Denise Paraná, la autora de libro sobre su vida relata la intimidad de la dura batalla que libró el ex Presidente para eliminar un tumor maligno en la laringe. Dice que temía perder la voz casi tanto como a la muerte.
Hay una escena del filme "Lula, o filho do Brasil" de Bruno Barreto (2009) que nadie que haya visto la película podrá olvidar con facilidad: durante una gran manifestación obrera en Sao Paulo, se apagan los amplificadores y Luiz Inácio Lula da Silva sigue hablando, desde el centro de la misma, mientras sus compañeros van repitiendo a voz en cuello, hacia quienes están detrás de ellos, lo que Lula dice, para que no se pierdan su discurso.
La anécdota ilustra lo importancia de la voz para quien, como Presidente de Brasil, y antes como dirigente sindical, basa buena parte de su capital político en una relación profundamente carismática con las personas. Por ello es que conmueve saber, por boca de Denise Paraná , su biógrafa "oficial" y, a esta altura, también su amiga, que lo que más temió este rudo nordestino -durante los meses en que luchó contra un tumor a la laringe, diagnosticado en octubre de 2011- fue perder la capacidad de comunicarse.
Periodista e historiadora, Paraná se vinculó a Lula, cuando contribuyó, como simple simpatizante, a su primera campaña presidencial, en 1989. La sedujo la figura de este líder metalúrgico que venció muchas adversidades en su vida y decidió, en 1995, hacer su tesis de doctorado para la Universidad de San Pablo (USP) sobre él.
Para ello habló largas horas con familiares y amigos. Y también, obviamente, con el protagonista central de una historia de resiliencia y perseverancia. La tesis, al año siguiente, se transformó en libro: "O filho do Brasil: de Luiz Inácio a Lula"..
En 2003, cuando el "sapo barbudo", como lo llamaban sus adversarios, ganó la Presidencia del país más grande de Sudamérica, la Fundación Perseu Abramo, vinculada al PT, decidió reeditarlo. Y en 2008, Paraná fue coguionista del filme que ella ya había visualizado como tal desde el momento mismo en que dialogó con Lula y su entorno cercano, y descubrió las enormes posibilidades dramáticas que su vida tenía.
Lo que sigue es el diálogo que ella mantuvo con La Segunda Sábado:
-¿Cuántos ejemplares de su biografía se vendieron en Brasil y en qué año fue traducida al español?
-Entiendo que se vendieron alrededor de 100 mil ejemplares, mientras la película fue vista por varios millones de personas. Fue publicado en español, en 2003, por la Editorial El Ateneo, de Argentina, y espero que esté siendo distribuido en todos los países de habla hispana. También se tradujo al italiano, el francés y el coreano.
No sé cuántos ejemplares se han vendido en todo el mundo, pero le puedo anticipar una novedad: hay un nuevo libro en desarrollo con entrevistas inéditas realizadas a Lula después de dejar el gobierno. Serán reflexiones sobre los hombres y el poder.
-¿Cómo nació el impulso de escribir principalmente sobre la "pre-historia" de Lula; es decir, antes de su conversión en figura pública?
-El deseo de escribir una biografía surgió a partir de conversaciones que tuve con él en 1990. Fue en ese momento cuando me di cuenta, con claridad, que Lula es el retrato de Brasil y, también, de América Latina. Como escribí en la introducción a la versión francesa del libro, su biografía es tan simple y sufrida, y al mismo tiempo tan compleja y grandiosa, que refleja el verdadero espíritu de las poblaciones marginadas que luchan por mejores días. Lula es un personaje único, singular, que ha estado en el centro de los acontecimientos políticos durante décadas, pero es, también, un ser plural, el retrato de millones de seres humanos sencillos y sufridos. De ahí su grandeza y de ahí la necesidad de contar esta increíble historia de superación.
-¿Y qué opina del filme de Barreto?
-Me gustó, disfruté de él. Aunque siempre he dicho que la biografía de Lula era un guión que ya estaba listo. Cuando escuché las primeras entrevistas entendí que aquello era cine. Dramaturgia de la más alta calidad que se desarrollaba en ambientes y escenarios cinematográficos. Había una plasticidad asombrosa e increíble en aquellas descripciones que Lula y sus hermanos hacían.
"Perder la voz para él era la muerte"
-Ud. fue su asesora en la campaña de 1989 y trabajó luego con Lula en el gobierno "en las sombras", que organizó en 1990. Lo conoce hace muchos años. ¿Cuál fue la parte más compleja de su batalla contra el cáncer?
