"Cuando me lo dijeron fue muy fuerte. Estaba solo en el hospital de Toulon... He sufrido todo lo que he tenido que sufrir", cuenta un triste Eugenio Salinas Cánepa esta mañana de Belo Horizonte, hasta donde vino para cubrir el Mundial.

El "Keno", 47 años, tiene cáncer. Un tumor cerebral que llegó de sopetón a su vida, hace menos de un mes, estando en Francia con la Selección Sub 21, en el torneo Esperanzas de Toulon..

Antes de la gira se sentía bien. Pero por prevención, cosa que siempre hace este periodista "patiperro", contrató un seguro médico.

Y estando en Toulon le sangró la nariz. Inicialmente, no les dio mayor importancia, pensó que podría ser la presión y que a su regreso de Europa iría al médico.

Sin embargo, las hemorragias fueron aumentando con los días y comenzó a sufrir mareos. "Una vez, estando al borde de la cancha grabando un entrenamiento de la selección, estuve a punto de desmayarme", cuenta.

De ahí vinieron los dolores de cabeza y la partida al hospital de Toulon. En 48 horas, el diagnóstico fue lapidario: un tumor de 8 centímetros en el cerebro, conocido como "Schwanoma", no le da más de seis meses de vida. Le dijeron que no hay tratamiento posible, únicamente paliativos.

El "Keno" decidió dar a conocer la noticia a través de Twitter: "Muy triste. Tengo un tumor muy grande en mi cabeza, pero igual iré al Mundial. Probable que sea mi última supergira", escribió, generando cientos de reacciones y manifestaciones de apoyo.

A instancias de amigos y familiares, viajó a Barcelona.

Ahí estuvo hasta la noche del lunes en el Instituto Oncológico del hospital Quaron. Los nuevos exámenes fueron más completos y arrojaron esperanzas para el "Keno". "El médico me dijo que era tratable, que si bien era un tumor grande, podía ser enfrentado. La quimioterapia la realizaré allá", cuenta.

Hoy Eugenio Salinas está acá. La vocación periodística fue más fuerte y acordó con los doctores de Quaron (el mismo hospital donde operaron a Arturo Vidal y Alexis Sánchez) que vendría a la Copa del Mundo.

"Me mandaron con una batería de remedios que de momento me han hecho bien. Al menos ya no tengo esos mareos tan pronunciados. Aquí me voy a contactar con un centro oncológico para que me den otras dosis, si es necesario", cuenta afectado, parado al sol frente a Toca da Raposa, la sede de La Roja.

El "Keno" se ve bien, bronceado con el verano europeo, y a primera vista nadie imaginaría los días terribles que está viviendo. "Lo que más quiero es que mi hijo de 5 años no se entere por fuera de esta situación. A mi regreso a Chile hablaré con él...", dice, antes de intentar recuperar el ánimo trabajando en su pasión. "S llego a presentar síntomas más complicados, parta de inmediato al hospital... pero lo que yo quiero es cubrir la Copa del Mundo. Es lo que quiero, ¿cómo no va a ser posible?".