Internacional
Compartir | | Ampliar Reducir

Chile y Piñera... vistos desde fuera

Ad portas de iniciarse el año final del primer gobierno de centroderecha en Chile en cinco décadas, "La Segunda Sábado" habló con observadores internacionales conocedores de la realidad chilena y de reconocido peso intelectual para saber cómo ven, desde la distancia, la administración del Presidente Sebastián Piñera y, también, cómo perciben la imagen externa del país.  

por:  Marcel Oppliger/La Segunda
sábado, 29 de diciembre de 2012
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
jQuery Carousel

Luego de 20 años de gobiernos de la Concertación, la llegada de la derecha a La Moneda en 2010 fue un hito político que dio pie a debates y análisis, tanto dentro como fuera de Chile.

En el extranjero, la salida de la coalición asociada directamente con la recuperación de la democracia tras 17 años de dictadura fue vista, en algunos casos, como la saludable alternancia en el poder de una democracia madura, y en otros, como una ominosa señal de posible regresión autoritaria.

Iniciada ya la etapa final de este gobierno, "La Segunda Sábado" quiso conocer la mirada de observadores externos de la realidad nacional que, sin embargo, la conocen de cerca.

Para ello, contactamos a Moisés Naím , analista venezolano que viene regularmente a Chile a dar charlas y conferencias, como volvió a hacer en la penúltima versión de la Enade; a Lord Daniel Brennan , presidente del prestigioso centro de estudios británico Canning House, quien además es miembro de la Orden de Bernardo O'Higgins; y a dos franceses muy familiarizados con la política nacional: el publicista y experto comunicacional Jacques Séguéla , quien asesoró al comando presidencial de Ricardo Lagos y hoy aconseja a Marco Enríquez Ominami, y al economista y filósofo Guy Sorman , otro viajero frecuente a Chile, donde entre otras cosas ha participado en los Diálogos Bicentenario que organiza el Ministerio de la Secretaría General de la Presidencia desde 2010.

Chico, lejano... y anónimo

La imagen internacional de Chile, medida según distintos parámetros -por ejemplo, la mejora en la clasificación de riesgo país anunciada esta semana por la agencia Standard & Poor's-, es casi uniformemente positiva, particularmente en dimensiones clave como la estabilidad política, la buena gestión macroeconómica y la solidez del Estado de derecho.

Eso vale, principalmente, para aquellos actores interesados, por distintas razones, en estar al tanto de la realidad chilena... que no son muchos.

"Francamente, acá no se escucha gran cosa de Chile. El único momento en que estuvo muy presente en los medios fue hace dos años, con el rescate de los mineros, como en todo el mundo. Pero no aparece prácticamente nunca, excepto a veces en las páginas económicas", dice Guy Sorman.

En lo cual concuerda su compatriota Jacques Séguéla: "Los franceses no conocen Chile, excepto el vino. Y que por mucho tiempo la sombra de Pinochet planeó sobre la imagen del país".

Pero además del relativo anonimato de Chile, tanto el intelectual liberal como el progresista coinciden en otra apreciación: que en materia de "reconocimiento de marca", el presidente Piñera tiene desventajas respecto de sus antecesores concertacionistas, al menos entre los europeos.

Según Sorman, "hablar de una percepción francesa del Presidente Piñera sería hipócrita, porque eso no existe. Sí es conocido en los círculos políticos y de gente que se interesa por América Latina, pero menos que su predecesora, porque la señora Bachelet posee una red de simpatizantes socialistas en Europa que ella supo activar. Piñera no tiene una red así".

"Bachelet era muy conocida aquí", afirma Séguéla, "porque Segolène Royale, la ex señora de (el actual Presidente, Francois) Hollande, habló mucho de ella durante su campaña. Pero fue Ricardo Lagos quien creó la imagen internacional política de Chile. Piñera es totalmente desconocido, aquí nadie sabría nombrar al Presidente de Chile".

Desde su base en Estados Unidos, Moisés Naím sostiene que "América Latina en general no está en el mapa de este país, con la probable excepción de Brasil y México, por razones muy diferentes. El mundo no está viendo a Chile".

"Ahora bien -se apresura a agregar-, yo soy una de las personas que siguen a Chile y veo que mantiene dos características muy interesantes, que ya se han vuelto crónicas. Una es que, a pesar de subidas y bajadas, a pesar de oscilaciones, Chile sigue siendo un país muy exitoso, incluso está teniendo progreso en la lucha contra la pobreza y el alivio de males sociales, medido contra lo que ha sido el resto de la región y a la gran mayoría de los países menos desarrollados".

La otra tendencia crónica, dice Naím, "es que los chilenos nunca van a reconocer eso y se la pasan quejándose. Los que miramos a Chile nos sorprendemos con lo bien que les va, y nos sorprendemos con lo mal que se sienten los chilenos con cómo les va. Hay una parte positiva en eso, porque es una lucha contra la autocomplacencia y te impulsa a hacerlo cada vez mejor, pero también hay una cosa de tener siempre un discurso y una percepción demasiado autocríticos".

De diferencias y similitudes

Desde afuera, los analistas juzgan positivamente que el actual Gobierno haya mantenido una importante cuota de continuidad respecto de las políticas de la Concertación, especialmente en materia social, pero a la vez reconocen las ambivalencias que debe generar para el Ejecutivo y su sector la permanente búsqueda de equilibrio entre continuidad y camino propio.

