Aparecieron unas manchas oscuras que corresponderían al lugar donde en su día había piedras.
Siempre ha existido una discusión en el mundo de la arqueología sobre si el monumento prehistórico Stonehenge en Inglaterra, construido en torno al año 3.000 a.C., y que tiene forma de un semicírculo, fue en su momento un círculo completo.
Esa discusión hoy estaría zanjada, luego de que arqueólogos británicos encontraran evidencia de que la construcción efectivamente habría sido un círculo. ¿Cómo lo descubrieron? Después de que aparecieran unas manchas oscuras que corresponderían al lugar donde en su día había piedras.
Según los medios británicos, uno de los cuidadores de Stonehenge se puso en contacto con los expertos al notar unas manchas en una zona del césped del monumento que había quedado seca, porque no le había llegado la irrigación artificial que mantiene el lugar en los días de verano calurosos y sin lluvias.
Con esta información los arqueólogos ordenaron fotos aéreas que han ayudado a establecer la verdadera forma del lugar. Si bien las manchas fueron observadas en el verano del año pasado, recién ahora salen a la luz tras el análisis del English Heritage (Patrimonio Inglés), responsable de cuidar el lugar.
El sitio, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1986, fue utilizado para una variedad de ceremonias religiosas hace cinco milenios. Ahora, es uno de los lugares más visitados del Reino Unido ya que recibe cerca de un millón de turistas al año.
En el solsticio de verano, los rayos del sol coinciden con el eje central de los grandes bloques de piedra del monumento, distribuidos en cuatro circunferencias concéntricas, y numerosos ciudadanos se congregan en los alrededores para admirar la luz.
El lugar era también un homenaje al solsticio de invierno (22 de diciembre), según el ancestral calendario druida.
