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Los nuevos marginales: 43 años promedio, con Facebook y hasta profesionales

La muerte de Sergio Landskron abrió otra vez la pregunta de cómo es este grupo, que, según la directora de Colunga Karinna Soto, "cambia cada 10 años o menos".

por:  René González, La Segunda
viernes, 24 de octubre de 2014
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El Santiago de 1930 tenía cinco veces más "vagabundos", como se los llamaba. De 30 mil de entonces, bajaron a 5.700, según cifras oficiales. También cambió el término: desde hace 11 años se habla de "personas en situación de calle", cuando el Hogar de Cristo y Corporación Nuestra Casa quisieron resaltar una condición transitoria, desasociándola de la holgazanería. De hecho, casi el 80% de estas personas en edad activa trabaja.

La muerte de Sergio Landskron Silva, el 25 de septiembre, tras explotarle una bomba en el Barrio Yungay, respecto de la cual la fiscalía informó ayer que no tenía ninguna relación más que haberla encontrado, abrió inquietudes respecto del perfil de quienes se encuentran en situación de calle.

Lejos de ser un anarquista como se creyó en un inicio, Landskron era un marginal. Uno de los 15.000 chilenos que viven en esta situación.

Karinna Soto, directora de Fundación Colunga, una de las creadoras de Nuestra Casa, líder de Callelink y responsable del diseño e implementación de la Política Nacional de Calle de Chile (2011-2013), conoce bien el tema. Ingeniera comercial de la UC, con posgrado en sociología, dice que el perfil de estas personas "cambia cada 10 años o menos".

Perder las redes

-¿Cómo son quienes viven en la calle?

-Donde aparecen vacíos en políticas públicas aparece la situación de calle. En Europa, surgen en la población inmigrante; en Estados Unidos, en los veteranos de guerra; y en Chile, en los adolescentes. En los últimos 20 años se han abandonado las políticas de adolescencia y juventud. Una de cada cuatro personas que está en la calle fue niño Sename y entonces tenemos un promedio de 43 años.

-Entonces hoy son más adultos.

-Han bajado los niños, aunque depende de los lugares del país. En total, entre 15 mil y 20 mil personas pasan por la calle en un año. Te encuentras con todo tipo de gente: profesional, joven, pobre. En general se trata de personas que cuando niños tuvieron algún suceso estresante, como que salió del colegio antes, fue maltratado o sus papás no lo criaron y eso se va sumando, pero alguien no llega a la calle de un día a otro. Cualquiera se puede pelear con su pareja o sufrir un accidente que lo deje con discapacidad y en dos o tres años estar en la calle. Uno llega a la calle porque pierde las redes. Una persona que está en la calle es que está sola.

-Si cualquiera puede caer, ¿hay "ABC1"?

-Mmm, no es gente que vivió en los campamentos, necesariamente. Un señor murió acá hace poco (en Parque Bustamante) y hace unos años tenía una regia familia. Era un ex militar. Perdió a su señora y cayó en el círculo: depresión, alcohol... No te imaginabas que vivía en la calle, porque buscaba la manguera, se bañaba, hacía sus pololitos (cuidaba autos en el Hospital Salvador). Conozco gente que llegó no por pobreza o droga, sino por alguna dificultad. El 77% en edad activa trabaja todos los días y la mitad en empleos formales. Hay garzones, varios tienen cursos de guardia. Cuando se precariza el empleo, aparece la calle.

El camino de vuelta

-¿Qué otro fenómeno moderno se da?

-El de los migrantes. Muchos llegan con un trabajo no precario. Conocimos a uno que estaba ilegal, tuvo un accidente y quedó con discapacidad permanente en una pierna. Vivía con su pareja, tenía un hijo, pero no pudo volver a trabajar y se fue de la casa. Deambuló entre conocidos, hasta que llegó al Hogar de Cristo. Pasaron seis meses entre que perdió la pega y llegó a la calle totalmente alcoholizado.

-¿Cómo salen de la calle?

