Londres se suma a la moda.
En ese terreno, arquitectos de todo el mundo buscan innovar. Hace unas semanas, Londres planteó un trazado para bicis por el río. Se llama Thames Deckway y es una propuesta de apariencia futurista que invita a pedalear sobre las aguas. Con un costo de US$ 870 millones, los ocho kilómetros proyectados serían de uso ciclista en las horas punta de la mañana y de la tarde, con un peaje de 1,50 libras ($1.400). El resto del tiempo se utilizaría como espacio peatonal. "Es una aproximación lateral a los problemas de espacio en una ciudad congestionada", dijo el arquitecto británico Norman Foster en la presentación de su proyecto SkyCycle, una red de carriles aéreos para bicicletas.
En tanto, el carril Cycle Snake, en Copenhague, es una red que contaría con dos centenares de accesos con ascensores, sigue el trazado de las líneas de tren de cercanías y comunicaría a seis millones de personas con el centro a un ritmo de 12.000 ciclistas por hora.
No son los únicos proyectos. En Países Bajos realizan una competencia anual de infraestructura ciclista. Rotterdam acaba de inaugurar un imponente puente futurista, de 190 metros de largo, para peatones y pedaleantes.