El desafío tiene dos caras. Es el Señor que lucha por la Libertad, la propia y la ajena. Pero también vive los procesos de iniciativa externa, cambios profundos, que tienen que ver con la liberación de los tiranos internos, aquellos que nos han sido impuestos por la educación, los padres, los esquemas culturales.
Esto nos habla de personas fuertes, capaces de resistir en pie cuando todo parece destruirse. Su base es suficientemente sólida.
Siendo necesario luchar por la libertad, tendemos a actuar con nuestra voluntad sin fijarnos si los demás quieren ser liberados. En lo personal se trata de personas de cambios profundos y de adaptación lenta a la nueva situación. Acepta, tolera y se acomoda a los movimientos a veces bruscos que el entorno le trae, asume los imprevistos y se mueve bien en las emergencias.
Le gusta ocupar lugares de influencia en los momentos de crisis, influir y determinar el destino de los otros.
Forzada por El Carro, su arcano implícito, tiende a resistir el cambio interior, conformándose con el exterior, como si eso fuera todo. Le es más fácil pintar la casa o cambiar el jardín, que asumir el proceso interno. Tiende a negar las verdades ajenas, asumiendo la suya como la única válida.
El control es su arma y su límite; la liberación, su tarea.
En la palabra está su poder, pero también el riesgo de hablar en exceso y decir lo que no debe.
Tiene la energía para derrocar tiranos, con el peligro de ser su propio dictador interno que no la deja crecer.
El gran desafío en la vida será conocer los miedos y las culpas y experimentar las pasiones más poderosas.
La persona está llamada a conocer lo más profundo, lo que preferiría no mostrar: las pasiones desatadas, el fuego incontenible, las obsesiones. Conservador en lo privado, celoso y posesivo, el sujeto tiende a ser dominante, interesado en el poder, las seguridades de la materia y busca el éxito económico, sin por ello dejar de ser generoso, incluso compulsivamente.
Las dificultades son las culpas: si se conocen los miedos y las obsesiones, la superación viene más fácilmente.
Cuando la tarea es progresar y desarrollarse, los miedos lo llevan a atar y a encadenar invocando el amor.
Camina hacia la libertad usando las energías que nacen desde lo profundo.
Para el rigor y la seriedad, para la actitud conservadora y cautelosa, encuentra contrapartida en el Arcano Implícito, Los Enamorados. Este recurso lo lleva a arriesgarse más de la cuenta, correr los límites en el amor, asumiendo, aun con cierto grado de culpas, conductas de ruptura que mantendrá en el secreto y la oscuridad. Puede ser alegre, vital, entusiasta y permanentemente jovial.
La persona que es este Arcano tiene como tarea principal asumir la armonía exterior y contribuir a construir la armonía exterior. Lo hace desde el desorden, pues podrá ver el orden verdadero, profundo de la realidad.
La salud es la armonía del cuerpo y el alma: cuando se asume, puede ayudar a sanar a los que sufren.
Posee ricos y abundante recursos creativos, capacidad de relacionarse con todos e influir con belleza, suavidad y simpatía, en el entorno más cercano. Sin exuberancia, es capaz de aportar alegría, flexibilidad, capacidad de entendimiento.
Su presencia será siempre bella, aun cuando "objetivamente" no responda a todos los cánones de la belleza.
Combina lo distinto, templa el acero del alma, crea nuevas realidades desde relaciones que pueden sorprender a muchos. Si rompe las estructuras, estará siempre protegido: podrá cambiar lo que creía inamovible y tolerar lo que parecía imposible. Es capaz de sostener y hacer lo que otros no pueden. Mensajero de los dioses, tiene el don de la comunicación.
Por su Arcano Implícito, el Sumo Sacerdote, tenderá siempre a normarlo todo, pero ello no es más que una defensa frente a los ricos recursos que lo hacen diferente del resto.
