Se crió en pichangas con su primo Zamorano, estudió Comunicación Audiovisual y llegó a hacer la práctica en Canal 13. Hoy toma el mando, con 39 años.
Foto CLAUDIO CORTES
El 7 de marzo de 2015 Alexis Zamora Castro cumplirá 40 años. Ni pensar en la celebración. La última vez que convocó a la familia completa -para los 50 años de matrimonio de sus padres- llegaron 150. SOLO familia.
El flamante Director de Programación de Canal 13 ha pasado toda su vida en un gran clan. "Tengo primos Castro Zamora, porque mi papá salía con su mejor amigo y decía: Salgo con tu hermana y tú con la mía. El círculo se cierra", cuenta riéndose.
Sus padres, José Zamora y Rosa Castro, dejaron San Miguel para instalarse en Maipú, en 1972. En la Villa México nació Alexis, el "conchito" (14 años después que su hermana), el menor de cuatro hijos. Alexis Eduardo se llama en homenaje al doctor que le permitió nacer, porque el parto puso en riesgo a la madre y el hijo. "Salve a la mamá no más, porque yo tengo tres hijos ya criados", dijo el padre. Sobrevivieron los dos, pero Alexis pasó un buen tiempo en incubadora.
En el barrio, eran quienes gozaban de mejor situación económica. Don José era pioneta de Embotelladoras Andina. "Después de 5 años la Coca-Cola le dio la posibilidad de comprarse un camión. Pasó a ser empresario y chofer. Llegó a tener como siete", relata Alexis.
En su casa tenían el único teléfono y la única enciclopedia Sopena de la vecindad, que compartían a tiempo completo. "Tuve una vida súper rica en cuanto a relaciones humanas. Los Años Nuevos eran de caminar de casa en casa con pan de pascua y Cola de mono en la mano".
Su abuelo era minero y regidor del Partido Comunista ("el primer camión de mi padre le servía de proscenio a Allende en su candidatura"). Dirigente, organizador. "De fácil palabra, igual que mi papá".
Se crió en pichangas de barrio que duraban hasta las 3 de la mañana. Y cómo no si jugaba con Iván Zamorano, su primo, que vivía al lado junto a su abuela. Armaban fiesta ante la menor excusa (ver recuadro).
Alexis siempre fue "el florerito", el bueno para los chistes, el que animaba las fiestas e imitaba a los tíos. Dado su posterior amor por el cine, la música y la lectura, surgió la idea de estudiar publicidad o periodismo. Toca piano y guitarra. Pero todos apostaban: "Este cabro va a ser actor".
Estudió en el Liceo Metropolitano. En 1986 se fue a Edmonton, Canadá, donde vivió con una de sus hermanas por un año. Allá conoció "el poder tecnológico" cuando tomó su primera cámara. Volvió para hacer la Enseñanza Media en el Liceo de Aplicación. "Pura protesta y bombas. Fui parte de las primeras revueltas pingüinas, cuando los reclamos no tenían nada que ver con la educación". Jugó en Cobresal y fue reclutado por la U. En 1993 salió del liceo y dejó el fútbol.
Zamora sólo tiene más historias que primos en la familia. Fue uno de ellos el que lo entusiasmó con estudiar Comunicación Audiovisual.
Intentó entrar en el Iacc, pero la plata no le alcanzó. "Hasta 100 lucas", le dijo el papá porque ya las cosas no estaban tan bien. Entró a Procom. "No vas a ganar ni uno, pero dale", le dijo José. "Mi mamá estaba feliz porque lo único que no quería es que siguiera jugando a la pelota".
Producía, animaba, hacía guiones, videos, cámara, iluminación, se disfrazaba de conejo... Todo el tiempo con los amigos de los cursos de más arriba. Estudiaba y absorbía de todo cuanto lo rodeaba.
Sus hermanas eran dueñas de casa. "Mi hermano manejaba liebres, de las amarillas", recuerda. Todas las esperanzas estaban puestas en Alexis.
"Fui muy primerizo en el carrete. Recién me vine a tomar una cerveza a los 20 años", acota. Seguía los pasos de Iván, "que se cuida mucho, hasta hoy. Lo único que toma es Limoncello".
El mismo Zamorano -caballito de batalla de 'Viva el lunes'- le presentó a Gonzalo Beltrán. A inicios de los 90 fueron sus primeros paseos por el backstage del 13. En 1998 entró a hacer su práctica, la que duró dos semanas, cuando el director más importante de la historia del canal lo despidió. "Todo porque bajé al casino a comprar un completo". Se atrasó 5 minutos.
