Se saludan amistosamente y no paran de hablar mientras se les fotografía. No se han visto en harto tiempo, pero recuerdan detalladamente cómo se conocieron: en una "eterna" reunión en La Moneda, cuando uno era ministro de Desarrollo Social y el otro el dirigente sindical que lideraba el movimiento de Aysén, que durante meses tuvo en aprietos al gobierno de Piñera. Hoy, el primero está fuera del poder formal, y el segundo es diputado independiente pro DC.

Ese sábado 24 de marzo de 2012, Joaquín Lavín Infante (JLI) recibió en La Moneda a Iván Fuentes Castillo (IFC) y toda su comitiva para aterrizar lo que habían negociado el día anterior con el entonces jefe de la Segpres, Cristián Larroulet. Fue "uno de los momentos más difíciles" del proceso, y "de repente tenía que salir porque me llamaba el Presidente desde el extranjero para saber cómo iba la negociación", recuerda el ex ministro.

-¿Entonces, por qué eligió a Iván Fuentes como figura con futuro?

-Su liderazgo siempre me pareció muy inspirador porque surgió de la gente. Daba ejemplos típicos de la pesca, hablaba de la estrategia del cardumen... eran ejemplos de su vida como pescador. Un liderazgo muy fuerte, pero capaz de escuchar. Por ejemplo, Misael Ruiz -que era más cercano a mí políticamente, porque era más de RN- era más peleador. De repente Iván ponía paños fríos para que avanzáramos.

-Pero se mostraron los dientes.

-IFC: Sí, claro. En el inicio, sí.

-JLI: (Ríe) Era una reunión tensa.

-IFC: Sí. Era una reunión muy tensa, a pesar de que conteníamos bien nuestros rostros (ríe). Nosotros teníamos la tremenda presión de no volver con las manos vacías, y queríamos estrujar al ministro.

"Hacer algo por los demás"

-Ahora se saludaron como si nada.

-JLI: Es que después ya nos tocó ver cómo iban los avances de la mesa.

-IFC: Claro, hay que estarse llamando. La negociación no termina cuando firmas el acuerdo. Ahí empieza el karma del dirigente: hay que ver si se cumplió o no, en qué fallamos, y, normalmente, el culpable es el dirigente.

-JLI: Iván pedía cosas para Aysén, y el riesgo para el Gobierno es que las otras regiones iban a pedir lo mismo.

-¿Cuál de los dos era más duro negociando?

-IFC: Ehhh...

-JLI: Nooo, Iván poh (ríe). Yo, más que negociar, tenía que tratar de implementar el acuerdo, al que ya habían llegado con el ministro Larroulet.

-¿Le sorprende que Lavín lo haya elegido?

-IFC: Uno agradece la voluntad, de todas maneras. Es en momentos difíciles donde uno tiene que mostrar su parte fuerte como persona. Cada cual estaba en su trinchera; él en su rol de ministro y yo en mi rol de reivindicador social.

-¿Qué impresión tiene de él?

-IFC: Cuando estamos en los cargos podemos hacer algo por los demás, y eso se diluye cuando la capacidad de entenderse se neutraliza por los personalismos, por muchas cosas. Ahí pierde la comunidad.

Él nos permitió conversar todo el rato. Le alargamos mucho la reunión...

-JLI: Eran eternas las reuniones. Aparte que todos querían hablar, aunque Iván lideraba.

-IFC: Eso se estiró porque chocamos con la ficha de protección social, que hay que arreglarla. Es un trabajo para este gobierno y tarea nuestra; no podemos echarle la culpa al empedrado toda la vida.

-JLI: Ese es el desafío para Iván. Ahora él está en el cargo, yo no estoy en nada. Otra cosa es con guitarra.

Consejos de ida y vuelta

-¿Qué le recomendaría a Iván Fuentes para sobrevivir en política?

-JLI: Que no pierda nunca su esencia. Es un liderazgo que surgió de la gente, y a ella le tiene que responder. Que la política no lo cambie.

-¿Han sido duros estos meses como diputado? Otros dirigentes sindicales que llegaron al Congreso, como René Alinco, no tuvieron un paso muy lucido.

-IFC: Hay cosas que uno no logra todavía comprender.

-JLI: Acá los pescados son más lobos.

-IFC: Un poco más resbalosos (ríe). Pero me han tratado muy bien. El otro día aprobamos los pueblos originarios, y hubo una decisión unánime, muy buena onda con nosotros.

-¿Que le recomendaría a Joaquín Lavín ahora que no está en el poder?

-JLI: La vocación de servicio público ¡nunca se pierde! (ríe).

-IFC: Hay gente que respira este ambiente político y le gusta. Los minutos que tenga de espacio libre ahora que no es ministro, atesórelos lo máximo que pueda con su familia y sus nietos.

"Negociábamos en La Moneda"

-¿Ve a Iván Fuentes entre los más proclives a dialogar del oficialismo o no?

-JLI: Por mi experiencia, con posiciones muy firmes, pero también con la flexibilidad de llegar a acuerdos.

-¿Le acomoda, Iván, esto de que el oficialismo a veces negocie con la derecha estando en mayoría?

-IFC: Lo que es bueno para Chile es bueno, no tiene dos nombres. Pero esto de la "conversación secreta" estuvo mal. Es una crítica a mi propio sector: no tenemos para qué escondernos.

-JLI: Nuestras negociaciones eran en La Moneda.

-IFC: Claro. Pero es necesario conversar. ¿Tenemos los votos para ganar? Sí, pero es mejor conversado. Podrá criticarme medio mundo y decirme que estábamos entregados, pero no estábamos entregados.

-¿Qué le cuestiona al sector de Joaquín Lavín?

-IFC: Lo que veo en la oposición a ratos es que todo es malo. Cuando estábamos nosotros en oposición y ustedes en el gobierno, hacíamos lo mismo.

-JLI: Sí pues, encontraban todo malo también.

-IFC: Pero hay cosas positivas, como la reforma educacional, la tributaria, y todas las demandas. El riesgo está cuando decimos que vamos a cambiar, y luego nos echamos para atrás. Hoy no podemos echarnos para atrás ni con la reforma a la educación, ni con la reforma tributaria. ¿Tenemos que conversar para que sea equilibrado y no sea una hecatombe para el país? Sí. Pero no podemos hacernos los giles en los cambios que Chile dice que quiere.

-JLI: En los fines estamos de acuerdo, ahí está el acuerdo tributario. A veces hay diferencias en los medios. Y ojalá en la reforma educacional se pudiera llegar a un acuerdo como el tributario.