Asfixiadas por el calor o ahogadas por el agua. Así murieron la mayoría de las 46 víctimas registradas en Washington y otros estados, y los 171 fallecidos de la localidad rusa de Krymsk. Ambos fenómenos "se enmarcan en una tendencia del cambio climático. Habrá un incremento de eventos extremos", advierte el meteorólogo Jaime Leyton.
Mientras Washington registró entre el viernes y sábado pasado temperaturas de 41 grados, alcanzando un récord que no se había repetido desde 1930, el distrito de Krymsk -situada en el suroeste de Rusia, próxima al Mar Negro y donde se realizarán los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014 - fue golpeado por intensas lluvias e inundaciones que sorprendieron a sus habitantes durmiendo.
En Estados Unidos, la ola de calor azotó a una docena de estados, en particular Washington -un metro se descarriló debido a la temperatura y dejó varios heridos- y San Louis, Missouri, donde el termómetro marcó 46 grados. Al menos 46 personas murieron, principalmente personas de la tercera edad, quienes fallecieron atrapadas en sus hogares sin aire acondicionado debido a los cortes en el suministro eléctrico.
También figuran personas que sufrían problemas cardíacos en Ohio, y en Indiana un niño murió tras haber sido olvidado dentro de un automóvil a pleno sol, según el sitio indystar.com.
Otros decesos fueron registrados en los estados del este del país: Virginia, Nueva Jersey, Pensilvania y Tennessee.
No obstante, las temperaturas comenzaron a mermar hoy en el centro y este de Estados Unidos. Una ola de aire fresco proveniente de Canadá dio un respiro a los habitantes de los estados más afectados, según los servicios nacionales de meteorología.
En Rusia, donde hoy se guarda luto por los 171 muertos tras las peores lluvias en décadas, los servicios de rescate continuaban hallando cuerpos alrededor del distrito de Krymsk, de donde provienen 159 de las víctimas fatales. Esta localidad, con 60 mil habitantes, fue la más afectada por la lluvia torrencial y una violenta crecida el viernes último por la noche: Olas que rondaban los 7 metros de altura, se combinaron con las intensas precipitaciones caídas.
A muchos de los residentes la crecida de las aguas los sorprendió en mitad de la noche, cuando estaban dormidos . Tras casi dos días seguidos de intensas lluvias, la zona presentaba un paisaje de desolación, con árboles o partes de casas caídos o vehículos volcados.
"Abrimos las casas y encontramos sólo cadáveres", explicó el jefe de distrito de Krymsk, Vassili Kroutko , en una reunión de crisis con el Presidente Vladimir Putin, quien viajó el sábado a la zona afectada.
"Que llueva en horas lo de dos meses, no es normal"
"Ambos eventos no están relacionados entre sí, ni tampoco están vinculados con las heladas en el hemisferio sur", precisa a "La Segunda" el meteorólogo Jaime Leyton , jefe de la Oficina de Pronósticos de la Dirección Meteorológica .
No obstante, aclara que ambos fenómenos "se enmarcan en una tendencia del cambio climático. Se estima que hacia fines del siglo XXI habrá un incremento en la cantidad de eventos extremos: Precipitaciones intensas -gran cantidad de precipitación en pocas horas-, olas de calor -temperaturas en extremo altas y por varios días seguidos- y olas de frío".
Hay que recordar -según indica- que este año tuvimos algunas localidades del norte de Santiago con 40 grados de temperatura, por lo tanto "(EE.UU.) no es el único país que lo está viviendo y, por la cantidad de habitantes que tiene Washington y San Louis, en Missouri, afecta a mayor cantidad de personas y trae como resultado esa cantidad de muertos".
Las inundaciones en la ciudad de Krymsk, al noreste del Mar Negro, es el otro extremo, advierte el experto, por la cantidad de precipitación: "No es normal que llueva en menos de 24 horas lo que tiene que llover en dos meses". "Un evento similar afectó a Punta Arenas durante este verano: Se registró precipitación excesiva, del orden de 60 y 100 milímetros, que causó el desborde del río Las Minas", recuerda.
Consultado sobre el frío extremo que está azotando nuestro país, Leyton señala que a diferencia de "2010 -donde se registraron más de 100 muertos- y 2011 -que bajó a 50 fallecidos- por presencia de La Niña, las temperaturas bajas que ahora se registran se explican por la ausencia de nubosidad y no se enmarcan en el concepto de ola de frío", advierte el meteorólogo de la Dirección Meteorológica de Chile.
