A los 93 años y sin arrepentimientos.
Theodore "Dutsh" Van Kirk tenía 24 años el 6 de agosto de 1945, cuando él y sus 12 compañeros provocaron la catástrofe nuclear al final de la II Guerra Mundial.
Van Kirk fue oficial de navegación del avión B-29 Enola Gay. Vivía en Stone Mountain (Georgia, EE.UU.) junto a su familia. Tom Van Kirk, uno de sus hijos, señaló que su padre nunca mostró arrepentimiento alguno sobre la misión.
De los 350 mil habitantes que tenía por entonces la ciudad japonesa, murieron más de 70 mil instantáneamente. A fines de diciembre de 1945 la cifra aumentó a 140 mil falle-cidos.
Tres días después lanzaron otra histórica bomba nuclear en Nagasaki. En el 50° aniversario del ataque, Van Kirk comentó en una entrevista haberse sentido "aliviado" tras el lanzamiento. "Aunque seguíamos ahí arriba en el aire y nadie en el mundo sabía qué había ocurrido, sentíamos que la guerra se había acabado o lo haría pronto" dijo entonces.
"Es muy duro hablar de moralidad y guerra en la misma frase. Creo que cuando estás en una guerra, un país debe tener el coraje de hacer lo que debe para ganar la guerra con la mínima pérdida de vidas," añadió.