"A mi juicio -dice Lord Brennan-, gran parte del éxito de Chile en los últimos 20 años es que puede haber sido un gobierno de izquierda con la Concertación, pero no demasiado de izquierda. Y si ahora gobierna la derecha, muy bien, pero no debe gobernar demasiado a la derecha".

Lo anterior, reconocen los analistas, ha levantado críticas de que el gobierno no defiende sus verdaderos principios y que adopta banderas ajenas.

"En eso Chile se parece a muchos países. Los que están lejos del centro siempre quieren que los cambios se hagan rápidamente y de la manera que ellos quieren, a menudo sin gran consideración por las realidades de la vida económica", replica el británico. "Los políticos suelen estar más a la derecha o la izquierda que el ciudadano común. Por eso no me sorprende que haya gente de la derecha quejándose de que en Chile las cosas no se están haciendo como ellos quieren".

Para Guy Sorman, "el punto más importante es que Piñera ha mostrado que la alternancia política, cultural, intelectual y económica funciona. Desde Pinochet, todos los gobiernos fueron de izquierda o de centroizquierda. Lo que yo me preguntaba respecto de Chile era si el país iba a ser capaz de sobrevivir a la alternancia política".

"Sí -agrega de inmediato-, ya sé que me van a decir, porque estuve allá hace poco, que el Presidente es impopular, que mucha gente no lo quiere, pero eso no me impresiona para nada, porque en democracia casi siempre el gobierno de turno es impopular, por definición. El país está bien manejado, hay crecimiento, hay innovaciones sociales interesantes".

"El acierto ha sido mantener la política social que hubo en la Concertación", afirma Naím. "Estoy al tanto de que los empresarios chilenos están descontentos con algunas medidas que ha tomado el Presidente Piñera, y de que hay un debate legítimo sobre temas más bien técnicos de política económica, pero en el gran esquema de las cosas, la esencia es que está siendo un gobierno exitoso, siempre teniendo en cuenta que se enfrentó con vientos difíciles, como la crisis internacional y la situación con los estudiantes y las protestas callejeras".

Según Séguéla, "quien habla de democracia, habla de alternancia. De modo que era completamente lógico, normal y sano que la derecha llegara al poder. Veinte años es mucho tiempo. Ustedes tuvieron la suerte de tener una izquierda socialdemócrata, que supo aliar la distribución y la creación de riqueza. Por eso Chile hoy tiene tanta pujanza económica".

En todo caso, opina Naím, "algo que muestra el gobierno de Piñera es que los debates que hay en América Latina sobre qué significa ser de derecha o de izquierda, no ayudan. Cuando tú ves las políticas de Chile y Brasil, con Piñera y Dilma Rousseff, no encuentras diferencias fundamentales. El Presidente Humala, en Perú, llegó al poder con un mensaje de izquierda, pero no hay grandes diferencias entre lo que está haciendo él y lo que hace Piñera".

"Donde hay diferencias en América Latina -recalca- no es sobre posturas respecto del modelo económico, sino respecto de la tolerancia al disenso y a la democracia. Y estoy hablando, por supuesto, de Cristina Kirchner, de Rafael Correa, de Hugo Chávez, de Daniel Ortega...".

Debilidades y traspiés

Junto con lo anterior, los analistas reconocen temas como la respuesta ante las protestas sociales, la reforma educativa, la discusión sobre nuevas centrales de energía y la gestión política como áreas de desempeño poco lucido por parte de la administración Piñera.

"Quizás el Presidente no va hasta el final en cierto número de visiones. Por ejemplo, en educación hace tantas concesiones que no se sabe bien cuál es su posición. ¿Está por la privatización o no? Se lanzan ideas que no tienen aplicación concreta y al final todos están descontentos, tanto los que quieren cambios como los que no", critica Guy Sorman.

Y agrega: "En energía, teniendo en cuenta lo que representan muchos defensores del ambiente -es decir, unos grupos de lobby muy limitados-, creo que el Presidente debiera oponerse más valientemente a ellos".

Jacques Séguéla es más duro: "El posicionamiento de Piñera, que yo pienso le será fatal, es del siglo XX y no del XXI: 'Soy rico, y como soy rico, los voy a hacer ricos a ustedes'. Muy Berlusconi. No tiene los valores de esta nueva era, que son el compartir -que es mejor que solidaridad, porque ahí los que dan son siempre los mismos, en lugar de que todos compartan-, el respeto, escuchar y participar".

"Cuando veo que el Presidente es partidario de un sistema de educación mixto público-privado, eso es algo elitista, no es compartir. Para mí, es Mitt Romney, un hombre que hizo fortuna y está en la política. Ha manejado bien la economía, pero eso no basta, porque éste no es el tiempo del dinero, sino del corazón", asevera el publicista.

El traspaso de la banda

Conocedores de las distintas piezas en juego en el escenario electoral chileno, las fuentes consultadas están al tanto de los análisis sobre una posible derrota del oficialismo en 2013 y un retorno de la Concertación, y de los temores y esperanzas que ello genera en cada sector.

Al respecto, dice Sorman, "actualmente, en el mundo occidental -al que Chile pertenece-, pocos gobiernos se reeligen. Hoy, con las comunicaciones por internet, hay un clima contestatario general. Si la derecha chilena no gana la reelección no lo veo tanto como una señal de fracaso, sino como un signo de los tiempos. Que la derecha no va a volver al poder en mucho tiempo... no hay base para decirlo. Estamos en un sistema de alternancia acelerada, si usted quiere".

Queremos conocerte. Por favor, responde esta encuesta.
Redes sociales
Redes sociales
Portada

Cerrar

img