Parlamentarias de regiones y vicepresidentas en sus respectivos partidos, la senadora y la diputada disparan contra el centralismo y se juegan por una ley de cuotas.
Foto CÉSAR SILVA
Las dos representan en el Congreso a las principales regiones mineras de Chile; una a la circunscripción de Atacama en el Senado y la otra al distrito de Antofagasta en la Cámara. Aunque se sitúan en domicilios políticos antagónicos, comparten militancia en la causa de una ley de cuotas que incentive una mayor presencia de la mujer en el Parlamento y en todos los espacios de decisión de la sociedad. Además, en la acción política, son decididas partidarias del diálogo y la construcción de acuerdos.
La senadora Isabel Allende (PS) y la diputada Paulina Núñez (RN) encarnan experiencias y trayectorias que tienen poco en común -en el Congreso además tienen escaso contacto- pero comparten algunos ideales y sobre todo viven con igual entusiasmo y pasión su compromiso con la política y el servicio público.
La exigente y recargada agenda de la presidenta del Senado -estos días se encuentra en Montevideo-, y súbitos problemas de salud de la diputada, sólo permitieron reunirlas para una apresurada sesión fotográfica, pero "La Segunda" conversó separadamente con cada una de ellas y constató en sus testimonios reveladoras convergencias, más allá de distancias ideológicas y generacionales.
"Después de experiencias traumáticas, como la que vivimos en 1973, hay gente que optaría por privatizarse pero en mi caso, después de recorrer el mundo en tareas de solidaridad y activismo democrático, era una cosa de piel dedicarme a la política. Después de tantos años de dedicación a esto no me imagino haciendo otra cosa y espero seguir mucho tiempo más", confiesa la hija del Presidente Allende.
Una voluntad que es valorada por la joven diputada de RN. "Ella tenía dos posibilidades después de la muerte de su padre: no querer nada más con la política u ocupar el mismo sillón donde él estuvo... la presidencia del Senado. Llegar a ser la primera mujer que ocupa ese cargo merece todo mi respeto", sostiene.
La vocación de la parlamentaria antofagastina germinó en el colegio religioso donde estuvo y se afianzó como dirigenta estudiantil en la Universidad Católica del Norte. Ejerció como abogada y en la administración de Piñera fue seremi de gobierno, pero asegura que "para mí la política es una opción de vida, no un paréntesis para aumentar el currículum".
Hoy Paulina Núñez asoma como rostro emergente y promisoria figura integrando la directiva de su partido, donde ha asumido una activa vocería, a lo que suma además un creciente protagonismo parlamentario, especialmente en la faceta más fiscalizadora. "RN es un partido dialogante, donde la diversidad es un activo y hay espacio para jóvenes y mujeres, aquí me siento cómoda y acogida", dice.
Está irrupción de nuevas generaciones que buscan su espacio es realzada por la senadora Allende, para quien "es fundamental que las mujeres jóvenes se integren y participen activamente de la política para cambiarle el rostro a la democracia chilena". En el mismo sentido, la diputada opina que "habla bien de nuestra democracia y del reconocimiento al mérito una Presidenta elegida por el pueblo y una presidente del Senado de gran trayectoria".
Regionalismo, ley de cuotas, vocación por los acuerdos políticos y el imperativo de prestigiar la actividad parlamentaria son énfasis en los que Isabel Allende y Paulina Núñez comparten también miradas.
Ambas son parlamentarias de regiones y por ende conocen las dificultades de representar los intereses de sus territorios en un sistema político dominado por el centralismo. "He hablado del tema con los ministros de Interior y de Hacienda y les he dicho que mientras parte de los tributos no queden en regiones todo lo demás es música", recalca la senadora por Atacama. En la misma línea, la diputada apunta que "los antofagastinos trabajan día a día la tierra en pleno desierto y ese esfuerzo no se traduce en calidad de vida para sus familias, necesitamos un mejor trato para la región que sostiene a Chile, una descentralización real".
La reforma al binominal avanza en la Cámara y RN se declara a favor del cambio pero aún no llega a acuerdo con el oficialismo. No obstante, el criterio de asegurar cuotas mínimas de candidaturas de mujeres sí es compartido por Allende y Núñez. "En América Latina varios países han instaurado leyes de cuotas; yo soy ardorosa partidaria de estas acciones afirmativas porque son el único instrumento que realmente permiten dar un salto cualitativo en la representación femenina", argumenta la presidenta del Senado. "Es un mecanismo que ayuda a emparejar la cancha; es cosa de ver el Senado o la Cámara, si no generamos incentivos, capacitaciones y mayores recursos seguiremos con la cancha desnivelada", plantea la diputada.
¿Qué aporte diferenciador hace la mujer en la acción parlamentaria? Según Allende, sus iniciativas se concentran en derechos sociales, pensiones y violencia intrafamiliar, a lo que Núñez añade "una mirada diferente" en temas económicos y de empleo.
Aunque ante la agenda política más contingente las dos entrevistadas exhiben divergencias, sí valoran la estrategia del diálogo y la búsqueda de acuerdos.
"La Presidenta ha provocado un remezón de reformas que son muy desafiantes y que obligan a la Nueva Mayoría y la oposición a sacarlas adelante. Tenemos mayoría pero creo que en política los acuerdos son positivos, siempre que no desvirtúen el sentido original de los proyectos. Veo a RN más dialogante y disponible a sentarse a la mesa, en cambio la UDI ha sido más refractaria y agresiva", opina Allende.
Por su parte, Núñez señala que las reformas anunciadas "son necesarias para Chile pero la forma en que el Gobierno las está llevando adelante no es la correcta", enfatizando enseguida que "RN será parte de los grandes acuerdos y no agotará ningún diálogo, las grandes reformas no pueden aprobarse pirquineando votos".
La mala reputación que tiene la institución parlamentaria es un tema que desvela a Isabel Allende en su condición de cabeza de ese Poder del Estado. "A mí me duele profundamente y lo encuentro bastante injusto, porque el trabajo parlamentario no se agota en la sala y las comisiones, sino que la tarea de representación es más amplia; los medios no han sido claros en precisar cuánto ganamos ni destacan que los gastos son definidos y controlados por un consejo de asignaciones y un comité de auditoría. Por último, la democracia tiene costos y hay que financiarla", afirma la senadora.
Sobre el particular, la diputada hace hincapié que "debemos cuidar las instituciones y por ende cuidarnos nosotros, actuar con rectitud, probidad, transparencia y urgencia, generar leyes que no queden como letra muerta, hacer la pega".
