El texto constata que el discurso de la retroexcavadora "ha encendido alarmas en el ambiente empresarial" y, sobre los cambios tributarios, postula que "es difícil creer que una reforma de esta magnitud no tenga ningún impacto en la inversión y el crecimiento, como sostiene el Gobierno". Respecto de la educación, The Economist admite que, si bien es popular hacerla más asequible, "el problema más urgente es la mala calidad de la enseñanza".
En este punto incluso, el artículo se pregunta si acaso la Presidenta "pone en riesgo el modelo de crecimiento del país".
Lo curioso es el título de la nota -"La señora quiere dar vuelta"-, que hace un paralelo entre Bachelet... y Margaret Thatcher. En 1980, cuando las profundas reformas de liberalización económica iniciadas por su gobierno enfrentaban duras críticas y dudas incluso entre sus partidarios, la primera ministra conservadora aludió con sarcasmo a quienes pretendían que diera una vuelta en U en sus políticas -que luego serían la base de su exitosa administración-,diciendo "la señora no quiere dar vuelta".