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El crudo kirchnerismo de Cristina 2012

La expropiación de YPF, una apuesta política conflictiva, ratificó la vigencia de la política K a menos de cinco meses de iniciado el segundo mandato de la Presidenta Fernández.  

por:  Marcel Oppliger
sábado, 21 de abril de 2012
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Con su decisión de expropiar el 51% de la petrolera YPF -controlada por la multinacional española Repsol- la Presidenta Cristina Fernández desató un clamor que se escuchó alrededor del mundo.

Más aun cuando, horas después del anuncio hecho en cadena nacional por la Mandataria, funcionarios de su gobierno encabezados por el ministro de Planificación, Julio de Vido, ocuparon las oficinas de la empresa exigiendo la renuncia inmediata de los directores nombrados por Repsol, quienes debieron abandonar las instalaciones.

Tanto la polémica decisión como la puesta en escena de la Presidenta para darla a conocer -con una imagen de Eva Perón al fondo y sosteniendo un tubo de ensayo con petróleo adornado con una cinta albiceleste- son consistentes con la forma en que Fernández ha demostrado entender el ejercicio del poder (como antes su marido y predecesor, Néstor Kirchner, fallecido en 2010).

En eso coinciden tanto los partidarios como los detractores de la medida, pero donde los primeros ven coherencia y continuidad, los segundos acusan la radicalización del modelo político kirchnerista. En ambos casos, parece claro que Fernández ha decidido iniciar el tercer gobierno de la era Kirchner reafirmando la línea de los dos primeros.

Una decisión con precedentes

Como política económica, la expropiación de YPF tiene antecedentes en otras medidas de la última década (ver recuadro) que han enfrentado al Ejecutivo con los actores económicos privados domésticos y extranjeros, quienes han reclamado la vulneración de sus derechos de propiedad. Sólo en el primer mandato de Fernández, la estatización de los fondos privados de pensiones (con activos por US$ 24 mil milllones) y la expropiación de Aerolíneas Argentinas al grupo español Marsans fueron decisiones similares altamente controvertidas.

La constante y creciente necesidad de fondos para el erario -con un Estado que no tiene acceso al crédito internacional a resultas del "corralito" de 2001 y que aumenta sostenidamente el gasto público- está en la raíz de esas políticas.

"Mientras necesiten plata van a seguir en eso. Pero lo más grave no es lo de YPF, sino el cambio de misión del BC. Lo tipíco es que su mision sea controlar la inflacion o vigilar equilibrios macroeconomicos, pero aquí va a funcionar como una caja del gobierno", dice Edmundo Pérez Yoma, ex embajador de Chile en Argentina.

Se refiere a la controvertida reforma de la carta orgánica del Banco Central argentino aprobada el mes pasado por el Congreso, que liberó el uso de las reservas del instituto emisor para pagar deuda pública a criterio del Ejecutivo de turno.

Las políticas del gobierno, escribió el influyente columnista Joaquín Morales Solá, "están siempre espoleadas por dos razones: el dinero y las encuestas. Néstor y Cristina Kirchner se convirtieron en los abanderados de la privatización de YPF cuando su provincia necesitaba desesperadamente los recursos de las regalías. (...) Cristina Kirchner expropió YPF ahora porque ella también tiene problemas para pagar las desmesuradas facturas de las importaciones de combustibles, producto de la mala política energética del kirchnerismo".

Al respecto, el casi unánime juicio de los analistas económicos es que eso no solucionará el problema energético de Argentina, que hoy es un importador de hidrocarburos, pues el Estado no cuenta con los recursos para financiar las cuantiosas inversiones que se requieren para explotar el yacimiento de Vaca Muerta descubierto recientemente por la propia YPF, el cual se estima en cerca de 23 mil millones de barriles (Argentina produce actualmente 570 mil barriles diarios).

Sobre los efectos económicos que tendrá para el país la reacción internacional mayoritariamente hostil a la expropiación, Carlos Ominami, uno de los chilenos con acceso directo a la Casa Rosada en la era K, advierte que "yo no haría ningún pronóstico. El cierto que el riesgo país subió con el anuncio, pero la incidencia es marginal porque el riesgo ya era alto antes. Además, las predicciones de colapso económico de los últimos años se han equivocado sistemáticamente y Argentina no se ha ido al fondo".

