Como si fueran pájaros, estos seres se instalarán en el Centro Cultural Las Condes hasta fin de mes. Una imagen extraña y cautivante que, explica la artista, se le apareció en sueños.
Foto CÉSAR SILVA
Una veintena de esculturas de piedra y madera reproducen la experiencia onírica y misteriosa de su sueño. Seres apartados del mar, ocupando el lugar de pájaros recluidos y que permanecen aisladas. Todo acompañado de elaboradas jaulas.
Una paradoja que, para la curadora Ma. Carolina Pavez representa "la maravillosa capacidad del ser humano de simbolizar, de metaforizar la experiencia del mundo, no desde el lenguaje verbal, sino mediante enunciados visuales".
De hecho, para ella -que fue la primera a la que Garretón le mostró las maquetas- la obra dispara un montón de reflexiones, dependiendo del espectador: Cardúmenes que no se tocan, ausencia de aves, suspenderse en el aire en vez de nadar...
El mismo nombre de la muestra le llegó a la autora de repente. Buscó en google a ver si se había escrito antes, pero sólo estaba aquella frase de "El Padrino" de "dormir con los peces". "No tiene explicación, pero es una imagen que me encanta. Es súper dura, pero es maravillosa también", explica Garretón.
Otra cosa fue el montaje que inicialmente iban a ser las jaulas en una mesa, pero ahora se le instalaron espejos, una iluminación adecuada y están en altura. "Mejoró mucho la idea que tenía originalmente en la cabeza. Los montajistas me dijeron, «¿para que lo vamos a hacer tan obvio?». Así que lo hicieron más entretenido y visual", explica.
A pesar que su trabajo está centrado en la joyería, para la artista experimentar con estas formas y conceptos ha sido una gran experiencia.