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"Aló, Presidente": Las infidencias que reveló en el programa de mayor audiencia de Venezuela

Nació en la radio y terminó en la pantalla chica, pero el espacio siempre conservó a su protagonista: Hugo Chávez Frías, quien en sus alocuciones contó dónde quería ser enterrado, cuáles fueron sus grandes pasiones y sus más profundas penas.

por:  La Segunda
jueves, 07 de marzo de 2013

El discurso del Mandatario duraba en promedio entre 5 y 6 horas y en él contaba algunas simpáticas anécdotas.


Fue el programa de opinión -radial y televisivo- de mayor sintonía a nivel nacional. "Aló, Presidente", nació el 23 de mayo de 1999 y en sus principios, su protagonista, Hugo Chávez, presentaría al país -todos los domingos- los avances, proyectos y novedades del "proceso revolucionario".

El formato permitía a los venezolanos interactuar con Chávez de manera amena y cercana, en vivo, a través de una llamada telefónica. Pero al estrenarse en la pantalla chica, el bolivariano se adueñó del micrófono y no paró por más de una década.

Tenía una duración variada. El espacio salía al aire los domingos, a las 11:00 horas, y terminaba, por lo general, a las 17:00 horas o unos minutos más tarde si la dinámica lo permitía.

Cuando el programa cumplió, el año pasado, 13 años al aire, se habían transmitido 378 capítulos, equivalentes a 1.656 horas o 69 días de transmisión.

Se difundió de manera ininterrumpida hasta que Chávez se enfermó de cáncer, en junio de 2011, dejando "Aló Presidente" sin voz por siete meses. No obstante, regresó a la pantalla en enero de 2012 con "bombos y platillos" y una programación de cinco horas.

Pero la transmisión más larga del programa duró 4 días, para la conmemoración del décimo aniversario del programa.

Con los años, "Aló, Presidente" se internacionalizó y se filmó en Guatemala, República Dominicana, Brasil, Argentina y por último Cuba. Además su formato fue copiado en Bolivia y Ecuador. La versión venezolana contó con invitados especiales: los líderes del ALBA -incluido Fidel Castro- y deportistas como Diego Maradona y actores hollywoodenses de la talla de Sean Penn y Danny Glover.

"Cuando muera, quiero que me entierren en Sabaneta"

Uno de los relatos más conmovedores contados por Chávez fue el de su pueblo natal, Barinas, donde ayudaba a su amada abuela Rosa Inés con los gastos del hogar vendiendo dulces de leche, llamados arañas. Tuvo una infancia pobre, pero según él, feliz al vivir en una casa llena de árboles frutales junto a su hermano mayor Adán. Tanto amor tuvo por esas tierras que "cuando yo muera, quiero que me lleven allá, a ese pueblo que es Sabaneta de Barinas", dijo en una alocución el entonces Mandatario

"A mi padre lo metí en este lío"

Una de las infidencias reveladas por el ex gobernante alude a su padre, Hugo de los Reyes Chávez: un maestro jubilado, quien sufrió mucho luego de que Hugo se involucrara en un alzamiento militar. "A mi padre lo amo, lo admiro y, además, lo metí en este lío. El andaba fundando comités bolivarianos por los pueblos, buscando firmas para la libertad de los soldados. Yo estaba prisionero, me enteré y lo lloré", recuerda Chávez de ese episodio. Y agrega, incluso escribí un poema llamado "los dedos de mi padre", los que -según él- perdió (tres) tras un accidente que tuvo, en esa época, cruzando el río.

