La iniciativa establece un nuevo estatuto orgánico de la Cancillería que cambia la estructura del ministerio, crea una subsecretaría de relaciones económicas internacionales y una dirección de promoción de exportaciones, además de consagrar un comité de ex ministros de RR.EE. para asesorar al canciller en funciones. La propuesta también actualiza la normativa interna para introducir mayor dinamismo a la carrera de los funcionarios del servicio exterior. En ese sentido, se aumentan las remuneraciones al ingreso al servicio, reduce de dos años a uno el curso mínimo en la Academia, recorta de 33 a 25 el número total de agregados (culturales, laborales, de prensa y científicos) y fija los 75 años como tope para el retiro obligatorio del servicio.
No se sabe si la administración entrante le dará continuidad a la tramitación de este proyecto, pero hay que recordar que el anterior gobierno de Bachelet ingresó también el 2008 una reforma a la Cancillería, la que alcanzó a ser aprobada por la Cámara al año siguiente y quedó paralizada en el Senado desde entonces.