El ex Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que ayer fue dado de alta de su cáncer, declaró en la primera entrevista a la prensa desde octubre del 2011 que la enfermedad lo atemorizó.

"Hay gente que dice que no tiene miedo de morir, pero yo lo tengo, si yo supiera que la muerte está en China, me voy a Bolivia", afirmó al diario "Folha de Sao Paulo".

El ex Mandatario fue diagnosticado con cáncer el pasado 29 de octubre. Inmediatamente después fue sometido a sesiones de quimioterapia hasta diciembre, para luego pasar por 33 sesiones de radioterapia que terminaron en febrero.

Al recordar la intensidad del tratamiento, Lula fue tajante. "Creo que es la enfermedad más delicada. Es avasalladora. Vine con un tumor de tres centímetros y de repente recibí una bomba de Hiroshima dentro de mí" , aseveró el ex mandatario.

Los oncólogos que lo atienden en el Hospital Sirio Libanés de Sao Pablo, anunciaron este miércoles que constataron "la ausencia del tumor".

En la entrevista, Lula dijo que todavía tiene la garganta "muy dolorida", lo que le impide comer con normalidad, sobre todo alimentos duros . "La boca no soporta nada, nada", comentó y contó que está pesando 15 kilos menos.

"Si hubiera perdido la voz, estaría muerto"

Sin embargo, el ex Presidente de Brasil reconoció que uno de los principales miedos que tuvo durante su enfermedad fue perder la voz.

"Yo tenía más miedo de perder la voz que de morir: si hubiera perdido la voz estaría muerto ", aseveró el líder del Partido de los Trabajadores, que tiene una capacidad oratoria muy reconocida entre sus pares.

Tras el último diagnóstico, Lula demostró su intención de colaborar con algunos candidatos del Partido de los Trabajadores (PT) en las elecciones municipales del próximo octubre.

Y dijo que quería apoyar a la actual Presidenta, Dilma Rousseff , en su labor de gobierno y en su probable aspiración a la reelección, pero a otro ritmo. Lula dijo que ya no tiene ganas de contar con una agenda política "tan alucinante y loca" como la que tuvo cuando dejó el poder, que le llevó a realizar más de 30 viajes internacionales. Por lo mismo, descartó buscar un nuevo mandato: "Para mí no hay 2014, 2018, 2022".

-Voy a hacer menos cosas, con más calidad, (voy a) participar en las elecciones de forma más selectiva, a ayudar a mi compañera Dilma de forma más selectiva, en lo que ella entienda que puedo ayudar. Voy a volver más tranquilo. El mundo no se acaba la semana que viene, agregó.