-A pesar del apoyo de la familia, de innumerables amigos y de buena parte de la población brasileña, la lucha fue muy dura. Lula decía que a veces se sentía tan mal que hubiera preferido quedarse en estado de coma. Otra cosa que nos dijo es que perder la voz hubiera significado para él la muerte, porque sin ella no podría trabajar ni hacer contacto con las personas como sabe tan bien hacerlo. Lo más curioso es que, durante su niñez y adolescencia, Lula padecía una timidez terrible. Incluso era ridiculizado por algunos compañeros, y se le consideraba como el tonto del grupo porque siempre estaba en silencio. En las fiestas, tenía dificultades para sacar a bailar a las muchachas, porque no conseguía hablar con ellas. Su timidez era realmente un problema.
Lula fue despedido días después de lograr su primer empleo por exceso de timidez, ya que era un operador telefónico que no conseguía hablar por teléfono. Incluso cuando entró al sindicato metalúrgico, estando ya casado, todavía tenía horror de hablar en público. Con el tiempo y la necesidad, Lula fue ganando confianza y se convirtió en un gran orador. Entonces, vino el cáncer y la incertidumbre acerca de si podría o no conservar su voz. Fue un período durísimo. Pero, a juzgar por todos los indicios médicos (pese a que va a ser necesario hacerse exámenes de control durante cinco años más), Lula felizmente ya está sano.
-A partir de este diagnóstico que indica que el cáncer está bajo control, ¿cuál es su lugar político de aquí al 2018, considerando que él dijo que no participaría en los comicios de 2014, si Dilma Rousseff decidía repostularse?
-Lula trabaja en su Instituto y quiere viajar por el mundo para ayudar a combatir el hambre en los países pobres, especialmente en el continente africano. Él insiste en decir que Dilma no será candidata en 2014, sólo si es que ella no quiere. Y si ella decide competir, naturalmente Lula va a trabajar por su candidatura, como lo hizo en 2010.
Los ex Presidentes y los jarrones chinos
-Felipe González dijo que los ex jefes de Estado son "como jarrones chinos en departamentos pequeños. No se retiran del mobiliario porque se supone que son valiosos, pero estorban". ¿Cómo puede Lula, en caso de que decida esperar seis años más para volver al poder, mantener protagonismo sin hacerle sombra a Dilma?
-Felipe González ha construido una metáfora inteligente. Pero aunque sea perfecta para otros ex presidentes, creo que en el caso de Lula no aplica. Él tiene la característica de permanecer siempre en el centro de los acontecimientos políticos. Eso me llama mucho la atención.
Lula organizó las grandes huelgas que precipitaron el fin de la dictadura militar brasileña (aunque también otros factores contribuyeron a ello). En el movimiento por las elecciones directas, en 1984, fue uno de los principales exponentes. Después, fue diputado constituyente, en 1988. En la primera elección presidencial directa en 1989, participó y llegó a la segunda vuelta. Fue uno de los fundadores de la Central Única de Trabajadores y del PT, y durante décadas, una de las principales voces opositoras en el país. O sea, siempre participó, en forma central y activa, de los eventos políticos, incluso cuando no estaba en el poder.
Su deseo ahora, y él lo ha repetido, es ayudar al gobierno de Dilma "del lado de afuera del poder". Sé que esto es una tarea difícil, pero, en principio, parece que lo ha conseguido. Lula ha ayudado al PT pensando estratégicamente en las articulaciones y alianzas necesarias para fortalecer al partido. En definitiva, Lula ha acumulado un inmenso capital político que no se ha devaluado en el gobierno de Dilma.
-En una entrevista que dio a la revista Istoé, en 2003, Ud. tenía el optimismo de cualquier militante cuyo partido llega al poder. ¿Cuál es la evaluación que hace ahora de los dos gobiernos de Lula? Todos dicen que él ya tiene un lugar asegurado en la historia. Pero, en este caso, lo que importa es su opinión.
-Sí, concuerdo con usted, él tiene ya su lugar en la historia. Lula rompió paradigmas, estableció un nuevo modelo de relación entre el gobierno y la sociedad brasileña. Hizo lo que él llama una "revolución silenciosa", una revolución pacífica que se extendió a la política, la economía y la cultura.
Distribuyó el ingreso sin expropiar a nadie, sino haciendo enriquecer al país en su conjunto: 28 millones de personas salieron de la línea de la pobreza y 39 millones se sumaron a la clase media (en un país de unos 190 millones de habitantes). Vivimos un momento de plena democracia y de construcción de una autoestima que el pueblo brasileño nunca había tenido. Por todo eso es que Lula dejó el gobierno con casi el 90% de adhesión popular, un record histórico que marca un gobierno histórico.
Cinco meses de angustia e incertidumbreEl cáncer le fue diagnosticado a Lula el 29 de octubre de 2011, bajo la forma de un tumor a la laringe de tres centímetros. De inmediato, fue sometido a un intenso tratamiento en el Hospital Sirio-Libanés de San Pablo, que incluyó tres ciclos de quimioterapia y 33 sesiones de radioterapia. Cinco meses después, el 29 de marzo, Lula anunció que había conseguido vencer al temible mal.
