Ocurrió en la selva ecuatoriana.
Lindor se encontraba junto a sus cuatro compañeros de equipo cuando vio que el perro lo estaba mirando. Como le dio pena, se acercó a darle comida, y desde ese momento el animal no se separó de él. El increíble perro, fiel a quien lo ayudó, acompañó al equipo por la travesía, de unos 30 kilómetros, que incluyó atravesar un río en kayak, escalar montañas, nadar y caminar por la selva. "Vine a Ecuador para ganar un campeonato del mundo. En lugar de eso, ahora tengo un nuevo amigo", escribió Mikael en su Facebook.
Durante la carrera, la organización del evento le advirtió al equipo que llevar al animal podría poner en peligro su participación en la competencia. Mikel intentó dejarlo atrás, pero no tuvo suerte. Cuando el equipo atravesó un río en kayak, lo dejaron en la orilla. Pero el perro se animó y cruzó el río nadando a su lado, cuenta el diario argentino Clarín.
"En un momento de la carrera tuvimos que tomar un descanso y el perro estaba totalmente destrozado. Abrimos dos latas de comida y le dimos, porque en la selva no pudimos encontrar comida para él", recordó el maratonista.
Tras seis días de trekking por la selva, Mikel y su equipo decidieron adoptar al perro, llamarlo Arthur y llevárselo a Suecia.