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Diez atentados con bombas en dos semanas: El último contra Gendarmería

Artefacto colocado este jueves en Centro de Integración social de la institución estaba compuesto por TNT, elemento poderosísimo que no se usaba en este tipo de actos desde 2010.  

por:  Malú Urzúa y Marjory Miranda, La Segunda
jueves, 05 de junio de 2014
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Una seguidilla de 10 atentados con bombas se produjo en Santiago en las últimas dos semanas, llamando la atención de las policías y los expertos en inteligencia, ya que este escenario no se vivía desde hace al menos dos años. El promedio que se venía registrando era de 15 bombas anuales, según fuentes que monitorean el tema.

El último de los hechos se produjo anoche, y es también el único que ha explotado, teniendo además el mayor poder destructivo de todos: Se trató de una bomba fabricada con TNT estalló a las 00:38 de esta madrugada, en el Centro de Integración social de Gendarmería (frente a la escuela de la institución), ubicado en calle Tocornal en Santiago, causando serios daños en una puerta blindada del recinto.

Horas antes, durante la tarde, un llamado telefónico había alertado de una mochila sospechosa a un costado de las oficinas del Servicio de Impuestos Internos que, periciada por el GOPE, detectó que se trataba de un explosivo de fabricación artesanal hecho con pólvora negra y temporizador.

Este gran número de atentados coincide con el juzgamiento de Juan Aliste Vega y Víctor Montoya, dos personajes vinculados al fenómeno, en un contexto en que publicaciones hechas en páginas de contra información dan cuenta de llamados a "solidarizar" con los "compañeros" presos.

También existe una convocatoria vigente -del 1 al 8 de junio- en que corrientes anarquistas llaman a celebrar una "semana de agitación".

El ejemplo de Aliste Vega

Aliste Vega, ex lautarista que está siendo juzgado por el crimen del cabo Luis Moyano, es un personaje central en la historia chilena del anarquismo insurreccional: en la década del 90, estando en la cárcel, fue uno de los forjadores del colectivo Kamina Libre, grupo que promovió entre una serie de jóvenes la necesidad de pasar a la acción.

Su ejemplo inspiró a una serie de jóvenes que hoy conforman, de acuerdo a análisis de inteligencia, una "segunda generación" de colocadores de bombas.

Quien también estaba siendo sometido a juicio esta semana, y justamente por instalación de artefactos explosivos, era el anarquista Víctor Montoya, llevado a tribunales por el atentado al retén Las Vizcachas (ver recuadro).

Desde los distintos agentes preocupados de investigar el fenómeno de las bombas, se afirma que las últimas colocaciones (ver recuadro con listado completo) responden a este escenario, entre otras cosas a que estos grupos consideran que es una forma válida de protestar contra el encarcelamiento de sus compañeros. Y "solidarizar" con ellos.

Las policías, los fiscales, la inteligencia, continúan trabajando en el análisis de esos medios informativos -principalmente Hommodolars, La Haine, Rojoscuro-, pues desde que estalló el "caso Bombas" y se vio que los panfletos que estos grupos dejaban en el lugar de los hechos podían ser periciados, y luego que los comunicados que enviaban a los medios permitían llegar a la IP del computador transmisor, las reivindicaciones se concentran en internet.

El TNT de los viejos

Aún así, algunos elementos que se levantan en el lugar de los hechos en cada atentado permiten a estos investigadores ligar cada uno de ellos con la "solidaridad" brindada a personajes específicos.

Por ejemplo, se dice que la utilización de TNT estaría relacionada con grupos de ex subversivos de mayor edad y con más capacidad de conseguir este elemento, que no es comúnmente usado en atentados. Por eso, la acción de anoche en la zona aledaña a la Escuela de Gendarmería -lugar donde hace ya cinco años explotó la bomba que llevaba el joven Mauricio Morales, quien murió en el acto- tiende a ser interpretada como un atentado "en solidaridad" con Aliste Vega.

"Creemos que la capacidad para conseguir este tipo de explosivos está ligada a gente vinculada con esos grupos del pasado", señala un investigador.

Las colocaciones incendiarias o el uso de pólvora negra, en cambio, es más vinculada por los investigadores a la nueva generación de jóvenes anarquistas insurreccionalistas, herederos del ex lautarista y de ex frentistas.

Ahí está, por ejemplo, la mochila dejada frente al SII. "Ese tipo de bombas son más asimilables a un apoyo a Montoya", comenta una fuente dedicada a investigar estos temas.

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