US$320 millones fueron invertidos en total para el fracasado proyecto, casi todo en el EIA. La fundó un ex gerente de Chilectra.
Se invirtieron US$320 millones, la mayor parte en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) más grande que se ha realizado en Chile, pero el proyecto de HidroAysén igual se cayó. Según el gobierno, porque la compañía no hizo bien las cosas.
¿Quién hizo el EIA? la chilena Poch, en una alianza internacional junto a la sueco-noruega Sweco y la también chilena EPS.
En una primera etapa, la empresa -cuya área de comunicaciones recién se reuniría con la gerencia a las 17:00 horas de hoy para abordar el tema- consiguió que HidroAysén recibiera la Resolución de Calificación Ambiental, necesaria para echar a andar la iniciativa e incluso, que las comunidades aledañas a las futuras centrales y represas (Cochrane, Caleta Toltén y Villa O' Higgins) no fueron las grandes opositoras, sino que la lejana ciudad de Coihaique.
Sin embargo, desde La Moneda y hasta el Consejo de Ministros sostienen que el plan de manejo estuvo mal diseñado y hasta que el proyecto "nació muerto".
En su página institucional, Poch se adjudica la autoría del EIA y cuenta la historia de la empresa, fundada en 1989 por Andrés Poch Wustlicht y Miguel Sánchez Carril.
Lo que no se dice es que Poch trabajó durante 36 años en Chilectra (relacionada con Enersis, que a su vez controla Endesa), a la que el ingeniero civil -que murió en 2007, un año antes de que se presentara el EIA- entró en los años 30, casi recién titulado de la Universidad Católica, escalando hasta su gerencia general. Tras su deceso, quedó a cargo de la consultora su nieto, Andrés Poch Pirreta.
Según conocedores del tema, el ingreso de la sueco-noruega Sweco se debió a su experiencia en megaproyectos energéticos. El área ambiental de Poch fue creada 9 años antes de que comenzaran los trabajos en terreno, por lo que se necesitaba una mayor trayectoria.