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El poder real y la efectividad del "paraguas nuclear" que protege a Estados Unidos

Un ingeniero y un experto en desarme de Estados Unidos cuestionan las capacidades del multimillonario escudo antimisiles que recientemente fue reforzado con 14 interceptores ante la amenaza de un ataque de Pyongyang. Capacidad militar, alcance y eficacia están hoy en la mira. 

por:  Cristóbal Heiss y Manuel Galdames
viernes, 22 de marzo de 2013
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La última amenaza de Corea del Norte hacia Estados Unidos fue la de atacar sus bases militares en Japón y Guam en respuesta a los ejercicios militares -de bombarderos estadounidenses B-52- en Corea del Sur. Sin embargo, esta advertencia es una más de las lanzadas por Pyongyang contra el país del norte, que activó las alertas del Pentágono y decidió reforzar el "escudo antimisiles" que protege al país.

Unos mil millones de dólares tuvo que invertir el Pentágono en la compra de 14 nuevos receptores de misiles, los que se suman a los 26 existentes en Fort Greely, Alaska, y que junto a otros 4, situados en la base Vandenberg Air Force, en California, forman el potente "paraguas nuclear".

¿Su funcionamiento? Los interceptores están diseñados para elevarse de sus silos, alzarse traspasando la atmósfera y colocar un "vehículo eliminador" que puede alcanzar las ojivas que constituyen blanco, al embestirles a gran velocidad, destruyéndolas. Incluso se construiría un radar adicional en Japón, para observar con mayor precisión la trayectoria de posibles lanzamientos norcoreanos.

El sistema defensivo, que tiene un funcionamiento similar al de la OTAN (ver infografía), haría frente a un posible ataque norcoreano. Pero, ¿qué sucedería si el temor norteamericano se cumple, y Pyongyang decide atacar con un misil intercontinental a EE.UU. o Irán hace lo propio contra Europa?, ¿está la tecnología de escudos antimisiles lista para la prueba?

Un ingeniero nuclear y un experto en desarme de Estados Unidos explican a "La Segunda" los alcances de éstas y otras interrogantes sobre la coraza defensiva norteamericana.

"No puede esperarse nada en combate"

El doctor en ingeniería nuclear del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) Theodore Postol , dijo a "La Segunda" que el escudo antimisiles presenta dos problemas que merman la efectividad del sistema defensivo y que lo convierten en algo inseguro. El primero, dice Postol, radica en la ingeniería del sistema.

"La confiabilidad ha sido extremadamente baja en las pruebas: de 50% o menos, en un test que está orquestado y cuidadosamente planeado para que resulte. Los logros hasta ahora no han sido buenos. Si obtienes 50% en una prueba orquestada, no puede esperarse nada en combate".

La falta de precisión del sistema -que se basa en una constante triangulación de la trayectoria de los proyectiles- no es lo único que volvería "inútil" la multimillonaria inversión.

La segunda falla que presenta el sistema poco tiene que ver con la tecnología y podría aturdir a los más sofisticados satélites a través del uso de señuelos.

"Los sistemas tratan de interceptar cargas armadas en el vacío del espacio. Si inflo un globo dentro de un misil para que parezca una carga nuclear, viajarán juntos en el espacio como pluma y piedra por la falta de aire. Esto significa que los señuelos son extremadamente fáciles de manufacturar y es un problema fundamental más allá de la ingeniería", explica el experto.

¿Cuál es la probabilidad de que 30 o 40 interceptores le den al objetivo correcto? Por ahora, expertos que asimilan la información de radares y satélites se limitan a la práctica de "discriminar" sin certeza, comenta el experto.

Un globo dentro de un misil, al ser más liviano, tiene mayor tendencia a "tambalear" de una manera que lo distingue de una carga nuclear más pesada. "Eso puede ser verdad, pero no necesariamente siempre se da el caso", precisa el doctor del MIT, ya que actualmente pueden desarrollarse señuelos que se comportan de igual modo que un misil nuclear en el espacio.

A la inversa, se puede hacer tambalear de la misma manera un misil nuclear para que aparente ser un señuelo e invalidar así todo el proceso de selección por completo.

¿Un elemento disuasivo?

En un ámbito teórico, el paraguas nuclear -a su juicio- no entrega buenos resultados. " Tendrían que lanzar un misil en contra de cada blanco que creen que pueda llevar una carga nuclear. Con 50 globos que parecen estar cargados con una bomba nuclear, se necesitan 50 interceptores. Si se interceptan 20 de esos 50 y se asume que se logran dar al blanco a la mitad -algo que sería muy optimista- se tendría una probabilidad del 20% para derribar una carga nuclear. El problema de los señuelos es muy serio", advierte Postol.

La otra opción de discriminación que ocupan es por tamaño. Los cargamentos nucleares tienen una dimensión mínima; si un misil es demasiado chico, puede descartarse como amenaza. Este método se basa en la inteligencia que Estados Unidos maneja del armamento norcoreano y del nivel de desarrollo tecnológico que tiene Pyongyang.

El experto cree que Corea del Norte tendría una bomba nuclear de primera generación, es decir, de una tonelada. Cuando transportan más carga explosiva, más peso y menos trayectoria tiene un misil, dependiendo de las condiciones del lanzamiento. En el caso de Corea del Norte, agrega Postol, el misil "sólo podría alcanzar a Alaska" . Para alcanzar la costa oeste se requeriría una bomba más liviana y avanzada, que Kim Jong-un no tiene.

Postol no avala la proliferación de un paraguas nuclear. "Sospecho que no podría disuadir a un adversario. Pero, más importante aún, estoy muy preocupado de que no funcione. Las consecuencias pueden ser desastrosas si un Presidente estadounidense tomara decisiones condicionadas a este sistema de escudo nuclear", señala.

