por:  EFE

martes, 10 de abril de 2012

Madrid.- Decenas de ex presos cubanos llegados a España entre 2010 y 2011 se concentraron hoy en la céntrica Puerta del Sol de Madrid para denunciar que más de 80 excarcelados y sus familiares “han quedado en total desamparo” tras dejar de recibir ayudas del Gobierno español.

España acogió entre julio de 2010 y abril de 2011 a 115 excarcelados y 647 familiares y allegados, en virtud de un acuerdo entre el régimen castrista y el entonces Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, que incluía un programa de ayudas por un periodo máximo de un año y medio.

"Ellos tenían que dar la ayuda del día 1 al 5 (de cada mes) y ya estamos a 10. Ya a partir de este momento si el dueño del piso decide dejarnos en la calle, quedamos en total desamparo,” dijo a Efe Juan Antonio Bermúdez, que aseguró formar parte del grupo de afectados.

La situación es “totalmente caótica,” añadió.

"Ya los niños no tienen comida, no tienen leche. Ya los niños no pueden ir a la escuela porque no tienen dinero para el transporte,” dijo el ex preso, que aseguró que la intención de los concentrados es mantener la protesta hasta conseguir “una respuesta” del Gobierno español.

"Vamos a permanecer aquí hasta que las autoridades españolas nos den una respuesta o nos manden para otros países o la Unión Europea asuma una responsabilidad con nosotros y nos dé el permiso para llegar a sus países,” aseguró Bermúdez, que insistió en que no quieren “ser mantenidos de nadie,” sino “trabajar” y “seguir luchando.”

Algunos de los concentrados portaban sus pertenencias personales.

El secretario de Estado de España para Iberoamérica, Jesús Gracia, dijo este lunes que se estudiaría “caso por caso” la situación en que se encuentran los expresos cubanos y sus familiares para ver la forma en la que se les puede ayudar.

Recordó, no obstante, que todos ellos cuando llegaron a España firmaron un documento en el que se les advertía de que la ayuda era "temporal.”

El ex preso Bermúdez, que aseguró que cuenta con estatuto de refugiado y que se estableció en la ciudad española de Torrelavega (norte), calculó que el fin de las ayudas afecta a unos 83 excarcelados y sus familiares, “alrededor de 500 personas.”

"No pueden llegar hoy y decir: ’Ya no hay ayuda y para la calle’. Tenemos niños, tenemos mujeres embarazadas, tenemos ancianos, personas enfermas...,” concluyó.