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Ministro alemán recurre al “factor humano” al explicar su presunto plagio doctoral

"Sí, cometí errores, graves errores que lamento. Pero no incurrí en plagio, ya que no hubo por mi parte intención de engañar”, afirmó el ministro.

por:  EFE
miércoles, 23 de febrero de 2011
Berlín.- El ministro alemán de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg, recurrió hoy al “factor humano” para explicar ante el Parlamento el presunto plagio en su tesis doctoral, cuestión que ha puesto en entredicho la credibilidad del político más popular del país y “estrella” del gobierno de Angela Merkel.

"Sí, cometí errores, graves errores que lamento. Pero no incurrí en plagio, ya que no hubo por mi parte intención de engañar”, afirmó el ministro, en la interpelación parlamentaria convocada a instancias de la oposición socialdemócrata, verde y de La Izquierda.

Guttenberg, un aristócrata bávaro de 38 años y arquetipo de político de carrera intachable, compareció ante el hemiciclo con la cabeza más gacha de lo habitual para someterse a la pregunta de si sólo “olvidó” citar a sus fuentes o si, como apuntan los medios estos días, “volcó” textos de hasta diez páginas de autoría diversa.

El ministro insistió una y otra vez en que no actuó de mala fe, evitó la pregunta de si creía que había dejado de ser un buen ejemplo para estudiantes, en general, y su tropa -o sea, el Ejército-, en particular, y atribuyó lo ocurrido a su exceso de trabajo.

Combinar carrera política, con el doctorado, con su quehacer como esposo y padre de familia “me desbordó”, dijo, y de ahí esos errores que han conducido a su renuncia “con gran pesar”, a seguir utilizando el título de doctor.

Guttenberg se disculpó, por activa y por pasiva, ante todos aquellos a quienes había decepcionado, incluida la Universidad de Bayreuth, donde entregó su tesis y cuya reputación, a escala académica, ha quedado tan en entredicho como la del ministro.

Sin embargo, y frente a las exigencias de dimisión de las filas socialdemócratas, que sacaron a colación el caso de un oficial degradado por haber copiado un examen, Guttenberg insistió en que no se le podía acusar de plagio y se remitió a que debía esperarse el informe en curso por su Universidad, no a informaciones de internet.

Guttenberg trató así de superar un nuevo trance, en un caso muy embarazoso para el ministro “estrella” de Merkel, considerado un renovador tanto de la tradicionalista Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), su partido, como de las Fuerzas Armadas.

El ministro ha sido el impulsor de la suspensión del servicio militar en Alemania, recién aprobada por la coalición de Merkel tras décadas de defensa febril del reclutamiento obligatorio, y tiene ante sí el cometido de reformar las estructuras militares hacia un ejército profesionalizado.

El escándalo de la tesis ha hecho que se sacara a colación estos días su mala gestión en situaciones críticas, como el bombardeo de septiembre de 2009 en Kunduz (norte de Afganistán), en que murieron 142 personas, en su mayoría civiles, y, recientemente, la muerte de una cadete del buque escuela “Gorch Fock”, al caer de un mástil.

El ataque de Kunduz ocurrió bajo mando alemán, siendo titular de Defensa Franz-Josef Jung -antecesor de Guttenberg- y costó el cargo al secretario de Estado de Defensa Peter Wichert y al inspector general de las Fuerzas Armadas Wolfgang Schneiderhan, además de al propio Jung, quien dimitió meses después siendo ministro de Trabajo.

A Guttenberg le correspondió la tarea de esclarecer las responsabilidades de un ataque que inicialmente calificó de "proporcionado” y luego, visto el escándalo, de “desproporcionado”.

Reacción parecida tuvo respecto al “Gorch Fock,” en que primero defendió la gestión de su capitán y luego, al arreciar las críticas a los duros métodos de instrucción en ese buque, le destituyó.

En el caso de su tesis siguió un proceso parecido: con pocos días de diferencia rechazó primero -a través de un portavoz- toda acusación, luego admitió “errores”, más tarde los consideró “graves fallos” y finalmente renunció al título de doctor, potestad que, en rigor, no compete a él, sino a Bayreuth.

En los medios se apoda ya a Guttenberg de “Googleberg” y se le compara, por su condición de aristócrata bávaro, con el famoso y literario Barón Münchhausen, por sus legendarias mentiras.

Merkel le ha respaldado con el argumento de que le designó por su capacitación para el cargo, no por tener un doctorado, y su CSU hasta ahora le ha ratificado asimismo su pleno apoyo.

Las encuestas revelan asimismo que el escándalo no ha hecho mella en su popularidad.

Su posición de relativa estabilidad podría, sin embargo, tambalearse, de comprobarse que efectivamente incurrió en plagio -en un 73 por ciento de la tesis, según una plataforma digital creada para detectar tales operaciones de “volcado- o que utilizó algún "escritor fantasma” o incluso un empleado del Bundestag. 
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