La jugada de Obama

Consultado sobre el propósito de invertir millonarias sumas en un sistema de defensa antimisiles que, según los expertos, no estaría funcionado, el ingeniero nuclear precisa que "existen personas que creen que esto sí puede funcionar. Estaban en el gobierno de George W. Bush . Pero en el gobierno de Barack Obama hay muy pocos".

No obstante desliza que el Mandatario demócrata puso énfasis en el escudo nuclear de Alaska, no necesariamente para protegerse de misiles, sino de los ataques de los republicanos.

Obama -añade- "retiró el financiamiento para construir el escudo de la OTAN no solamente por razones económicas, sino que políticas".

A su juicio, el Mandatario se encontraba en un tira y afloja por el lado diplomático, "Rusia se oponía firmemente, lo que complicaba las relaciones con Norteamérica. Pero si Washington cedía ante los rusos, éste sería atacado por republicanos quienes acusarían que los euroasiáticos dirigen la política norteamericana".

Postol detalla que ante este escenario, Washington decidió reforzar su escudo local frente a las amenazas de Corea del Norte, y así fue que decidió instalar en Alaska los 14 interceptores. De esa forma escapó del costoso proyecto de la OTAN y mantuvo una imagen fuerte para el electorado y los políticos republicanos, al "hacer todo lo posible para proteger a su país".

"Obama está al tanto del problema, preocupado de él y actuando. Y reasigna recursos porque los norcoreanos parecen una amenaza potencial. Ese es el juego que está jugando", puntualiza Theodore Postol.


"El escudo antimisiles es contraproducente para la defensa de Estados Unidos"


"La efectividad de un arma no se mide solamente por sus capacidades militares, también lo hace por cómo afecta al país diplomáticamente (...) Y Estados Unidos, se equivocó en ambos".

Esa es la visión que Tom Collina , director de investigación de la Asociación de Control de Armas, sostiene respecto de la efectividad del escudo antimisiles que acaba de reforzar Washington.

En entrevista telefónica con "La Segunda" desde Washington DC, el experto alude al significado de desplegar un escudo antimisiles en tiempos de paz.

"La relación entre los Estados Unidos y Corea del Norte no parecer ser exactamente de paz. Es una situación de amenazas entre los dos: una "pequeña Guerra Fría", se podría decir. Con Corea del Norte amenazando a los Estados Unidos y a otros países, no me sorprende que Washington esté tratando de responder a algunos, muy reales, avances de Corea del Norte, como por ejemplo la prueba nuclear del mes pasado".

-¿A qué obedece que se esté invirtiendo tanto dinero en defensa?

-Creo que está administración, como la anterior, están intentando demostrar al público americano que pueden hacer algo contra las amenazas de Pyongyang. Desafortunadamente, tomaron el camino equivocado. Nosotros (EE.UU.) ya pagamos millones de dólares al año por un arsenal de armas nucleares y de otro tipo. La mejor respuesta a Corea del Norte es decir: "Nosotros tenemos fuerza nuclear, si mandas un arma nuclear hacia acá, será lo último que hagas".

-Especialistas advierten que militarmente no es efectivo el escudo y que responde a una estrategia de Obama para no tener problemas con los republicanos.

-Esto es algo popular para los republicanos, que están muy a favor de la defensa con misiles. Pero la mayor utilidad política de esto -y no ha sido enfatizado por los medios- es que, al mismo tiempo que se anunciaron los 14 interceptores adicionales en Alaska, la administración anunció que cancelaría otro programa de defensa que sería utilizado en Europa ante un ataque de misiles iraní. Misiles que aún no existen. Ese proyecto (escudo antimisiles de la OTAN para 2018) era muy costoso, estaba atrasado y tenía aún muchos desafíos técnicos. También abrió la puerta para que Washington siga negociando con Rusia para reducir armas nucleares, algo que los rusos estaban reacios a hacer cuando se estaba desarrollando el proyecto.

-¿Qué consecuencias diplomáticas tuvo para EE.UU. retirarse del proyecto de defensa de misiles de la OTAN?

-Por un lado, queriéndolo o no, EE.UU. hizo algo que Rusia quería. No obstante, la suma de los 14 interceptores en Alaska será vista por China de forma negativa. No creo que Corea del Norte sea capaz de llegar a Estados Unidos, pero no cabe duda de que China sí tiene esa capacidad.

-¿Es un daño colateral que EE.UU. tendrá que aceptar?

-Sí, es una situación desafortunada para EE.UU. que siente que debe responder a las amenazas y ha tensado las relaciones con China. Lo que es muy irónico, porque China es realmente el país que le puede decir a Corea del Norte "corta esto, deja los misiles nucleares".

-¿Hasta qué punto es provechoso tener el escudo de misiles?

-Es muy poco provechoso. Mientras más misiles de defensa tenga EE.UU. menos conforme queda Rusia y eso impide reducir sus fuerzas nucleares. Si Estados Unidos arma sus sistemas de defensa misilística, Rusia y China desarrollarán un sistema de misiles nucleares ofensivos. Del mismo modo, nuestro sistema (norteamericano) de defensa no es efectivo; es una mala idea, y sería mejor reducir ese tipo de defensa para que Rusia y China reduzcan sus fuerzas nucleares.

-¿El escudo de misiles es contraproducente porque forzaría a los competidores de EE.UU. a gastar aún más dinero en armas nucleares?

-Así es. El escudo antimisiles es contraproducente para la defensa de Estados Unidos.

 


 
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