"La reforma educacional no tiene corazón... hay que injertarle uno", afirma el senador.
La reforma educacional será uno de los temas centrales del Consejo Nacional de RN del próximo sábado. Por ello el senador Andrés Allamand -que ha llevado esta materia en el partido como integrante de la comisión de Educación de la Cámara Alta- será uno de los principales oradores en esa jornada. A pesar de que ratifica su opinión de que el ministro Nicolás Eyzaguirre debe seguir en su puesto, sí deja en claro que "si no cambia y continúa por el camino en que va, terminará por hundirse junto con su reforma".
-¿Por qué RN fijó la educación como uno de sus objetivos centrales?
-La directiva que preside Cristián Monckeberg ha resuelto realizar una completa acción política, porque en el debate educacional no sólo se juega el futuro de los jóvenes, sino también una idea de país.
-¿Qué es lo que hay que rectificar del proyecto del Gobierno?
-El problema del proyecto de reforma educacional es que no tiene corazón. Si en la reforma tributaria había que cambiarle el corazón, a esta hay que injertarle uno, porque no lo tiene. En esta iniciativa el Gobierno tiene prioridades equivocadas, un diagnóstico errado de la realidad educacional y hasta ahora no aborda los temas de fondo que deben ser la base de lo que el país necesita, como la calidad. Esa falta de arquitectura es la que ha generado la incertidumbre, y ahí está el origen de todas las contradicciones, marchas y contramarchas a las que el ministro Eyzaguirre nos tiene acostumbrados.
-¿Cuál ha sido el sello de este tema en el Gobierno?
-La improvisación es la marca registrada de la reforma educacional del Gobierno. Cambian los equipos, entran y salen personeros, adquieren mayor y menor importancia diversos funcionarios, y nadie tiene claro el rol efectivo de cada cual. Por ejemplo, ahora nadie tiene claro el papel del secretario ejecutivo de la reforma, Andrés Palma. Se suman las posiciones encontradas en la Nueva Mayoría y la crítica transversal.
-Monseñor Ricardo Ezatti dijo que "se percibe un esfuerzo enorme por fabricar puertas y ventanas sin saber para cuál edificio".
-Monseñor Ezatti dijo una verdad del porte de una catedral, y el Gobierno, en vez de descalificarlo o incurrir en la agresión verbal, al estilo del senador Jaime Quintana, debe tomar nota de ese punto de vista y constatar el acierto que tienen sus expresiones. Descalificar en términos peyorativos la opinión fundada de la Iglesia Católica es un error de envergadura. Porque es uno de los principales agentes de la educación en Chile, con una trayectoria más que centenaria. Además, asumir que la vocación educacional de la Iglesia, como la que existe en Chile por parte de otras confesiones religiosas, tiene un afán de lucro, no sólo es absurdo, sino cercano a la intolerancia e ignorancia.
-¿Por qué usted es partidario de que el ministro Eyzaguirre continúe?
-Porque aún mantengo la esperanza de que él rediseñe globalmente la reforma. Si él toma distancia de las presiones del movimiento estudiantil -que pretende imponer sus puntos de vista radicalizados-, y si se abre tal como lo hizo el ministro Arenas a un proceso amplio de conversaciones en el plano político, y con todas las organizaciones de la sociedad civil, puede perfectamente encauzar la reforma. Si no cambia, y continúa por el camino en que va, terminará por hundirse junto con su reforma.
-Eyzaguirre pidió hoy en Icare que lo juzguen por sus actos y no por su falta de diplomacia, a propósito de sus metáforas, como la de los patines .
-Es poco serio que un ministro de Estado le pida a la opinión pública que no lo juzgue por sus palabras. Más aún cuando él no está haciendo chistes, sino que está cumpliendo con su deber de explicar los fundamentos de las políticas que impulsa. Los desaciertos comunicacionales de Eyzaguirre no tienen nada que ver ni con la diplomacia, ni con un mal sentido del humor. Tienen que ver con los errores de fondo en que incurre el ministro cuando intenta explicar los fundamentos de la reforma.
-¿Piensa que el problema de la reforma educacional ha sido comunicacional o político?
-El problema de la reforma educacional no es de comunicaciones, sino de equivocadas definiciones y muchas ambigüedades. De eso a nadie le cabe duda.