El mismo Beltrán lo llamó esa noche. "Y se disculpó, a su manera". Le regaló un estuche de mini perfumes y vino el punto de inflexión. "De ahí en adelante sólo sentí cariño".
Armó lazos profundos con ese equipo, donde estaban Claudio Vukovic, Juan Pablo González (hoy en CHV) y Rodrigo 'Pájaro' García, amigo del alma. El mismo que lo acogía en su pequeño departamento en Ñuñoa en los primeros años. "Me tapaba con la alfombra", recuerda Alexis. Cuando no, volvía a las 2 de la mañana en micro a Maipú.
Zamora comenzó como cuarto asistente de dirección, pero gozó la época de los grandes estelares. Juan Pablo se hizo cargo cuando Beltrán murió, el 30 de enero de 2001, después del último 'Viva el lunes'. "Gonzalo fue una figura tan dura, pero tan padre al mismo tiempo. Mi mamá lloró con su partida, porque sintió de cerca que fue un súper profesor para mí".
Lo pasaron muy mal los dos primeros años, hasta que inventaron 'Vértigo'. Lucharon por "la revolución" con un programa donde expulsaran a los invitados. Y se consolidaron como equipo. Alexis empezó a dirigir solo, desde 'La movida' hasta 'Alfombra Roja', la que dejó líder en su horario. Jugaban a la pelota para pasar las tensiones. Y volvieron a marcar un hito con 'Mi nombre es', en 2011. Iban en alza, hasta que sufrió el gran golpe. El 1 de agosto de ese año se suicidó el 'Pájaro' (dos días antes había muerto Vukovic). Y ya había perdido a su madre un año atrás, víctima de una fulminante trombosis.
Todo ese tiempo había tenido que contener su pena para hacerse cargo de su familia. "Fue muy fuerte todo. Pero fue la muerte del Pájaro lo que realmente me golpeó. Fue la manera, habíamos conversado un par de días antes, cuando ya era evidente su depresión... La verdad, me fui un rato a la cresta".
Patricio Hernández -hoy director ejecutivo de Mega- lo dejó como Productor Ejecutivo del Area de Entretención, un liderazgo obvio que mantuvo hasta abril pasado. "El puesto que siempre quise, me llegó de la peor manera, pero lo tomé. Soy de la convicción de que hay que trabajar". Se encargó de contener a un equipo devastado y recuperar el éxito. Todos le reconocen ser un gran motivador.
Viene de su abuelo, cree él. Y de su padre, a quien hoy -con 87 años- se preocupa de regalonear. Aunque él sigue en su casa de Maipú, le compró una camioneta, lo tiene en un gimnasio, lo lleva a los programas y toman desayuno juntos cada día.
"Hay un tema inconsciente con respecto a que las cosas se pueden lograr. Tiene que ver con el fútbol también. Todo el mundo me advirtió lo que era asumir este puesto, pero a mí los desafíos me mueven. ¿Por qué voy a estar en un lugar cómodo?". Se tomó el tiempo antes de dar el salto, hasta que lo volvió a llamar el nuevo director ejecutivo, Luis Hernán Browne. "Hasta que pensé que las decisiones no eran muy buenas acá arriba. Y acepté".
Sostiene que su rol es como el del entrenador "porque todo el mundo es programador... Es un poquito cruel, pero me desafía".
Ahora trabaja por rescatar ese flujo creativo de antaño. "Mi apuesta va por la variedad, la calidad, cuidar la impronta de Canal 13. Me interesa mucho saber qué piensa el asistente de producción y que exista el sistema para que sepa que tiene que dejar su idea en la ventanilla 4. En la TV hay mucha parcela. Es muy importante conocer qué piensan las segundas y terceras líneas. Estamos trabajando para eso".
-La meritocracia es de familia .
-Me acuerdo cuando iba a tomar la Bernardo OHiggins 1G a Salvador y aspiraba a comprarme un autito. Y ahora estoy aquí, en el cuarto piso. He perdido amigos, pololas. He ganado tanto también, he dedicado tanta vida al canal.
-Una vez mi papá me dijo: Es muy difícil que una persona que actúa bien, le vaya mal. Eso siempre me hizo mucho sentido. Yo decidí actuar bien en la vida. Si voy a hacer una tarea, que sea la mejor.