El factor político

Ominami no desconoce el interés por las encuestas al que alude Morales Solá.

Con la decisión de expropiar a una empresa extranjera que controla un recurso natural estratégico, dice el ex ministro socialista, "la Presidenta gana base de apoyo, fideliza su base electoral. En ese sentido, no es una apuesta tan arriesgada, es una cosa razonable. Creo que tiene que ver con eso, ella engancha con el sentir popular".

En efecto, salvo unas pocas críticas desde la oposición -como la de Mauricio Maccri-, la medida fue bien recibida por el mundo político y la opinión pública argentinos.

Por otro lado, la forma en que se gestó y ejecutó la política remite al sesgo autoritario de medidas anteriores, como la nueva ley de medios que restringe la actividad privada -y considerada una amenaza a la libertad de expresión por organizaciones como la SIP- o la ocupación de las oficinas del diario opositor Clarín por parte de funcionarios estatales, entre otras.

Según editorializó el diario argentino La Nación, "en primer lugar, porque el Gobierno dispuso la intervención de la empresa aun antes de que se sancionara la llamada ley de soberanía hidrocarburífera, forzando al retiro de los directores de YPF de la propia sede de la compañía. En segundo término, porque la Presidenta, que se declaró respetuosa del derecho, dispuso la apropiación del 51% de la compañía sin cumplir con lo que prescribe su estatuto: que para adquirir más del 15% de las acciones es obligatorio realizar una oferta pública por todas ellas".

Nosotros vs. Ellos

La expropiación de YPF dañó aun más la imagen de un país que es considerado un socio poco confiable, como demostró la cesación de pagos de 2001 y el posterior acuerdo que significó a los acreedores perder el 75% de lo invertido. Y que además es criticado por publicar estadísticas que, a juicio de analistas independientes, maquillan la realidad.

"Me parece kirchnerismo puro", dice Pérez Yoma. "Siempre les gusta tener un adversario, alguien con quien trabar pelea de alguna especie. Los problemas que tienen son serios, con una inflación muy alta y no reconocida, con escasez de abastecimiento de petróleo. La nacionalización les permite distraer la atención de esos problemas. Y como las privatizaciones de la era Menem no fueron muy transparentes, eso sirve de argumento hoy", agrega.

"Los argentinos estamos cambiando una historia que muchas veces no quisieron escribir y que lo hicieron otros por ellos", dijo la Presidenta esta semana, celebrando la "recuperación" de YPF.

Según el analista argentino Rosendo Fraga, del centro de estudios Nueva Mayoría, "Argentina vuelve a dar un paso que la acerca a los gobiernos regionales del ALBA liderados por Venezuela y alejarse más de los de centroderecha o los de izquierda moderada o socialdemócrata".

"Sí, hay una matriz nacionalista, un intento de cimentar bases económicas sobre bases distintas", reconoce Ominami, "pero es que Argentina intenta recomponer una anomalía, porque había desaparecido el control público del petróleo. En eso no hay diferencia con Néstor, sino más bien continuidad".

La Presidenta Fernández le dio razón en el discurso con que anunció la decisión de expropiar YPF. "Lo único que lamento es que él (Néstor Kirchner) no pueda...; creo que desde algún lado lo está viendo, pero me gustaría que me estuviera mirando como hacía siempre, porque él siempre soñó con recuperar YPF para el país."

 Otras controversias de la era K

2003 - El gobierno de Néstor Kirchner rescinde contrato con operadores privados del servicio postal.

2004 - Se cancela concesión radioeléctrica del grupo francés Thales

2006 - Se rescinde la concesión de Aguas Argentinas, controlada por la francesa Suez.

2008 - Congreso aprueba la estatización de los fondos privados de pensiones y la expropiación de Aerolíneas Argentinas, controlada por el grupo español Marsans.

2011 - Congreso aprueba reforma que libera el uso de las reservas del Banco Central para pagar deuda pública.

2012 - Fernández presenta al Congreso proyecto para expropiar el 51% de YPF.

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