Catálogo lunar, elaborado por la NASA, contabiliza en 100 los objetos abandonados.
Para él, esto es lo mismo que cuando compra souvenirs en un viaje y debe hacer la maleta. Inevitablemente hay que dejar objetos en el hotel. "La tripulación recolecta gran cantidad de material: rocas, muestras... Para traerlas a la Tierra tienen que tirar otras cosas. Les dan la orden de deshacerse de todo lo que no necesitaban traer", señala.
Toda esta información está en un catálogo elaborado por la NASA que destaca, entre más de 100 piezas abandonadas, desde kits para orinar o defecar en el espacio hasta una pluma de halcón y un martillo del Apolo 15.
La idea de esa misión era demostrar la teoría de Galileo sobre la gravedad: si soltaban dos objetos, independiente de su masa, caerían a la misma velocidad. "Ambos hicieron impacto al mismo tiempo", confirma el historiador.
En tiempos en que ya hay proyectos de sondas que dejen en la luna recuerdos personales, financiados por crowdfunding, el tema de la basura espacial se hace relevante.
El problema es que no está regulado internacionalmente. Hay un tratado de 1967 donde sólo se alienta el uso pacífico del espacio, pero no hay indicaciones sobre normas ambientales ni los objetos que pueden dejar los astronautas en el satélite. Lo único prohibido son las armas o experimentos con ellas.
El experto de la NASA cree que estas zonas con objetos de misiones anteriores se convertirán en un museo. "En 300 o 400 años, la gente podrá tomarse unas vacaciones fuera de la Tierra y visitar los sitios donde aterrizaron las misiones Apolo o donde el hombre se posó por primera vez en la Luna". Por otro lado, los científicos querrán ver qué ocurrió con lo que dejaron, si los objetos se deterioraron o sufrieron daños por el sol o la radiación. "Hay que recordar también que la superficie de la Luna es aproximadamente del tamaño de África y hay sólo seis lugares en los que hemos dejado cosas desparramadas", añade.