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Nicolás Jarry Fillol, visto por su abuelo: "Quiero que él disfrute el tenis, que viva lo que yo viví"

Su nieto es una de las promesas chilenas en este deporte. Cómo no, si cuando tenía tres meses de vida, le sacó credencial de jugador.  

por:  Jaime Fillol
viernes, 25 de julio de 2014

Nicolás es el mayor de mis quince nietos. Es hijo de Alan Jarry, seleccionado nacional de vóleibol, y de mi primera hija, Cecilia, que también se dedicó al vóleibol. Soy un abuelo joven -tengo 68- para un nieto de 18 años, y eso permitió que siempre hubiese una gran cercanía con él.

Para los Fillol, el tenis es algo que tenemos que vivir y transmitir. Nicolás está vinculado al tenis desde que nació: le saqué su primera credencial de jugador del ATP de Viña a los tres meses. Siempre en la casa ha habido raquetas y pelotas. De hecho, a los dos años tomó su primera raqueta. Yo hacía todo lo posible para que él viera mucho tenis, lo llevaba a campeonatos en Santiago y en el extranjero.

A los cinco años me iba a ver al US Open cuando jugaba en los seniors , le conseguía credencial y entraba a los vestuarios. A los 10 años lo llevé a Wimbledon y volvimos dos años después. Con eso, pensé yo, no se podría resistir a la idea de ser tenista

En 1987 escribí un artículo de este tipo en "La Segunda", que aún conservo, en el que hago una crítica a la enseñanza del tenis en ese tiempo. Yo apelo a un desarrollo más natural y flexible del jugador, y eso lo comencé a aplicar con Nicolás en la casa. Inventábamos juegos que a medida que él iba creciendo, fueron evolucionando hacia cosas más técnicas. Teníamos un circuito: jugábamos en cancha dura, en la entrada de la casa; jugábamos in doors , y el jardín era la cancha de pasto.

Por mucho que fuese un juego, Nicolás siempre lo hizo de manera muy seria; era mateo. A los 10 años ya jugaba sus primeros campeonatos, pero no siguiendo ese régimen riguroso de los clubes o academias. Se lo tomaba como hobby , porque también jugaba vóleibol e iba al colegio Monte Tabor. Pero en ese momento ya tenía cualidades que llamaban la atención, como su madurez y el deseo de jugar para ganar.

Así se mantuvo hasta como los 12 años, que comenzó a competir más intensamente, sin dejar el colegio y sin caer en esa dura y competitiva rutina a la que se lleva a los jóvenes a tan temprana edad.

"Sabe que es distinto a sus amigos"

Por un asunto laboral, Alan con Cecilia y sus cinco hijos se fueron a vivir a Miami. Nicolás tenía 15 años, una edad donde en Chile los jóvenes deben decidir si son tenistas o no. En Estados Unidos el sistema es más amigable, así que pudo seguir asistiendo al colegio y entrenando sin presión. Para jugar torneos más competitivos, Nicolás debía estar inscrito como estadounidense. Y así lo hizo, él tiene doble nacionalidad, porque mi hija nació allá.

Cuando volvió a Chile, entre los 16 y 17 años dijo que quería ser tenista. Sus padres lo apoyaron y sólo le exigieron que terminara bien el colegio. Este le permitió terminar con un programa especial. Su interés estaba en el tenis, pero nunca dejó de rendir.

Una vez me dijo ' tata, no me hables más de tenis ', porque pensaba que mis opiniones eran contradictorias con lo que él estaba viviendo. Le propuse una manera distinta de jugar, pero él se sentía bien como estaba. Quería que lo dejaran tranquilo y de a poco iría progresando.

En este corto tiempo jugando de manera profesional ha vivido experiencias fuertes. Ganar torneos es lo más importante, porque él se está preparando para ganar títulos y lo está consiguiendo. La otra la vivió en Copa Davis cuando debutó en la derrota ante República Dominicana. No estaba preparado para ese match . Jugó bien el dobles, pero perdió, y luego en el single no tuvo físico para aguantar el partido. Quedó bajoneado, pero por suerte nunca ha sido de quedarse pegado. Salió rápido de eso.

Nico es un joven de carácter fuerte, tranquilo, equilibrado emocionalmente. Un muchacho positivo y afectuoso, pese a que da la impresión de ser distante. Tiene buenos amigos con quienes sale y se entretiene, pero él sabe que es distinto.

Advierto en él un estilo similar a lo que hace Juan Martín del Potro, pero le he dicho que debe irse a la red mucho más seguido que él para asustar al rival con su gran estatura.

Pienso que Nicolás tendrá nivel para jugar los más grandes torneos. Hoy está 313 y si sigue avanzando, como hasta ahora, uno puede pensar que podría llegar lejos. Como abuelo, quiero que él disfrute, que viva lo que yo viví, que aproveche las oportunidades de desarrollo que da el tenis. ¿Como sueño? Me basta con que llegue a jugar Wimbledon o el US Open... si llega a ser uno del mundo sería un regalo.

 
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