Municipios que invierten $4 millones al año por niño "no logran rendimientos considerablemente mejores" que los que gastan entre uno y dos millones en igual período.
La investigadora del CEP, Sylvia Eyzaguirre.
Así lo asegura un estudio de la investigadora del Centro de Estudio Públicos (CEP) Sylvia Eyzaguirre, en el cual analiza diversas variables de la educación escolar pública chilena y su institucionalidad.
El estudio surge a propósito de la discusión por el diseño de la desmunicipalización anunciada por el Gobierno.
Según la investigación, el 77% de los municipios invierte entre $1 millón y $2 millones anuales por niño (pesos de 2011), mientras que un reducido número de municipios (sólo 10) destina en promedio $4 millones al año por alumno "y sus rendimientos no son considerablemente mejores e incluso alguno de ellos tienen peores resultados, lo que evidencia que hay un tema de gestión importante y no sólo de institucionalidad".
Eyzaguirre dice que los mismos resultados aparecen al cruzar los logros académicos de los alumnos y la cantidad de niños vulnerables por comuna, el porcentaje de ruralidad o el tamaño de la matrícula que atienden. "Hay una enorme heterogeneidad en el rendimiento que logran los municipios con igual financiamiento por niño, por lo que debemos buscar qué hace la diferencia para potenciar los factores que mejoran los resultados", dice.
Señala que "lo más interesante es que no todos los municipios tiene malos resultados, lo que demuestra que el problema no es que la administración de la educación pública esté en manos de los municipios".
Y agrega que "dada la magnitud de la reforma y la dificultad de prever los problemas que depara la nueva institucionalidad, resulta fundamental pilotear el nuevo modelo antes de hacerlo extensivo en todo el sector público".
Ello, agrega, permitiría perfeccionarlo a medida que se implementa. Recomienda partir por los municipios con peor desempeño "ya que requieren urgente intervención y porque allí es más difícil producir un retroceso en el rendimiento".
Eyzaguirre explica que en paralelo "se debería mejorar la municipalización porque el cambio (al nuevo sistema) va a demorar un tiempo y no podemos dejar la educación pública tal como está, hay que fortalecerla durante la transición".
Junto con señalar que no hay un único modelo para administrar la educación pública, advierte que "en todos los modelos exitosos se observa una importante cuota de autonomía de las escuelas para gestionar sus establecimientos -de la mano con un sistema de rendición de cuentas más estricto- y la presencia de directores de alta calidad con foco en lo pedagógico".
Agrega que la tendencia internacional es a descentralizar el sistema educativo, separando las tareas de diseño de la política pública de la provisión y la fiscalización. "Debería avanzarse en entregar mayor autonomía a las escuelas sujeto a criterios de desempeño. Esto implica empoderar a los directores de los colegios para seleccionar a sus docentes y ofrecer autogobierno a los establecimientos que muestran excelentes resultados para que los municipios y las nuevas entidades se concentren en fortalecer lo más débil".