"Esto es para desarrollar un patrimonio cultural", dice el alcalde. Tres iniciativas se trabajan en la comuna.
Convertirse en la capital nacional del moisaco.
A eso apunta la Municipalidad de Puente Alto con una serie de proyectos que buscan entregar color a las paredes de la comuna.
Y es que hoy por hoy son tres las iniciativas en las que está trabajando el municipio: poner mosaicos a las entradas de la comuna en Pirque y el llamado 'Acceso Sur', además de la pasarela peatonal de la estación Protectora de la Infancia del Metro.
"Estos mosaicos son una apuesta por desarrollar un patrimonio cultural en Puente Alto que a veces sólo es conocida por sobrenombres o motes, los que generan vergüenza en los vecinos. Es una jugada para darle color y vida a la comuna", dice el alcalde Germán Codina.
De acuerdo con el jefe comunal, estas obras son en colaboración con los propios vecinos de la comuna que, a partir de talleres impartidos por el municipio, han conseguido dominar este arte. ¿Cuáles son los diseños? Principalmente los mosaicos apuntan a dar a conocer la flora y fauna del país.
Este, en todo caso, no es la primera instancia mosaiquista, ya que hay otras dos experiencias. Por un lado, los 84 pilares de la Línea 4 del Metro -que suman 4.000 metros cuadrados e inaugurado a fines del año pasado- y el orgullo del alcalde Codina: la fachada del edificio de la municipalidad (cuyas fotos ilustran esta página).
"El municipio convocó a los 60 mosaiquistas más importantes del mundo para que colaboraran con nosotros. Si bien la temática del mural era la flora y fauna, estos artistas nos apoyaron con sus propios diseños, por eso hay dragones y nomos por ejemplo. Lo más importante, es que estos mosaicos no son pedazos de cerámicas, sino que piezas especialmente fabricadas que tienen texturas y relieves", explica Codina.
La instalación de los mosaicos, que terminó en enero de este año y que le significó a Puente Alto una inversión de sólo $40 millones -un ahorro importante supuso el que los artistas se quedaran en las casas de los vecinos de la comuna-, significó un cambio radical para el frontis del edificio consistorial, conocido hasta ese momento por su impoluta y blanca fachada.
"En algún momento estos y los otros mosaicos que estamos instalando van a ser declarados patrimonio cultural. Además, los vecinos los cuidan y no los rayan, lo que es súper importante", agrega.
Para la arquitecta de la Universidad de Chile, mosaiquista y muralista, Pelagia Rodríguez -una de las impulsoras de la restauración de los mosaicos del paso bajo nivel de Santa Lucía en el centro de Santiago-, valora la iniciativa.
"En los últimos años el mosaiquismo ha ido resurgiendo en la capital. Y es que hay que entender que el mosaico es una expresión de una necesidad de llevar el arte al espacio público. Además, genera una dinámica de trabajo colectivo que no se da en otras expresiones", apunta.
Y agrega que "además tiene una cosa práctica, es más durable que la pintura por ejemplo. Genera un entorno de mucha belleza, sobre todo en edificios públicos como es el caso de esta municipalidad".
