Así como hoy puede ser el Minecraft, hace un par de décadas varios niños -y no tanto- se pasaban horas jugando Tetris, pegados a la pantalla de este aparato portátil.
Según señala, entonces la idea ya estaba siendo explorada por algunas jugueteras del mundo. La gracia de Yokoi fue la ejecución. Mientras los gigantes Mattel y MB (hoy Hasbro) lanzaban rudimentarias máquinas electrónicas como Auto Race o Microvision, una desconocida compañía japonesa (Nintendo) les llevaba la delantera con la línea Game & Watch, máquinas portátiles diseñadas para ofrecer juegos más elaborados y entretenidos que las de sus rivales. Los Game & Watch -que incluían un solo juego- eran portables, duraderos y baratos, claves en el nacimiento de la consola portátil.
Se vendieron 40 millones de unidades y Yokoi fue encargado de diseñar una consola portátil, pero con una ranura para la inserción de cartuchos.
Junto con Satoru Okada, su socio habitual en esa época y actual gerente del equipo de Investigación e Ingeniería de Nintendo, fueron creando el apartado, y quitándole potencia para adaptarla al objetivo. En este sentido -sostiene El País-, uno de los más notables sacrificios fue la pantalla, una muy pequeña superficie monocromática con un fondo verde para resaltar el contraste. Yokoi fue inflexible frente a unas mayores exigencias técnicas de Okada: tenía que venderse por debajo de los 13.000 yen (91 euros hoy) o no atraería al público.
Y vio la luz
El 21 de abril de 1989, la consola GameBoy aparecía en el mercado japonés con un éxito arrollador. Se agotaron las 400.000 unidades puestas a la venta. Meses después, el fenómeno se repetía en Estados Unidos.
Y el triunfo por sobre sus competidores -como Atari o Sega- fue total, a pesar de que la potencia de las otras consolas era mucho mayor. En consecuencia, también su precio.
Así, dice El País, Gunpei Yokoi -quien murió en un accidente el 1997- implantó un lema que hasta hoy se mantiene sagrado en Nintendo: la potencia es secundaria, lo importante son los juegos.
La consola tuvo un meteórico ascenso y dejó de producirse el 2003. Sus ventas llegaron a los 118 millones de unidades en todo el mundo y es, hasta ahora, la tercera plataforma del ranking histórico de los más vendidos: la superan el Nintendo DS y el PlayStation 2, de Sony.