Una resonancia nuclear magnética y una laringoscopia sirvieron para comprobar "la ausencia del tumor visible". Los médicos dijeron que sólo podría normalizar totalmente sus actividades a fines de abril. Pero, tras dejar el hospital, el ex mandatario se dirigió hacia el Instituto Lula, que él mismo fundó y preside, para grabar un mensaje televisivo mediante el cual difundió la noticia de su curación.
Y confidenció a una periodista cómo había sentido "un Hiroshima" dentro suyo, mientras luchaba para desalojar a las células cancerosas, y las dificultades para tragar alimentos.
En esa ocasión, expresó su reconocimiento a Dilma Rousseff, quien, "con la experiencia de haber vencido a un cáncer", en el sistema linfático, en 2009, "fue una de las personas que más ánimo me dio en los peores momentos".
Poco después, el 14 de abril, desobedeció a los médicos e intervino en un acto proselitista del PT en San Pablo. Apenas pudo hablar unos minutos, con voz ronca y débil, y luego de un acceso de tos, tuvo que detener su discurso. Dos días más tarde, grabó un mensaje en apoyo al Día Mundial de la Voz, destacando la labor de las fonoaudiólogas que lo ayudaron a salvar ese valioso "instrumento de trabajo". Incluso, bromeó y dijo que, al final del tratamiento, esperaba poder "cantar mejor".
"Lula no precisa de ningún cargo para hacer política"Lincoln Secco es profesor de la USP y autor de "História do PT" (2011), donde analiza las tres décadas de existencia del Partido de los Trabajadores. Conocedor de los entretelones de la política brasileña, comenta el regreso de Lula al juego político activo, tras superar la enfermedad que lo redujo a la inmovilidad en este aspecto.
-¿Qué puede hacer Lula, que es un "animal político" innato, para mantenerse vigente y en forma como líder del PT? ¿Cree que cumplirá su promesa de no repostularse en 2014, para permitirle a Dilma un doble mandato?
-En 2014, Dilma Roussef será candidata a la reelección. Es algo normal que un presidente ejerza este derecho. Pero lo "normal" es una constante que agrada más a los profetas. Los historiadores siempre desconfían de los acontecimientos. Los hechos pueden cambiar las tendencias que hoy nos parecen "normales". En 2014, Brasil puede estar muy bien económicamente e incluso ganar la Copa del Mundo (a pesar de que el fútbol en Brasil no determine mucho la conducta electoral). Eso crearía un clima favorable para la Presidenta. Pero también puede ocurrir lo contrario. Creo que lo más importante es que el PT tiene a Lula como una alternativa casi imbatible.
Si Dilma estuviera bien, él va a apoyarla y Dilma, en ese escenario, tiende a ganar. Si ella no estuviera bien, puede cederle el lugar a Lula, para que él arregle lo que ella no consiguió hacer. La verdad es que hoy la oposición en Brasil tiene pocas esperanzas de ganar la próxima elección. Y Lula no precisa de cargos ni de mandatos electivos para hacer política. La dimensión de su imagen y el tamaño de su partido le garantizan una exposición permanente. De hecho, siempre ha sido así desde 1980.
-¿Qué opina de la tesis de André Singer, quien afirma que el PT, como partido, ha sido reemplazado por el "lulismo", que es un movimiento mucho más amplio que el de su base tradicional -obreros calificados e intelectuales-, y que se apoya en los segmentos más bajos de la sociedad, que han visto como sus aspiraciones de movilidad social se cumplieron durante los gobiernos de Lula?
-La tesis de mi colega es correcta en lo esencial. Pero el lulismo no podría existir si es que antes no existiese el petismo. Fueron el PT, la CUT, el MST (Movimiento de los Sin Tierra) y numerosas organizaciones de la sociedad civil las que sostuvieron a Lula durante muchos años como una alternativa de poder. Es cierto que el lulismo es más que el petismo. Sólo que es un "petismo ampliado". Uno no puede vivir sin el otro. Aunque Lula haya ganado en 2006 con el apoyo de los más pobres del nordeste y contra una amplia clase media del Sur, centro oeste y sudeste del país, la votación de él en el estado de São Paulo fue muy grande y tuvo a muchas capas medias en su favor.
El problema del PT es que todavía no sabe cómo organizar a su nuevo electorado. Los más pobres no están interesados históricamente por la "forma partido" y prefieren "hablar directamente" con el líder. Pero no fue Lula el que creó esta relación directa. Él fue creado por los pobres en cuanto líder y no al revés. Lula no los manipuló, mismo ni aunque hubiese querido hacerlo. Son ellos los que llevaron a Lula del discurso sindicalista y laborista al habla popular. Su talento personal es el de haberse tornado "socialmente bilingüe", algo que ningún político brasileño importante consiguió ser.