Los ojos del mundo están puestos en el secretario de Estado Tarcisio Bertone, quien en su calidad de camarlengo no solamente será el vigilante del cónclave, sino que también el gran custodio del Vaticano, precisa Ana María Celis.
Si bien "nada se puede innovar o cambiar en la Iglesia, ni existe una autoridad que reemplace en su totalidad al Papa por mientras", la doctora en derecho canónico Ana María Celis cuenta que el camarlengo tendrá un rol clave en el próximo cónclave.
"El secretario de Estado se preocupará de los cardenales electores y de las tareas que se realicen antes, durante y después del cónclave", advierte.
Y su papel trasciende el simbolismo al estar a cargo de "recibir todas las anotaciones que hagan los cardenales en la elección del Papa y redactar el resultado de las votaciones de cada sesión", indica.
-¿Qué connotación tiene que el camarlengo quede al frente de los asuntos administrativos?
-Dado que hay sede vacante, nada se puede innovar o cambiar en la Iglesia, ni existe una autoridad interina o que reemplace en su totalidad al Papa por mientras. Por eso se distribuyen ciertas tareas. Algunas quedan a cargo de Angelo Sodano , decano del colegio de cardenales, como la convocatoria a los purpurados, la conducción de las congregaciones generales, presidir la misa que da inicio al cónclave, etc. Otras tareas, en cambio, se encargan al camarlengo, quien debe custodiar los bienes espirituales y materiales de la Iglesia, y preocuparse de los aspectos prácticos antes del inicio del cónclave y durante su desarrollo. Por ejemplo, a él le ha correspondido que se sellen las habitaciones del Papa y de los lugares pontificios como el Palacio de San Juan de Letrán y Castel Gandolfo. También le corresponde la destrucción de los símbolos de la potestad del Papa, como la destrucción del anillo del pescador y el sello de plomo.
-¿Qué específicamente administra desde ahora Bertone?
-Antes, es necesario recordar que cesan en sus funciones quienes presiden los diversos organismos de la curia romana, y debe entonces pedir informes sobre la situación financiera de cada uno, proveer lo necesario para el alojamiento de los cardenales en la Casa Santa Marta y para el adecuado desarrollo del cónclave. Para decidir ciertos asuntos, Bertone cuenta con la colaboración de 3 cardenales, que son elegidos cada tres días y con quienes conforma las congregaciones particulares. Entonces, más que un asunto de recursos materiales, se trata de aspectos administrativos en el sentido de ejecutivos tendientes al adecuado desarrollo del proceso.
"Recibirá las anotaciones de los cardenales"
Consultada sobres qué bienes del Vaticano administra el camarlengo, Celis dice no tener "conocimiento de que tenga dineros propios para administrar, sino que más bien debe custodiar lo que concierne a los demás organismos de la curia (...). Pero algunos aspectos económicos están presentes, ya que se deben destinar recursos para la estadía de los cardenales y para contar con los medios necesarios para las tareas que deben realizarse antes, durante y después del cónclave.
-¿Qué tipo de poder tiene Bertone sobre el cónclave?
-Durante la sede vacante, el cónclave es la reunión de los cardenales dirigida específicamente a la elección del nuevo Papa, por tanto, a los escrutinios o votaciones. Durante el transcurso del mismo, los cardenales reducen al mínimo su contacto con el exterior y el camarlengo, junto a otros que le asisten, debe vigilar que se cumpla con la reserva de todo lo que sucede durante las diversas sesiones de votación. Para ello, incluso con la colaboración de técnicos especializados, debe asegurarse de evitar todo tipo de grabaciones o transmisiones de lo que sucede dentro. Además, es el encargado de recibir todo tipo de anotaciones que hayan hecho los cardenales mientras se procede a la elección, y redacta en cada ocasión el resultado de las votaciones de cada sesión. Las votaciones se realizan en la Capilla Sixtina.
-¿Cuáles son los pasos a seguir en la discusión para elegir a un nuevo Papa?
-Una vez que se convoque a los cardenales (por el decano) a las llamadas congregaciones generales, que son reuniones de las que participan todos los cardenales (electores o no). Aquellas "preparatorias" se desarrollan diariamente desde que lo establece el camarlengo. En ellas se intercambia, a fin de que el camarlengo entregue las comunicaciones necesarias sobre diversos asuntos y escuche a su vez el parecer del colegio. Entre otros asuntos, se debe decidir a quién encargar meditaciones sobre los desafíos de la Iglesia, más allá de lo que puedan intercambiar ellos mismos. También, por ejemplo, deben aprobar los gastos hasta la elección del próximo Papa, leer documentos del Papa emérito, si los hubiere, y así otro tipo de aspectos que combinan lo práctico con los momentos de reflexión. Esas reuniones las preside el decano (Sodano) y se desarrollan habitualmente en el Palacio Apostólico Vaticano.
