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Ignacio Arellano, filólogo español: "No puede haber lenguaje sin insultos... es útil, pero peligroso"

El académico, experto en lingüística y el siglo de Oro, defiende el uso de los insultos, analiza el español chileno y aconseja leer más clásicos.

por:  La Segunda
lunes, 01 de diciembre de 2014

Foto CESAR SILVA

Por Maximiliano Arce

No pierde un segundo en nuestro país. Cuando no está haciendo charlas sobre literatura española o edición de textos, el profesor de la Universidad de Navarra, Ignacio Arellano, aprovecha de ir al cine. En su estadía realizó un seminario sobre algunos usos, funciones y perspectivas del insulto en el siglo de oro en la Universidad de Chile.

-¿Cómo ha evolucionado el uso de insultos a lo largo de la historia?

-Hay insultos que siguen siendo los mismos y otros que no, porque tienen que ver con la situación social, con la permisibidad de ciertas sensibilidades. En el siglo de Oro habían muchos insultos relacionados con defectos físicos. Cuando Quevedo se burla de Ruiz de Alarcón, que era jorobado de pecho y espalda, le llama "hombre entre paréntesis". Hoy eso es más agresivo.

-¿Siempre es agresivo?

-Sí, pero tiene que tener ciertas limitaciones para que se pueda usar de manera social. Depende también del grado de agresividad y los valores sociales.

-¿Podemos poner a las groserías y los insultos en el mismo saco?

-No necesariamente. Un insulto siempre es grosero en su intención, pero no en su exposición verbal. Hay groserías que no son insultos. Una persona mal educada es una persona grosera delante de una situación. Para insultar a alguien se puede hacer con groserías o con refinamiento.

-¿Cómo sería eso?

-Un insulto grave era tratar a alguien con una fórmula de cortesía que no le correspondía: tratar a una persona de vos en vez de vuestra merced.

-¿Por qué la gente usa los insultos?

-Es una parte fundamental del lenguaje. No puede haber lenguaje sin insultos. Lo mismo en que no hay relación social sin conflictos. Ese conflicto se canaliza por medio del insulto muchas veces. Otras veces buscamos hacer el mal que podamos. Es un mecanismo de defensa. El insulto es un golpe verbal.

-¿Y qué pasa con los no verbales?

-El insulto también puede ser gestual. Levantar el dedo de al medio, sacar la lengua.

-La RAE cada vez ha incluido más palabras, e incluso insultos. ¿Ud. lo considera correcto?

-El diccionario recoge un estado de lengua. Cuando recoge una palabra que tiene una connotación peyorativa, el diccionario no la está defendiendo. Esta definiendo lo que significa. Las palabrotas también forman parte. Cuando la gente cambie su modo de expresarse, podremos encontrar esas palabrotas en el diccionario con la frase "deshusado".

-Como miembro de la Academia Chilena de la Lengua, ¿qué le parece cómo hablamos los chilenos?

-Los chilenos hablan el español de Chile perfectamente. Como en todas partes, hay hablantes con más palabras que otros.

-Hay palabras que ya no usamos o que nadie más las entiende

-El idioma siempre está cambiando. En Sudamérica hay varias Atenas. Veo en ciertos blogs que la gente defiende el uso del "español latino", que la verdad no sé qué es. Un hispanohablante puede entenderse con cualquiera.

-¿Hubo alguna frase o dicho que le llamara la atención de los chilenos?

-No, porque uno se va acostumbrando y reconociendo ciertas palabras. Si uno se mueve en un ambiente académico, quizás nunca escuches las palabras o modismos de las películas chilenas.

-¿Y cuáles serían aquellas?

-El huevón por ejemplo. En las películas es lo que más usan. O formas verbales como el "cachai" o las terminaciones en "ai". Son peculiaridades que la primera vez que las oyes simplemente te llaman la atención.

-¿ Qué le parece que los medios ahora publiquen o repliquen insultos?

-Tiene que ver con la permisividad de la norma social. Depende un poco del registro y del género, si es literario o periodístico. El insulto no es admisible ni inadmisible en sí.

-¿A qué se refiere?

-Si quiero hacer una ponderada argumentación, no puedo ponerme a insultar, tengo que ponerme a razonar. Pero si es una sátira, lo que no haré es razonar. Lo que importa es hasta qué punto la sociedad admite un cierto grado de insulto que pasa de ser un arma en el nivel verbal, a convertirse en una degradación de la vida cívica y de la vida ciudadana. El insulto es útil, eficaz, pero es muy peligroso.

-¿El uso de las redes sociales ha hecho más básico al lenguaje?

-El panorama deprime un poco. Las redes sociales han trivializado enormemente la comunicación. Se está creando una vorágine de basura textual.

-¿Cómo se combate eso?

-Que la gente comience a escribir mejor. La gente se tiene que educar más, ser más exigente y ser más reflexiva. Dudo mucho que se pueda conseguir.

-¿Nos falta leer más?

-Todo lo que se lea siempre es poco. A los que les gusta leer, siguen leyendo. Ahora lee más gente que nunca. Otra cosa es lo que se lee. Siempre hay textos que convendría leer más.

-¿Se refiere a los clásicos?

-Sí. A veces son difíciles de leer, pero habría que leerlos más. Son los más importantes y representan una continuidad cultural de la humanidad. No significa que está mal que se lean "best sellers".

 Diccionario chileno

 -La nueva edición de la RAE y ASALE incorpora 2.200 palabras y significados originarios de Chile.

-Entre ellos cuico, condoro y copuchento.

-Desde 2006, el profesor Arellano es miembro de la Academia Chilena de la Lengua.

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