-El camino de vuelta es a diferentes niveles. Trabajadores sociales hacen que estas personas vuelvan a reconstituirse. ¿Ha visto que se van poniendo capas encima? El ícono de la persona en calle es que anda con una bolsa, que se pone un abrigo, otro. Si uno pregunta ¿por qué estás en la calle?, dirán "estoy súper bien". Es un relato que sirve para vivir, porque la calle no sirve para vivir, es para perros. La gente que vive en situación de calle tiene polola, hijos, vibra con el Mundial, son como todos; ni ángeles ni demonios.

-¿Cuánto tiempo se permanece en la calle?

-Ocho años, aunque un 30% lleva menos de dos. Alguien entra y sale. También hay gente con problemas mentales, pero es menor. Hay un grupo de 2.000 adultos mayores con más de 10 años y nos preocupan mucho.

Los techos de los malls

-Si Seguridad Ciudadana corretea a la gente en situación de calle (ver nota adjunta), ¿dónde se están ahora?

-En la periferia, en el círculo Américo Vespucio. En el invierno en los techos de los malls; se ponen a la salida de los filtros de los aire acondicionado (escurre aire caliente).

-Si doy una vuelta en helicóptero por Santiago, ¿voy a ver lleno de niños durmiendo en los techos de los malls?

-En invierno sí. Son más bien adolescentes.

-Es como el fenómeno de las alcantarillas en Estados Unidos.

-Y aquí también se da eso: afuera de La Moneda.

-¿Y en verano?

-Los niños se mueven donde pueden encontrar plata más fácil. Varios están en redes de prostitución, como en San Antonio.

-Entonces, las personas en situación de calle se mudan.

-Sí, pero no es que se cambien tanto de lugar, sino que los niños y adolescentes tiene otra dinámica.

"No son los niños de las caletas"

-Cuando explotó el caso Spiniak (2002), nos dimos cuenta de que los niños y adolescentes no eran "de" la calle, sino que tenían hogares dónde vivían un tiempo, escapaban y volvían.

-O del Sename; pero sí, hoy no son los niños de las caletas de antes. Gracias a Dios ya no tenemos niños en la calle, tampoco hay esas caletas como la Chuck Norris. Los adolescentes son los que están sintiendo más el impacto, porque no tenemos (políticas de) adolescencia y el Sename... ya sabemos que está en crisis. Si aquí tuviéramos programas de egreso formal en los hogares de niños, que los acompañen, que no queden sin educación, estaríamos haciendo una tremenda prevención. Alguno dirá "asistencialismo", pero una cosa clave es baños seguros para bañarse, porque si no los tienen ¿cómo encuentran una pega después?

Y continúa: "Una alcaldesa una vez me decía '¡pero Karinna! Esta gente ocupa mi plaza y hace sus necesidades ahí ¿Cómo quiere que les busque trabajo? Tenemos que contratar una micro y llevarlos para la comuna del lado'. Le dije 'alcaldesa, ¿por qué cree que ocupan la plaza de baño?'. 'Bueno, porque son enfermos mentales, drogadictos'. Le pregunté '¿no ha pensado que hacen eso porque no tienen baños?'. Hicimos baños y solucionamos bastante el problema.

 "No les es más fácil ser antisistémicos"

-¿Qué tipo de personas en situación de calle es permeable a la influencia del anarquismo insurreccional?
-Las redes que establecen son débiles y desconectadas. Si tuvieran redes, saldrían. La gente en situación de calle es tan diversa como en cualquier otro grupo.

-Alguien podría actuar para sentirse aceptado.
-No creo. Nos encontramos con una dueña de casa, que salió de un campamento; con un chiquillo que pasó por Sename; con un ex militar; con una familia que vive en el sector de la Vega, porque trabaja ahí... Es muy poco generalizable... La mayoría de los okupas no está en situación de calle.

-¿No es más fácil ser antisistémico si no se tiene hogar?
-En Chile no. La mayoría tiene celular, varios están en Facebook, ingresan a internet. No están fuera del sistema, sino en el margen... Muchos se han acostumbrado a sentirse solos y a batírselas como en la ley de la selva, porque la calle deteriora el cuerpo, la mente, las emociones, la espiritualidad. Hace que todo dé lo mismo.

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