Por Maximiliano Arce Castro 

"Son retazos de vida no más". Así es como la ex ministra de Salvador Allende se refiere a su libro «Mireya Baltra: del quiosco al Ministerio del Trabajo», que fue presentado en la última edición de la Feria del Libro en la Estación Mapocho. Desde su casa en Puente Alto, Mireya añora su vida de antes, extraña leer -ya que perdió la visión producto de un accidente vascular- y sigue admirando a Fidel Castro.

Además, reivindica el rol de las mujeres en política, aunque critica que en general los partidos "no han sabido promover suficientemente a la mujer".

Y tiene su opinión sobre las principales líderes de hoy.

De Michelle Bachelet, esta militante del PC dice que "me parece bien". De Camila Vallejo, que "es muy inteligente y va a ser una experimentada mujer de dirección política. También Karol Cariola". De la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, piensa que "falta que se desarrolle pero la encuentro bastante completa. Se le escucha con mucho respeto".

-En la otra vereda política está Evelyn Matthei.

-No me gusta como persona. Yo fui candidata con ella a diputada por el cuarto distrito. Pero tengo mala experiencia porque despidió a mi hija del INP.

El relato de su vida

-En el prólogo de su libro hay cartas de Pablo Neruda dirigidas a usted. ¿Cómo lo recuerda?

-Era un monumento de hombre, admirable. Su vida y su casa es todo un prodigio de cosas nuevas. Ojalá que todo el mundo pudiera tener una casa como la suya, un reto a la imaginación.

-También cuenta cuando el presidente Arturo Alessandri le dijo a su madre"¡Quítate vieja de mierda!".

-Yo le hubiese pegado un bofetón. No sé por qué no lo hice. Encontré que era grosero, desmedido, poca cosa.

-A Ud. el PC le pidió que contuviera su lenguaje...

-Yo trabajé vendiendo diarios y en la imprenta no podíamos instaurar moderación porque se perdían las revistas, los diarios. Ahí todos nos echábamos garabatos.

-¿Le costó mucho dejar de decirlos?

-No me he privado de decirlos. Y he buscado oportunidades y formas. No tengo ninguno favorito eso sí.

-Debe haber alguno que use más

-¡Por la cresta!

-También relata cuando Fidel Castro conoció su casa. ¿Qué opinión le merece su figura?

-Me parece un hombre excepcional. Es un estadista, un guerrillero. Es inteligentísimo, un hombre admirable. La primera vez que lo escuché, sentí algo y eso no me ha abandonado hasta ahora. Ahí me hice comunista para toda la vida.

- ¿Y su hermano Raúl?

-No es igual que Fidel, pero tiene una gran capacidad intelectual. Tiene más parsimonia política, pero es un líder.

-¿Cómo fue trabajar con Allende?

-Fue una muy buena relación. Allende era mandón. A los ministros los apretaba harto. Él instruía, seguía los pasos de todos sus ministros.

-"Sin medias, con zapatos de taco y una abrigo de cotelé azul defendí esa mañana al gobierno constitucional". Así relata el 11 de septiembre del 73.

-Ay qué día más amargo. Escuchábamos lo que pasaba y cómo se nos venía el golpe encima, cosa que ya sabíamos que venía. No lo supimos calibrar. Los trabajadores me decían "¡Nada de discursos compañerita! ¿Dónde están las armas?". Yo no las tenía, pero debería haberlas llevado porque el pueblo quería defenderse.

-¿Recuerda ese día con pena?

-Sí. Cuando vi las rosas de la enredadera en la puerta de mi casa, dije "nos cagaron la primavera".

-Cuando pudo ver las imágenes del bombardeo a La Moneda ¿Qué sintió?

-Una indignación tan grande de no haberle hecho frente al golpe. Claro que era imposible: no teníamos armas y no estábamos preparados tampoco. Pero cuando hay un golpe de Estado el pueblo tiene que defender sus conquistas.

- Al final de su libro dice que "los viejos tenemos el derecho y debemos de seguir estudiando".

-Entré a estudiar sociología cuando tenía 63 años, a la Universidad Arcis. No me alcancé a recibir porque perdí la visión después del accidente vascular.

-La Arcis hoy está en el debate por si hubo lucro o no de parte de los administradores, vinculados al PC.

-Yo creo que no hubo porque yo conozco a todos los que fueron profesores, y encuentro que viven modestamente.

 Trayectoria

- Mireya atendió el quiosco de diarios de sus padres en Ahumada.

-En 1960 viajó a Cuba junto a Gladys Marín y Clotario Blest. En ese viaje conoció a Ernesto Che Guevara.

-En 1962 dirigió la CUT; en 1963 fue electa regidora por Santiago y, en 1969 fue electa diputada.

- En 1972 es nombrada ministra.