"Los mataron"

Cuando era subteniente y llevaba sus años dentro del Ejército venezolano, a Chávez le ordenaron proteger un pequeño puesto de comunicaciones en el oriente de Venezuela. Una noche llegó al lugar un coronel con otros civiles y unos "señores amarrados que estaban enteros golpeados". Eran guerrilleros que habían atrapado en la jungla y que, según Chávez, venían "flacos, amarillos, pálidos. Campesinos golpeados y torturados". En la noche, el entonces subteniente dijo que lo despertaron unos gritos: "Le estaban dando (a los guerrilleros) con un bate de béisbol envuelto en un trapo", recordó. A los pocos días le llegó la noticia que se habían suicidado, pero Chávez le dijo a su comandante que eso no había sido así; a ellos "los mataron".

Cansancio espiritual

En un momento en que Hugo Chávez dijo sentirse muy cansado, contó que recibió la ayuda de su camarada Fidel Castro. A través de un mensaje en que el líder cubano le indicaba: "Quiero verte", Chávez partió a Cuba y terminó dando vueltas por un pueblo. Un grupo de jóvenes lo reconocen, así como un hombre con una mula, a quien el entonces Presidente de Venezuela dice recordar muy bien. Le contó sobre su aflicción por sentir un cansancio espiritual. -"¿Sabe lo que me dijo? Como si me hubiera leído (...) 'Chávez, en tu lucha no tienes derecho a cansarte. Te exhorto a que continúes'", relató Chávez de ese encuentro. Y sorprendido miró a Fidel, quien le reiteró: "Te exhorto a que continúes".

Su héroe, el "Látigo Chávez"

A Chávez -según el mismo reveló- lo apodaban "Bachato" o "Tribilín" y llegó a la Academia Militar, en Caracas, con la ilusión de ser pelotero de las Grandes Ligas. "Nunca olvido que ese fue uno de mis grandes sueños. Detrás del ejemplo del "Látigo Chávez", comentó. Isaías Chávez era un famoso pelotero, a quien Chávez admiraba y para él fue una tragedia cuando murió en un accidente aéreo. "Era un domingo, me levanté un poco tarde. A mí se me vino el mundo. Tenía, catorce años y el sueño de ser como el Látigo Chávez", narró en una oportunidad.

Su encuentro con el Presidente Lusinchi borracho

Cuando era teniente de las Fuerzas Armadas venezolanas, a Hugo Chávez le llegó la orden de ir a buscar una caja de whisky al Palacio de Gobierno. Entró y había una gran fiesta, y todas las autoridades del país -contó-estaban borrachas. Eso pasaba cada viernes, según dijo. Pero a Chávez le impactó las condiciones en que encontró al entonces gobernante de Venezuela. "Una noche vi cómo se llevaron al Presidente (Jaime) Lusinchi. Así, como en los monitos, cuando sacan al borrachito dando pataditas en el aire, que no se quiere ir, así se lo llevaron. Estaba muy borracho, en verdad".

Acercamiento a Marx

En otra oportunidad contó que fue fortuito su acercamiento a Marx, ya era subteniente y en una de sus caminatas hacia el monte encontró un Mercedes Benz negro. "Lo limpiamos, abrimos el maletero con un destornillador y conseguí un poco de libros de Marx, de Lenin; conseguí este libro por allá, lo leí aquí: 'Tiempo de Ezequiel Zamora', de ese gran revolucionario Federico Brito Figueroa. Aquel subteniente Chávez comenzó a leer aquí, comenzó a hablar con los soldados allá", detalló.

Cuando el golpista se encontró con las masas

Hugo Chávez apenas había salido de la cárcel en marzo de 1994, cuando lanzó su carrera hacia el Palacio de Miraflores. De ese episodio recordó que los soldados se dirigían a él como "Comandante", deseándole suerte al salir de la penitenciaria. Nervioso, paseó por el campo de béisbol, durante una media hora. Y al salir de la camioneta militar, para la rueda de prensa en la avenida Los Próceres: "Volteo y lo que viene es una avalancha sobre mí. Tumbaron la mesa, el micrófono (...), un soldado se atravesó diciéndoles que se pararan, lo tumbaron, el fusil rodó por allá. Yo rodé, me rompieron el liquiliqui. Ahí entendí mi destino".

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