La nominación al Oscar de la película "The Iron Lady" reflotó la polémica en Inglaterra por el supuesto deterioro de la salud de la ex Primera Ministra de 86 años, encarnada por Meryl Streep. Esperando la llegada del filme a nuestro país en febrero, cinco personalidades que compartieron de cerca con la Dama de Hierro relatan sus impresiones.
El ex director de El Mercurio, Juan Pablo Illanes , probablemente es el chileno que conoció a la ex Primera Ministra de la manera más particular.
Illanes explica que cuando Thatcher vino a Chile en marzo de 1994, él estaba invitado a un almuerzo en el Hotel Hyatt, donde la Dama de Hierro iba a dar un discurso.
"De repente oigo que su voz se empieza a quedar pegada, se le enreda la lengua y segundos después se produce un silencio de esos aterradores", recuerda.
"Me doy vuelta y la veo que está como cayéndose hacia el micrófono, pero con mucha fuerza de voluntad trató de seguir hablando y se aferraba con toda su fuerza al podio, hasta que simplemente se empezó a desmoronar", cuenta.
Acto seguido, sus asistentes suben al podio, la afirman para que no se desplome y la sientan en una silla cercana.
"Yo pensé que le estaba dando un infarto cerebral. Estábamos todos acontecidos al ver un drama de proyección mundial: ¡que se fuera a morir Margaret Thatcher en un almuerzo en Santiago!", señala.
"Entonces se paró Andrés Allamand y grita mirándome: "¡Un médico!". Y ahí me acordé que yo era médico", recuerda Illanes riendo.
"Subí y le tomé el pulso. Estaba palidísima, pero con pulso, recuperando la conciencia y me empezó a hablar. " I was barely finishing " (estaba a punto de terminar), balbuceaba, me lo dijo como 20 veces", cuenta.
Al darse cuenta que la Dama de Hierro estaba bien, Illanes le recomendó subir a su pieza a hablar con más tranquilidad.
"Me contestó que sí, pero que le gustaría pararse y decir unas palabras para disculparse", recuerda el profesional.
Una vez instalados en la suite presidencial, Thatcher le explicó que el día anterior había almorzado mariscos en Zapallar y había quedado con el estómago sensible, por lo que había decidido no tomar desayuno. "Fue una fatiga común y corriente", concluyó.
Fernando Barros fue testigo privilegiado de su lazo con PinochetAl menos 12 veces son las que el abogado Fernando Barros estuvo con Thatcher y en las cuales siempre observó a una persona "típicamente británica, pero de un ingenio y de un humor muy agudo".
Barros conoció a Thatcher en 1998 durante la detención de su cliente, el general Augusto Pinochet, en Londres, donde la Dama de Hierro y su entorno "jugaron un rol decisivo en evitar la extradición del senador a Madrid".
"Me tocó estar en varias oportunidades, en reuniones de trabajo, en encuentros sociales, en su casa, organizando visitas de personeros políticos, de delegaciones", agrega.
Según Barros, Thatcher "era muy afable y siempre estuvo dispuesta a firmar autógrafos y fotografiarse con personas, de llegar con una cordialidad a ver al senador Pinochet como una visita más".
El abogado explica que la ex Premier se involucró en el proceso a tal punto que el día de la liberación de Pinochet le mandó un significativo regalo.
"Cuando se libera al senador Pinochet y estaba ya en el avión listo para partir, un auto de la oficina de la señora Thatcher se dirigía a toda velocidad para entregarle un regalo antes de partir. Hay una bandeja de plata que se acuñó en un momento cuando las Fuerzas Armadas inglesas derrotaron a la Armada Invencible española (en el siglo XVI). Ella le manda una réplica de esta bandeja con una nota que decía: "Adjunto esta bandeja en recuerdo de otra victoria contra las pretensiones españolas".
La última vez que Barros estuvo con la Dama de Hierro fue en la Navidad de 1999. "Me invitó a su Christmas Party , que era una reflexión que ella daba días antes de Navidad. Posteriormente estuve con ella en una reunión en Washington el 2001 y ahí estaba de una lucidez perfecta", recuerda.
El periodista y abogado Hermógenes Pérez de Arce no sólo conoció a Thatcher cuando vino a Chile en 1994, sino que además le hizo una entrevista para el diario El Mercurio.
Avido lector y admirador de su gestión y obras, Pérez de Arce estaba al tanto de sus políticas y puntos de vista en lo económico y en lo socio-político.
"Quedé con la impresión de que era una persona de mucha solidez intelectual. Gran lectora, me señaló que sus autores preferidos eran C. S. Lewis y Frederick Hayek . De ambos ella había leído todas las obras y tenía gran precisión de conceptos sobre lo que habían escrito", explica.
Al contrario de otros chilenos que estuvieron con ella, Pérez de Arce recuerda que la Dama de Hierro "era un poco distante, si bien comedidamente amable, pero no afectuosa".
"Hasta diría que algo recelosa en el trato. Yo no me habría atrevido a saludarla de beso, por ejemplo", grafica en su estilo.
Lucía Pinochet: "A veces llegaba a la casa con un queque"La mayor de las hijas del general Augusto Pinochet , Lucía , también conoció a la Dama de Hierro cuando ésta visitó Chile en marzo de 1994, durante una comida que el fallecido empresario Hernán Briones le ofreció en su casa.
Admiradora declarada de la ex Premier, la actual concejala por Vitacura asegura que quedó "feliz de conocerla, la encontré regia, encantadora y sencilla", pero no pudo profundizar mucho su relación porque "en una comida es tan impersonal".
Sin embargo, luego de que su padre fuera detenido en Londres en 1998, y ella se trasladara por largas temporadas a la capital inglesa, ahí "estuvimos varias veces juntas".
Consultada sobre si Thatcher tiene un trato distante, Pinochet asegura que "no es así en absoluto. Es muy suave, muy humana. A veces llegaba a la casa (en Londres) con un queque. Entonces la conocí en esa dimensión, más humana".
La concejala señala que "está enferma, con alzheimer, eso es real", y ocupa el ejemplo del ex Presidente de Estados Unidos Ronald Reagan para aseverar que "parece que a la gente muy inteligente le da alzheimer, eso he oído al menos".
Pablo Longueira: "Fina, educada y con ideas muy claras"El ministro de Economía, Pablo Longueira , se quedó con la mejor de las impresiones sobre Lady Thatcher en las dos ocasiones en que estuvo con ella en 1994.
"Se trataba de una persona con un gran liderazgo, fuerza en sus convicciones y con sus ideas muy claras, así como también una mujer muy fina y educada".
El ex senador estuvo con ella también en Londres. En ocasiones intercambiaron correspondencia y una vez ella incluso lo felicitó por su victoria electoral en 2001 y le mandó un saludo de Navidad.
Ante los rumores de que la ex Premier padecería de alzheimer, Longueira asegura que de las veces que estuvo con ella no percibió "absolutamente ningún indicio de la enfermedad".
Si la Dama de Hierro tiene o no alzhemeir, para el ministro "no tiene nada que ver con el gran liderazgo que tuvo durante muchos años en la política inglesa y mundial, así como la tremenda contribución que realizó al triunfo de nuestras ideas de una sociedad libre en el mundo".