Toda la asamblea fue tensa. El claro objetivo de los funcionarios era hacer show para la televisión oficialista. Esto quedó demostrado por las reiteradas ocasiones en que el secretario Moreno se dirigía a las cámaras televisivas en vez de al presidente de la asamblea. Además, llegó acompañado de cámaras de distintos medios oficialistas.

-¿Es cierto que el revuelo llegó a tal nivel que bajó toda la plana de redacción del diario a enfrentar a los funcionarios kirchneristas y que usted tuvo que pedirles que no los agredieran?

-No, ninguna de esas cosas sucedió.

-¿A qué cree usted que se debe esta arremetida del "ministro favorito" de la Presidenta Cristina Fernández, según el diputado peronista Eduardo Amadeo?

-Creo que Moreno es el funcionario que utiliza el kirchnerismo para aquellas tareas que otros quizás todavía se resisten a abordar. Esas tareas que son más coherentes con lo que sería una etapa no democrática que con el funcionamiento del Estado de Derecho.

-Dicen que el secretario es autorizado en todo por la Mandataria y si no lo es tampoco lo desautoriza. ¿Cree que haya sido una orden de ella interrumpir a gritos la junta de accionistas?

-Me cuesta creer que funcionarios tomen decisiones de esta envergadura sin consultar. Además, después se supo que Moreno y Axel Kicillof (viceministro de Economía) concurrieron la mañana siguiente a Olivos convocados por la Presidenta para hablar de este tema. Así que me parece que está bastante claro.

-¿Esel peor incidente que ha tenido que enfrentar como vicepresidente del Grupo Clarín?

-Ya son varios. No se olvide que ya llevamos más de 600 ataques. Alguno de ellos de una bajeza terrible. Hemos sufrido falsas denuncias de lavado de dinero y acusaciones de violaciones a los Derechos Humanos.

-¿Finalmente, Moreno logró impugnar lo resuelto en la Asamblea?

-La asamblea se realizó y concluyó pese a los reiterados intentos de obstaculizarla.

-Presentaron una denuncia por abuso de poder ante la justicia.

-Esperamos que la justicia acoja nuestra denuncia. Creo que las imágenes del jueves 25 de abril hablan por sí solas.